Todas las mentiras de los Raventós en Unipost

Unipost presenta concurso de acreedores una semana después de asegurar a la plantilla que no lo haría, un incumplimiento más

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Los Raventós han anunciado este miércoles lo que era inevitable: tras un largo historial de impagos a proveedores, trabajadores y bancos, pérdidas y deudas, Unipost ha presentado concurso de acreedores. Lo ha hecho solo una semana después de asegurar a su plantilla que no lo haría y que buscaba una solución, pidiendo más tiempo para pagar las nóminas a cambio de nada, y de mentir a la prensa diciendo que el concurso no formaba parte de sus planes. A la plantilla no le ha extrañado, es solo un incumplimiento más.

Unipost, que ha asegurado tener voluntad de continuidad, se ha escudado en una supuesta discriminación pública a favor de su gran competidor, Correos, tanto en cuanto a regulación como en los concursos públicos. Pero la verdad es que la situación del grupo postal privado era más que precaria desde hacía años, los problemas no empezaron ayer precisamente. De hecho, intentó resolverlo con alianzas, aunque lo único que consiguió fue perder al que tenía que ser su gran socio salvador, Deutsche Post, en 2015.

La empresa lleva seis años en números rojos, con unas pérdidas acumuladas de 23 millones de euros y unas deudas de casi 50 millones. En 2015 mejoró sus cifras y sólo perdió unos dos millones, pero en 2016 duplicó sus números rojos y se hundió con un patrimonio negativo. Los problemas de gestión, en manos de Pablo Raventós, eran evidentes, y se tradujeron en la pérdida de clientes importantes o en un conflicto con su principal proveedor, Correos.

El concurso de Unipost deja muchos damnificados: plantilla, banca, proveedores y Hacienda

Los problemas de Unipost han dejado muchos damnificados, víctimas de una gestión errática y de compromisos incumplidos. Uno de los principales es la plantilla, a los que debe casi cinco millones. También los bancos, que se han negado a volver a refinanciar una empresa a la que no ven futuro, explicaron fuentes financieras, y los proveedores. Sin olvidarse de Hacienda, a la que debe 5,4 millones de euros.

La empresa que preside Antón Raventós, participada por decenas de miembros de la familia, firmó en febrero de 2014 con el comité de empresa una rebaja salarial que debía implantar la paz social. Nada más lejos de la realidad: tras el verano, empezarían los incumplimientos en el pago de las nóminas. Los retrasos se iban sucediendo hasta que, en verano de 2016, no se pagó la extra. Unipost negoció y, pese a no llegar a un acuerdo, se comprometió a pagar la doble a partir de septiembre. Pero solo empezó, y dejó el 60% pendiente.

Seis meses más tarde, dejó a deber la doble de Navidad, pidiendo pagarla en diferido y troceada, a lo que los sindicatos se negaron. Todavía la debe, junto con la de este verano, que ni siquiera ha agendado. En total, cerca de cinco millones, según cálculos de los sindicatos –la empresa siempre se ha negado a facilitar ningún tipo de información al respecto–. Además, están los pagos con retraso y fraccionados de todas las nóminas en casi un año. La plantilla ha denunciado todas estas situaciones y la justicia le ha ido dando la razón, pero pese a ello, los Raventós siguen sin cumplir con las nóminas.

Con quien también han incumplido ha sido con los bancos. Unipost refinanció 15 millones de euros de deuda a principios del año pasado. La situación era tan precaria que tuvo que fraccionar 1,3 millones a los que tenía que hacer frente en 2015 en pagos hasta 2020. El respiro que supuso este acuerdo para su tesorería quedó pronto superado por los problemas operativos. También a principios de 2016 perdió un importante contrato con Iberdrola, que a la postre duplicaría sus pérdidas anuales.

Mentiras a la opinión pública

Unipost no solo ha incumplido con la plantilla y los bancos, sino que ha mentido a la opinión pública en varias ocasiones. Hace justo una semana, la empresa de los Raventós aseguró a este medio que el concurso no formaba parte de sus planes. “Unipost desmiente rotundamente esta información”, respondió a la pregunta de si había presentado concurso. Tras preguntar si lo estaban preparando, lo negó, y al insistir, aseguró que “no se contempla la posibilidad” de presentarlo. Cuatro días hábiles después, estaba en el juzgado de lo mercantil número 7 de Barcelona, como publicó La Vanguardia, ya que, ahora, es la mejor solución para garantizar su viabilidad.

No es la primera vez que la empresa miente a este medio. El año pasado, Economía Digital preguntó a Unipost por Patinage Consultadoria e Marketing Lda., empresa portuguesa con sede en Funchal, capital de la isla de Madeira. Como es sabido, Madeira tiene su propia fiscalidad, muy ventajosa para las empresas y las fortunas. Patinage Consultadoria e Marketing entró en 2014 en el consejo de administración de Unipost y, según la información a la que tuvo acceso este medio, participaba del accionariado de la empresa postal. A su vez, la sociedad de Madeira estaba participada por hasta 27 miembros de la familia Raventós.

Tras tener acceso a esta información, Economía Digital se puso en contacto con el grupo postal para saber qué participación tenía la sociedad con sede en Madeira en Unipost y preguntar para qué tenían dicha sociedad. Los Raventós no respondieron ni en octubre del año pasado ni en diciembre, cuando, con nuevos datos, volvimos a contactar con Unipost.   

Dos semanas después, dos agencias de información empresarial con presencia en Portugal, Einforma y Racius, comunicaron la disolución de Patinage Consultadoria e Marketing Lda. Unipost rechazó de nuevo comentar nada sobre esta sociedad y su disolución, que llegó después de las preguntas de este medio. De hecho, en el registro mercantil todavía consta la sociedad como miembro del consejo de la empresa postal.

Xavier Alegret

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