La OCDE rebaja las expectativas y recorta por vez primera el crecimiento de España para 2025
La OCDE rebaja dos décimas, hasta el 2,4%, el alza del PIB para este año y avisa: "Las perspectivas de una economía más débil se sentirán en todo el mundo"
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo
La OCDE ha rebajado su proyección de crecimiento del producto interior bruto (PIB) español hasta el 2,4% en 2025, dos décimas menos que en su anterior previsión de marzo, y también ha recortado en la misma cantidad la perspectiva de 2026, cuando esperan un alza de la actividad del 1,9%, debido a las tensiones internacionales y a los efectos vinculados a la guerra comercial desatada por Estados Unidos.
El de la OCDE es el primer informe internacional que rebaja la perspectivas de la economía española, después de que se salvara (e incluso se revisara al alza) en los documentos de otros organismos, como el del Fondo Monetario Internacional. El giro en política arancelaria decretado por la Casa Blanca tras la llegada de Donald Trump al cargo (y, singularmente, después del conocido como «Día de la Liberación«, el pasado 2 de abril) ha provocado un enfriamiento de la economía internacional, que se frenará desde el 3,3% de avance registrado en 2024 hasta el 2,9% del PIB para ambos ejercicios.
España había permanecido como una balsa de aceite en el convulso panorama internacional y, en marzo, fue la única economía avanzada a la que se revisó su crecimiento al alza. La escasa exposición directa del sector exportador a Estados Unidos reduce el embate de los aranceles de hasta el 25% decretados por Trump (recientemente amagó con elevarlos al 50%), aunque el modelo de la OCDE solo imputa, hasta el momento, las tarifas del 10% que ya se encuentran en vigor y las del 25% al acero, el aluminio y los automóviles.
«El crecimiento del PIB seguirá siendo robusto pero se moderará gradualmente, alcanzando el 2,4% en 2025 y el 1,9% en 2026%«, prevé la OCDE, que señala a la demanda doméstica como puntal del avance de la actividad, sostenida por un mercado laboral «sólido» con ganancias de poder adquisitivo y mucho ahorro de los hogares acumulados.
En cuanto al sector exterior, y «aunque España es menos activa» en los sectores con un gravamen específico, «las exportaciones de maquinaria y productos agroalimentarios podrían verse afectadas», debido a los efectos en nuestros principales socios comerciales.
Tanto es así que las proyecciones están sesgadas a la baja «particularmente por una escalada en las tensiones geopolíticas y comerciales, que podrían amortiguar aun más la demanda externa e incrementar la incertidumbre».
Con todo, la situación en España contrasta con la actividad en el resto del mundo. Será la economía desarrollada que más crezca en 2025, más del doble que la zona euro (1% del PIB) y un punto más que Estados Unidos (1,6%), el país que se ve más afectado por sus propios aranceles, ya que la proyección de crecimiento se recorta en seis décimas en comparación con marzo, ocho si la comparamos con la de diciembre, antes del retorno de Donald Trump a la Casa Blanca.
La OCDE prevé una mejora de las cuentas públicas de España, con una ratio de deuda sobre el PIB que se reducirá hasta el 100,4% en 2025 y que se situará por debajo del umbral del 100% por primera vez desde 2019 en 2026, recortándose hasta el 99,3%.
En cuanto al déficit, seguirá una senda descendente hasta el 2,8% y el 2,3% en 2026, debido a la expiración de algunas de las medidas temporales de apoyo que se aprobaron durante la crisis inflacionaria (las ayudas al transporte, singularmente) y también otras vinculadas a los precios energéticos y la catástrofe de la DANA del pasado 29 de octubre. Las proyecciones, dice el organismo con sede en París, incorporan el incremento del gasto en Defensa, así como las ayudas a las empresas y sectores más golpeados por los aranceles.
Como recomendaciones específicas para España, la OCDE insiste en la necesidad de continuar con la consolidación fiscal para cumplir con las reglas europeas y también para generar el suficiente espacio para hacer frente a las presiones de gasto vinculadas con el envejecimiento de la población y la transición verde.
«Aumentar la base del IVA de manera gradual, incrementar los impuestos medioambientales y mejorar la eficiencia del gasto público apoyarían los esfuerzos de consolidación y crearían espacio para gasto destinado a favorecer el crecimiento», dice el documento en su capítulo para España. Estas recetas son las habituales que viene recomendando la organización, pero preocupa la falta de vigor en la inversión.
«La formación bruta de capital fijo por persona en edad de trabajar permanece significativamente por debajo de la media europea desde la crisis financiera global y la recuperación de la inversión ha sido lenta desde la pandemia. Rebajar las barreras de entrada en los servicios, optimizar y equilibrar las regulaciones entre los niveles de gobierno y acelerar las asociaciones público-privadas en el Plan de Recuperación podrían estimular la inversión y aumentar el crecimiento potencial», apuntan.
La OCDE hace un análisis pormenorizado de la economía estadounidense y recorta sus previsiones, ya rebajadas en marzo, antes incluso de anunciarse los aranceles. En concreto, el PIB de EEUU crecerá un 1,6% en 2025 (desde el 2,2% previsto en marzo) y un 1,5% en 2026 (1,6% hace tres meses). La guerra comercial, la incertidumbre política y los despidos ejecutados por Elon Musk son factores que han provocado ese empeoramiento en el ejercicio de análisis. Esto, en el pasado. Pero, a futuro, la subida de precios que provoquen las tarifas, el freno a la inversión asociado a la incertidumbre y potenciales correcciones en los mercados financieros podrían recortar, aún más, la previsión.