El rival de Cabify en BCN se alía con exsocios de Uber

Social Car operará en Barcelona como plataforma intermediaria entre gestores de licencias VTC y pasajeros, igual que Uber en el resto de España

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La llegada de Social Car como nuevo operador en el mundo de las VTC en Barcelona ha generado inquietud en Cabify, la patronal Unauto y el taxi. La compañía dirigida por Mar Alarcón, una de las caras más reconocidas del sector emprendedor en Cataluña, afirma que prestará servicio con 250 autorizaciones de vehículos con conductor desde este martes. 

Para poner en marcha el servicio se apoyará en algunos exsocios de Uber. El más relevante, de acuerdo a fuentes conocedoras, será la empresa Tibus, perteneciente en parte a la multinacional de autobuses Alsa. Esta filial, que tiene en su poder aproximadamente 120 licencias VTC, ayudó a Uber a regresar a Barcelona por segunda vez, en 2018, cuando retomó el reto de operar en la Ciudad Condal después de la cancelación de su servicio Uber Pop (2014), impugnado por los tribunales europeos. 

La empresa catalana ocupará el vacío de Uber, que no tiene intención de volver mientras la normativa de la Generalitat siga vigente. La empresa californiana, que abandonó la ciudad a finales de enero, trabajaba con otras empresas como Moove Cars, perteneciente al fondo americano King Sreet. También con los hermanos Ramos, conocidos por dar el servicio de Uber con coches Tesla en Madrid.

Alarcón, por su parte, evita hablar de quiénes son sus socios en Barcelona, aunque asegura que entre ellos hay partners de todo tipo, como pequeños operadores. En la capital catalana hay, al menos, medio centenar de operadores poco conocidos con un número significativo de licencias solicitadas, según datos a los que tuvo acceso Economía Digital.

Alarcón, una de las caras más conocidas en el ecosistema emprendedor en Barcelona  —  forma parte del consejo de Fira de Barcelona, de la junta directiva de Foment del Treball y ha sido considerada como una de las empresarias más influyentes — , cree que los 250 vehículos con los que se ha asociado pueden incrementarse en el futuro. 

En la línea de la Generalitat, pero no en la de Colau

La compañía, que el miércoles dará en rueda de prensa sus primeras impresiones y que esta semana ya tiene una cita con la Generalitat para presentarle el proyecto, operará como plataforma digital, es decir, intermediando entre empresas tenedoras de VTC (como lo hace Uber o Cabify en otras ciudades de España) y pasajeros; Cabify en Barcelona lo hace directamente como gestor de licencias VTC.

La otra novedad respecto a Cabify es que Social Car sí respetará íntegramente los polémicos 15 minutos de espera en cada viaje contratado. Cabify, en cambio, solo fija ese cuarto de hora de espera en su primer viaje, que empieza a contar desde el momento en el que se firma el contrato anual con Prestige and Limousine, empresa que pertenecía a uno de los exjefes del taxi, José Antonio Parrondo.

Social Car no ve con buenos ojos la normativa que ultima Ada Colau contra los VTC

No obstante, pese a su voluntad de adaptarse a la normativa regional, desde Social Car no ven con buenos ojos todas las regulaciones. Son contrarios a la normativa que ultima el Área de Mobilitat de Barcelona (AMB), cuya presidenta es Ada Colau. Este ente, que ya terminó en los tribunales la primera vez que quiso regular las VTC, prometió al taxi incrementar el tiempo de espera desde los 15 minutos hasta una hora a cambio de que éstos pusieran fin a su huelga indefinida a Barcelona

Alarcón, al respecto, sigue la línea que han marcado entidades como la Autoridad Catalana de la Competencia (ACCO), que considera que el intervalo de 60 minutos para contratar un servicio VTC en Barcelona no busca diferenciar este servicio con el del taxi, sino limitar la competencia para favorecer a uno y perjudicar a otro. 

La patronal de las VTC, sobre Social Car: no tienen tantos coches

Desde la patronal Unauto distintos altos cargos comentan a este medio que la irrupción de Social Car y su papel como rival de Cabify debe ponerse en cuarentena. “No tienen tantos coches como dicen”, explica un alto cargo de la patronal. «Si van a prestar servicio respetando 15 minutos de espera, serán menos competitivos que Cabify. Hay que ver qué precios tiene y cómo opera», comenta otra fuente.

Unauto, que no tiene a Social Car entre sus socios, representa a Uber y a Cabify como empresas más relevantes de movilidad. La patronal siempre se ha mostrado crítica con el decreto de la Generalitat de Cataluña y con Damià Calvet, el consejero que se plegó al taxi para evitar que se boicoteara el Mobile World Congress (MWC). 

Unauto siempre lamentó que este reglamento provocara la expulsión de las plataformas de movilidad, así como la destrucción de puestos de trabajo del sector. Respecto al regreso de Cabify de Barcelona con una nueva fórmula, la patronal se ha divido porque, según explicaron algunos integrantes, el método de Cabify no respeta el espíritu de la ley catalana.  

El taxi espera

La noticia no ha cogido por sorpresa a los taxistas. Entre los grupos más destacados, como Élite Taxi, ya conocían el viernes pasado que este lunes se presentaría un nuevo operador local de VTC en la ciudad de Barcelona, aunque desconocían su identidad. 

“Dudo mucho que los taxistas se alíen con ellos”, explica Alberto (Tito) Álvarez a Economía Digital sobre la posibilidad de que los taxistas se integren en la plataforma Social Car, una de las novedades presentadas por la compañía de Alarcón.

Y es que la plataforma, que el pasado año facturó cerca de tres millones de euros, ha aterrizado en el sector VTC tendiendo la mano al taxi. Además, ofrece desde mucho antes otros servicios, como la reserva inmediata de coches particulares en Barcelona y Madrid — tiene unas 400 unidades—, así como renting a largo plazo y compra-venta.

Cristian Reche

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