CCOO carga contra Correos de Pedro Saura por obligar a usar patinetes eléctricos: “Ponen en riesgo al personal”
El sindicato alerta de que la nueva apuesta de Correos por los patinetes eléctricos incrementa el riesgo de accidentes y se ha implantado sin formación ni diálogo
CCOO acusa a Correos de poner en peligro a su personal al imponer el uso de patinetes eléctricos en pleno reparto
Comisiones Obreras (CCOO) ha encendido todas las alarmas tras acusar a Correos de comprometer la seguridad del personal de reparto mediante la imposición del uso de patinetes eléctricos con carros motorizados. Según el sindicato, esta apuesta por la “modernización” no solo carece de sentido operativo, sino que pone en peligro la integridad física de quienes recorren las calles para hacer llegar el correo diario.
En su denuncia, CCOO advierte que Correos ha invertido más de un millón de euros en la compra de carros manuales con asistencia eléctrica, que se fijan sobre patinetes. Estos vehículos, señalan los sindicatos, están diseñados para circular por la calzada, lo que implica compartir espacio con el tráfico rodado. Para CCOO, semejante decisión se ha adoptado sin una evaluación real de riesgos ni formación adecuada para los trabajadores.
El sindicato describe la iniciativa como una “idea de bombero”: una propuesta apresurada, hecha sin consenso ni diálogo social, que responde más a la imagen de modernidad que a una verdadera mejora del servicio postal. “No aportan beneficio alguno para el reparto”, recalcan desde CCOO, que insiste en que estos patinetes eléctricos con carro incorporado no aumentan la eficiencia, pero sí elevan el riesgo de accidente. Por este motivo, CCOO amenaza con acudir a la vía penal si la empresa no rectifica su plan. Según el sindicato, obligar a los trabajadores a conducir esos aparatos conlleva un “riesgo cierto de acabar accidentados o atropellados”.
Riesgos en la carretera y falta de formación
Uno de los puntos más delicados de la queja es que Correos habría puesto en marcha este nuevo modelo de reparto sin proporcionar la formación necesaria para su manejo ni hacer una evaluación ergonómica y de riesgos. Así lo denuncian los sindicatos, que precisamente insisten en que estos carros motorizados son Vehículos de Movilidad Personal (VPM) y deben respetar la normativa vial.
Desde CCOO recuerdan que estos dispositivos no son bicicletas ni scooters ligeros para uso recreativo: están pensados para circular por la calzada, lo que implica riesgos adicionales, especialmente en zonas urbanas con tráfico intenso. La vía en la que se moverán estos repartidores, advierten, no es la típica acera tranquila, sino carreteras por las que ya circulan coches, motos y otros vehículos motorizados.
Otra dimensión de la denuncia tiene que ver con la falta de negociación. Según CCOO, la decisión se ha tomado de forma unilateral, sin contar con la representación sindical ni con los repartidores, vulnerando, a su juicio, los mecanismos de participación y diálogo que deberían regir en cualquier cambio organizativo de esas características.
Críticas de sindicatos y disidentes
No solo CCOO ha levantado su voz contra esta medida. También CSIF se ha mostrado tajante: rechaza el uso de esos patinetes y denuncia que la compra ha sido impuesta sin consultar a los trabajadores, sin negociación ni acuerdo, “desobedeciendo lo más humano que existe: la seguridad” de los repartidores.
El descontento no es casual. Muchos empleados expresan que los nuevos vehículos suponen más una carga que un alivio. Para ellos, cambiar la tradicional mochila o el carro manual por un patinete con motor no siempre facilita el trabajo. Al contrario, exige aprender a manejar un modo de transporte distinto, con balanceos, velocidades y movilidad diferente a la que están acostumbrados.

Seguridad, salud y futuro del reparto postal
El debate alrededor de los patinetes eléctricos en Correos es mucho más amplio que una simple batalla laboral: plantea cuestiones estratégicas sobre la modernización del reparto postal, la sostenibilidad, la salud laboral y la responsabilidad de una empresa pública.
Para CCOO, la implantación de estos VPM debería ir acompañada de un plan de prevención riguroso. No basta con comprar tecnología: hay que formar, adaptar recorridos, evaluar riesgos y compensar a los trabajadores por las nuevas exigencias. Además, apuntan al hecho de que la medida no parece responder a una auténtica necesidad logística sino a una estrategia de imagen, dado que se ha promocionado como una apuesta por la “modernidad” por parte de la empresa postal.
Los sindicatos exigen reuniones urgentes con la dirección de Correos para revisar este plan y establecer garantías claras: formación, seguro, normativa interna, evaluación de riesgos, rutas seguras y criterios de uso. Si no se accede a esas demandas, amenazan con recurrir a acciones legales y denunciar penalmente a quienes han tomado la decisión sin contar con los propios trabajadores.
Una apuesta moderna bajo lupa
La iniciativa de introducir patinetes eléctricos es, en sí misma, innovadora. En un momento donde la sostenibilidad y la eficiencia energética son claves, Correos podría estar dando un paso importante hacia un reparto más verde. Pero, según CCOO, esa modernización no puede hacerse a costa de la integridad física de quienes entregan el correo cada día.
Al imponer estos vehículos sin un plan riguroso de seguridad ni diálogo social, la empresa corre el riesgo de generar más problemas que soluciones: accidentes, desmotivación de los repartidores, conflictos laborales y una posible pérdida de credibilidad ante sus trabajadores. Sobre la mesa está una elección fundamental entre rapidez, ahorro y marketing, o bien responsabilidad, protección y diálogo. Mientras no haya consenso, los repartidores seguirán protestando por algo más que patinetes: su derecho a un trabajo seguro y digno.