El ERE de Bridgestone Basauri ya ha comenzado: saldrán un total de 232 empleados
Exterior de la planta de Bridgestone Hispania Manufacturing. Foto: David de Haro / Europa Press
La planta de Bridgestone en Basauri (Bizkaia) ha comenzado esta semana a ejecutar las 232 salidas pactadas en el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) acordado entre la dirección y el comité de empresa.
El proceso, que se extenderá hasta completar la salida de casi un cuarto de la plantilla, marca un punto de inflexión para la histórica fábrica vizcaína, en un contexto de crisis en el sector del neumático y de presión competitiva internacional sin precedentes.
Un ERE negociado, con mayoría de bajas voluntarias
El ERE, activado a comienzos de abril, fue fruto de una negociación intensa tras el anuncio inicial de 335 despidos, cifra que finalmente se redujo a 232 en Basauri y 188 en la planta cántabra de Puente San Miguel, tras la presión sindical y social.
La última oferta de la empresa, presentada el 12 de mayo, mejoró las condiciones para las salidas voluntarias, indemnización de 45 días por año trabajado sin límite de mensualidades y una prima adicional de 30.000 euros.
El resultado fue que 235 trabajadores solicitaron la baja voluntaria, cubriendo el 100% de los despidos previstos, de los cuales un 97% son voluntarios y solo un 3% forzosos. Entre los voluntarios, el 49% son mayores de 55 años y el 48% menores de esa edad.
Este desenlace ha permitido evitar un conflicto mayor, aunque no ha disipado la preocupación por el futuro de la planta y del empleo industrial en la comarca.
Caída de la demanda
La decisión de Bridgestone se enmarca en un escenario de fuerte contracción del mercado europeo del neumático, especialmente en los segmentos de camión y autobús, a los que se dedica la planta de Basauri.
En 2023, la compañía redujo su producción en España un 15% y sus beneficios cayeron un 27%, hasta los 18,8 millones de euros, debido a la ralentización de la demanda y a la competencia de fabricantes asiáticos, especialmente chinos, que presionan los márgenes con productos de bajo coste.
En los primeros ocho meses de 2024, las exportaciones de neumáticos de Bridgestone a Francia se desplomaron un 73%, y el volumen total exportado cayó un 56% respecto al año anterior.
Esta situación ha obligado a la multinacional japonesa a ajustar su capacidad productiva y a priorizar la fabricación de neumáticos premium, estrategia que ha supuesto el recorte de empleo en sus plantas españolas y el traslado de parte de la producción a instalaciones más competitivas, como la de Polonia.
Movilización sindical
El anuncio del ERE provocó una fuerte reacción sindical y social. Los sindicatos calificaron la medida de «aberración» y «desproporcionada», señalando que la multinacional sigue obteniendo beneficios millonarios y que la plantilla ha realizado importantes sacrificios en los últimos años para mantener la competitividad de la planta.
Las protestas incluyeron huelgas, paros totales y manifestaciones multitudinarias en Basauri y Cantabria, con el respaldo de más de 3.000 personas en la calle y la convocatoria de nuevas movilizaciones.
Las instituciones vascas –Gobierno Vasco, Diputación Foral de Bizkaia y Ayuntamiento de Basauri– también han mostrado su preocupación y se han comprometido a defender la posición de la plantilla ante la dirección europea de Bridgestone, exigiendo un plan industrial de futuro que garantice la actividad y el empleo en la planta.
¿Garantía de futuro?
Uno de los puntos clave del acuerdo es el compromiso de la empresa de reforzar el plan industrial de Basauri.
La planta recibirá 100.000 nuevas cubiertas y tendrá prioridad para fabricar los primeros neumáticos de autobús y camión, desplazando parte de la producción que antes se realizaba en Polonia.
Además, la empresa se compromete a generar nuevos puestos de trabajo con preferencia para los afectados por el ERE, si la demanda se recupera.
La producción anual en Basauri pasará de 700.000 a 800.000 neumáticos, y podría incrementarse en 150.000 unidades adicionales si el mercado lo permite.
Esta hoja de ruta industrial es vista como un primer paso para asegurar la viabilidad de la planta, aunque los sindicatos insisten en que solo un compromiso firme de carga de trabajo y de inversión puede garantizar el futuro a medio y largo plazo.