La industria española recibe menos ayuda pública que la competencia europea, según un estudio

La industria española, que compite en un mercado internacional, se ha sentido desprotegida por el Estado durante la crisis de precios de los últimos dos años

Gran industria. Foto Freepik

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La gran industria española y sus actores relevantes del sector químico, papelero, cerámico o de refino han visto como en los dos últimos años perdían competitividad frente a otros mercados ‘dopados’ con ayudas públicas —por la grave crisis de precios—, mientras en España se acumulaban los retrasos para recibir esas dotaciones. 

Así se desprende del ‘Estudio sobre la evolución de la demanda de gas industrial en el actual contexto energético’ elaborado por Sedigás en colaboración con PwC.

El documento destaca que algunos países europeos han recibido las ayudas, incluso de forma anticipada —caso de Portugal—, y como las cuantías han sido mayores. En España las ayudas que ha recibido la gran industria no llegaron hasta 2023, y todavía se siguen dispensando en 2024.

Fuente: GasIndustrial

En Francia los pagos se han hecho de forma trimestral y bimensual; mientras que en Alemania e Italia las ayudas han ido directas en la factura del gas que pagaban las compañías que hacen uso intensivo de esta tecnología para su producción.

La cantidad de las ayudas para la industria española ha llegado en dos bloques de 375 M€ y 450 M€. Esta cifra se queda lejos de las que se han ofrecido a industrias competidoras directas como son la francesa o la italiana.

Otro de los problemas destacados en el informe tiene que ver con la alta burocracia necesaria para acceder a esas ayudas. Insisten en las grandes industrias en que se deberían favorecer los procesos administrativos para acceder a las ayudas. 

Un proceso de cambio para la industria 

Junto a la propia coyuntura económica, la gran industria se enfrenta al reto de la descarbonización. Una tarea compleja, y en la que se pide que exista neutralidad tecnológica para afrontar los procesos.  

«Las industrias se juegan su competitividad en la medida que sean capaces de acometer sus estrategias de descarbonización y, para ello, demandan un esquema de apoyo que incentive la adopción de tecnologías limpias mientras que ayude a evitar la descarbonización», ha explicado Óscar Barrero, socio de Energía de PwC, durante la presentación del documento. 

Lo pone en relación a la relevancia de los planes de descarbonización de Estados Unidos (IRA, con una inversión de 369.000 millones de dólares), Europa (Green Deal, 335.000 millones de euros en inversión) y China (Low Carbon Plan, con un volumen de inversión previsto de 280.000 millones de dólares). 

Los gases renovables, especialmente el biometano y el hidrógeno renovable, emergen como las alternativas más viables en estos sectores gasintensivos, señalan fuentes industriales. Esto se refleja especialmente en el potencial de electrificación de diversos sectores industriales, que se sitúa entre un bajo 0% a 5%, lo que evidencia la insuficiencia de la electrificación como estrategia única de descarbonización. 

Mientras que la electrificación enfrenta desafíos significativos debido a las limitaciones técnicas y económicas actuales, los gases renovables ofrecen una ruta más factible y viable para avanzar hacia una industria competitiva y descarbonizada. Su capacidad para integrarse en los procesos industriales existentes, combinada con su potencial de reducir las emisiones de carbono, los posiciona como una solución energética clave para el futuro de la industria española. 

El papel de los gases renovables 

Los gases renovables deberán trascender a la mera sostenibilidad ambiental y viabilidad técnica. Su integración en la matriz energética industrial es fundamental para mantener la competitividad de España en el escenario internacional.

El informe de Sedigás y PwC señala que la adopción de gases renovables podría ayudar a mitigar los impactos de la volatilidad de los precios del gas natural y reducir la dependencia de combustibles fósiles, factores ambos críticos para la estabilidad económica y competitiva del sector industrial. 

La transición hacia los gases renovables no es solo una respuesta a los desafíos medioambientales, sino también una estrategia económica integral. Invertir en gases renovables es invertir en el futuro de la industria española, estiman desde la gran patronal sectorial. Con el apoyo adecuado de políticas públicas, medidas financieras y marcos regulatorios, esta transición puede ser un catalizador para la recuperación y el crecimiento sostenible.

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Raúl Masa

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