Gasto espejo, el truco de ahorro con el que guardar dinero fácilmente a final de mes
El gasto espejo se ha colado entre las estrategias de ahorro más practicadas por su sencillez y su efectividad
Ahorrar dinero es uno de los grandes retos personales de millones de personas, especialmente en un contexto de inflación, subida de precios y desequilibrio entre ingresos y gastos. En este escenario, ha cobrado fuerza una estrategia conocida como gasto espejo, un método que no requiere grandes sacrificios ni ajustes extremos, pero que, bien aplicado, puede traducirse en un ahorro importante a lo largo del año.
Una estrategia que muchos podrían llegar a considerar un milagro financiero, ya que se trata de un sistema que no se basa en dejar de gastar, sino en acompañar cada gasto con un ahorro equivalente, lo que permite a quien lo practica mantener una relación mucho más consciente y equilibrada con su dinero. Ahora bien, ¿en qué consiste este gasto espejo?
Todos los aspectos a tener en cuenta sobre el famoso gasto espejo
A grandes rasgos, el método del gasto espejo es muy simple en su aplicación: cada vez que una persona hace un gasto que no es imprescindible, como por ejemplo una comida en un restaurante, una compra impulsiva, una entrada de cine o un café especial, realiza un ingreso equivalente en una cuenta de ahorro. Es decir, consiste en reflejar ese gasto con un movimiento idéntico, pero en sentido contrario, hacia sus ahorros.
Por poner un ejemplo, si una persona gasta 12 euros en una cena fuera de casa, debería destinar otros 12 euros a una hucha o cuenta de ahorro específica. La idea no es castigar el consumo, sino hacerlo más consciente, de modo que cada gasto lleve consigo una reflexión sobre su necesidad y su impacto financiero, siendo un ejercicio que, si bien no requiere un gran esfuerzo, sí se traduce en grandes resultados.
Y lo cierto es que llevar a cabo esta técnica requiere solo dos cosas: compromiso y organización. El primer paso es abrir una cuenta separada o crear una hucha digital o física donde se vayan depositando esos importes con los que podremos ir ahorrando. El segundo paso de esta estrategia consiste en establecer unas reglas claras: decidir qué tipos de gastos se van a reflejar, y hacerlo de forma sistemática.
Una estrategia que cuenta con una larguísima lista de ventajas
Como resulta evidente, el principal beneficio del gasto espejo es el ahorro constante, pero no es el único. Esta estrategia también modifica la relación psicológica que tenemos con el dinero. Al tener que duplicar cada gasto prescindible, muchas personas empiezan a valorar más sus decisiones de compra, se vuelven más selectivas y aprenden a diferenciar mejor entre lo que quieren y lo que realmente necesitan.
Por otra parte, también cuenta con un componente motivacional: ver crecer los ahorros en paralelo a los pequeños placeres diarios refuerza la sensación de control y bienestar. A largo plazo, puede permitir acumular un fondo de emergencia, pagar unas vacaciones o incluso adelantar el pago de una deuda, por lo que se trata de una estrategia que solo cuenta con ventajas para el que la pone en práctica.
Y es que, en tiempos de incertidumbre económica, el gasto espejo se presenta como una fórmula sencilla y poderosa para recuperar el control sobre las finanzas personales. No se trata de vivir con restricciones, sino de actuar con intención y consciencia, de modo que cada gasto contribuya también a fortalecer el futuro económico, siendo la forma ideal de que muchos consigan ahorrar miles de euros.