Las transferencias bancarias tienen nuevas reglas en los pagos inmediatos
Desde este jueves, los bancos deben permitir transferencias instantáneas en euros, disponibles las 24 horas y con el mismo coste que las tradicionales

El dinero de una transferencia llega al siguiente día hábil. Foto: Jcomp – Freepik.
El sistema bancario europeo da un nuevo paso hacia la inmediatez total. Desde el jueves 9 de octubre entra en vigor el reglamento europeo que obliga a todas las entidades financieras a ofrecer transferencias inmediatas en euros, siempre y cuando ya dispongan del servicio de transferencias ordinarias en esta moneda. La medida, aprobada por el Parlamento y el Consejo Europeo meses atrás, busca homogeneizar el sistema de pagos dentro de la Unión Europea y garantizar que los usuarios puedan mover su dinero de forma instantánea, sin importar el país ni el día.
Hasta ahora, las transferencias bancarias tradicionales podían tardar entre uno y dos días hábiles en completarse, especialmente si se realizaban fuera del horario operativo del banco. Esto suponía un obstáculo para millones de usuarios que necesitaban mover fondos con urgencia o pagar servicios en fines de semana o festivos. Con la nueva normativa, los pagos deberán completarse “en cuestión de segundos”, según detalla el Banco de España (BdE).
Esto implica que el dinero estará disponible casi de inmediato en la cuenta del beneficiario, incluso en operaciones entre diferentes países de la zona euro. Además, las transferencias podrán realizarse las 24 horas del día, los 365 días del año, sin depender de horarios comerciales ni del calendario laboral.
Igual coste que las transferencias tradicionales
Uno de los puntos más importantes del nuevo reglamento es que los bancos no podrán cobrar más por las transferencias inmediatas que por las ordinarias. Hasta ahora, muchas entidades ofrecían este servicio como una opción “premium”, con comisiones más elevadas. A partir de ahora, el coste deberá ser igual o inferior, algo que beneficiará especialmente a los clientes particulares y pequeñas empresas que realizan pagos frecuentes.
Además, los usuarios tendrán la posibilidad de fijar límites personalizados al importe de las transferencias, ya sea por operación o por día. Estos límites podrán modificarse en cualquier momento y con efecto inmediato, lo que añade una capa adicional de control y seguridad para evitar errores o fraudes.
Más seguridad: verificación del beneficiario
El reglamento europeo también introduce una nueva medida de protección frente a posibles estafas. Los bancos estarán obligados a ofrecer un servicio de verificación del beneficiario, que permite comprobar si el nombre del destinatario coincide con el titular de la cuenta a la que se envían los fondos.
De esta manera, antes de confirmar la operación, el usuario podrá saber si los datos introducidos son correctos, evitando así transferencias erróneas o fraudes por suplantación. Si el nombre no coincide, el sistema alertará al cliente antes de que confirme el envío del dinero.
Esta medida busca reforzar la confianza en las transacciones electrónicas, en un momento en que los fraudes digitales y los engaños mediante “phishing” se han multiplicado en Europa.
Cómo se realizarán las transferencias inmediatas
Las transferencias podrán ordenarse desde cualquier canal habilitado por el banco o proveedor de servicios de pago: banca online, aplicaciones móviles, oficinas, cajeros automáticos, terminales de autoservicio o incluso por teléfono.
El objetivo de la norma es que los clientes tengan acceso a las transferencias inmediatas en los mismos canales en los que ya pueden hacer las ordinarias, eliminando barreras y garantizando una experiencia uniforme en toda la Unión Europea.
Una vez ejecutada la operación, tanto el ordenante como el beneficiario podrán comprobar al instante si el pago se ha completado con éxito, lo que mejora la trazabilidad y reduce la incertidumbre. No obstante, al igual que ocurre con las transferencias normales, una vez enviado el dinero, solo podrá ser devuelto si el beneficiario acepta la devolución.
Un paso hacia una Europa más digital y conectada
La introducción de esta normativa forma parte de la estrategia de Bruselas para crear un espacio único de pagos europeo más ágil, digital y competitivo. Según estimaciones de la Comisión Europea, más del 70% de las transferencias en euros en la actualidad aún no son inmediatas, por lo que la obligación de universalizar este sistema supondrá un cambio estructural en el sector financiero.
Además, la medida contribuye a reducir la dependencia de plataformas privadas no europeas, fortaleciendo la soberanía digital del continente. En palabras de la Comisión, “la inmediatez en los pagos debe ser la nueva norma, no la excepción”.
Para los consumidores, la principal ventaja es la rapidez y disponibilidad constante del dinero. Podrán enviar fondos a familiares, pagar compras o liquidar facturas sin preocuparse de si es festivo o fin de semana.
Para las empresas, en especial las pymes, las transferencias inmediatas mejoran la liquidez, ya que permiten disponer del dinero al instante y optimizar los flujos de caja. También facilitan las operaciones internacionales dentro de la zona euro, eliminando demoras y costes adicionales.
Un sistema preparado para el futuro
Con este nuevo marco, Europa se sitúa a la vanguardia de los sistemas de pago electrónicos, en línea con mercados más avanzados como el británico o el estadounidense. Los expertos señalan que este avance es clave para el desarrollo del comercio electrónico y los servicios financieros digitales, ya que abre la puerta a una integración aún mayor entre bancos, fintech y plataformas de pago.
En definitiva, las transferencias inmediatas dejarán de ser un servicio opcional para convertirse en un derecho para todos los usuarios de la zona euro. La velocidad, seguridad y disponibilidad total marcan el inicio de una nueva era en los pagos bancarios en Europa.