Dr. Montes, especialista en dolor crónico postquirúrgico: “Le puede ocurrir a cualquier persona”

El dolor crónico postquirúrgico es aquel que aparece después de la cirugía, se mantiene en el tiempo al menos tres meses después de la misma y no es el resultado de una complicación de dicha intervención o de una infección, tal y como explica el doctor Montes, jefe de la Unidad de Dolor del Hospital del Mar

Dr. Antonio Montes en su entrevista en el Canal Salud de Economía Digital

Dr. Antonio Montes, jefe de la Unidad de Dolor del Hospital del Mar

Nuestro invitado en este nuevo capítulo del Canal Salud de Economía Digital es el doctor Antonio Montes, jefe de la Unidad de Dolor del Hospital del Mar, con el que abordamos un tema bastante desconocido por la sociedad. Se trata del dolor crónico postquirúrgico que se produce cuando después de una intervención, sea del tipo que sea, aparece un dolor (no necesariamente en la zona intervenida), y que perdura durante más de tres meses.

“La definición de dolor crónico posquirúrgico es muy estricta y, de hecho, se ha revisado hace cuatro años. Es aquel dolor que aparece después de la cirugía, se mantiene en el tiempo al menos tres meses después de la misma y  no es el resultado de una complicación de dicha intervención o de una infección”. 

Entrevista al Dr Antonio Montes

Según explica el doctor Montes este tipo de dolor “le puede ocurrir a cualquier persona”. Gracias a los estudios que llevan treinta años realizándose, en la actualidad se pueden establecer ciertas escalas para “determinar antes de la cirugía el riesgo exacto que tiene una persona antes de operarse”. 

“La escala que nosotros hemos desarrollado hace ya seis años, sabiendo la edad de la persona, el género, si tiene dolor en la zona que le van a operar o en cualquier otra parte del cuerpo, y con una escala de calidad de vida que se llama SF12 –que te da el componente de calidad de vida física y mental–  podemos determinar con un porcentaje el riesgo de padecer este dolor crónico”.

Con ello se consigue informar previamente al paciente porque, en algún caso, la cirugía “no es estrictamente necesaria y se le comunica que tiene ese riesgo de padecer dicho dolor, no solo durante tres meses, puede permanecer años”. Según explica el doctor, esta información “ya se está incorporando en los consentimientos informados de muchas cirugías”. 

¿Qué pacientes tienen más riesgo de sufrir este dolor crónico postquirúrgico?

A diferencia de lo que se pueda pensar son los jóvenes los que tienen más riesgo de padecer este tipo de dolor postquirúrgico y las mujeres “un poco más que los hombres”. El tipo de cirugía también el tipo de intervención. “Si te operan en una cirugía de pulmón abierta comparada, por ejemplo, con una de hernia inguinal, el riesgo es cinco veces mayor. Pero eso no significa que no puedas tener dicho riesgo con cirugías que aparentemente son banales. Nosotros vemos en la unidad de dolor crónico tenemos pacientes después de cirugía de hernia, de varices, de pequeñas cirugías de mama. Hay personas que también con estas cirugías desarrollan dolor crónico”. 

Tal y como explica el doctor Montes dentro de estas afecciones hay dos grandes grupos de dolor. “Por un lado hablamos del dolor por lesión de fibras nerviosas durante la cirugía; hay algunas que son muy claras, como las de mama o la de pulmón, porque se afectan a las propias fibras nerviosas durante la intervención. Eso no es una mala praxis, es una complicación inherente a la operación”.

Por otro lado, “si estamos ante un tipo de dolor neuropático se pueden utilizar unos fármacos, técnicas más intervencionistas como la aplicación de estímulos eléctricos sobre fibras nerviosas o en casos muy determinados, en los que la limitación de la persona es tremenda, podemos incluso llegar a colocar electrodos a nivel de nuestra médula espinal que hacen descargas para producir analgesia en esa zona del cuerpo. Es algo que suena muy llamativo, cuando te han operado de una cirugía aparentemente banal acabar con un estimulador medular que inicialmente ya lo vas a llevar para toda tu vida. No es una cosa que vas a llevar un tiempo y se soluciona. Va a ser un tratamiento probablemente para toda tu vida”. 

Por este motivo, el doctor incide en la importancia de que la persona esté adecuadamente valorada antes de la cirugía. “Quizá con alguna maniobra no tan agresiva podríamos haberle evitado acabar con un estimulador medular para toda su vida”. 

Antonio Montes señala que hay especialidades muy sensibilizadas con el tema del dolor crónico postquirúrgico. “Los cirujanos de hernia inguinal están muy sensibilizados con el tema, incluso tienen grupos de trabajo sobre este tema porque saben que una de las principales complicaciones de su cirugía es el dolor crónico.  Esto ya lo saben ellos hace años e incluso han hecho estudios para hacer tratamientos conservadores en según qué pacientes no operar, sobre todo cuando ya se puede prever que tiene un alto riesgo”. 

“También los cirujanos del cáncer de mama se están sensibilizando. Aquí hay que operar, pero bueno igual podemos hacer algo antes de la cirugía para disminuir ese riesgo. Esto es algo que en mi hospital ahora estamos empezando a hacer ya en cirugía de columna desde hace dos años. En pacientes de mayor riesgo hacemos unas terapias en la esfera más psicológica para disminuir niveles de ansiedad y de catastrofismo. No lo hemos inventado nosotros, esto ya se empezó a hacer en el hospital de Toronto hace 10 años en grupos de pacientes de alto riesgo antes de la cirugía se empezó a trabajar nivel de terapia psicológica disminuyendo la ansiedad, el catastrofismo y continuando luego un seguimiento muy estricto”, apunta. 

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Ricardo Aparicio
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