Esta empresa de hilaturas se acerca al concurso de acreedores: ha dejado de pagar las nóminas

La histórica empresa textil valenciana de hilaturas atraviesa su peor crisis y deja a sus trabajadores sin salario

Unas bovinas de hilo de varios colores

Unas bovinas de hilo de varios colores. Foto: Bruno en Pixabay

La empresa textil valenciana Belda Llorens, conocida por su marca de hilos sostenibles Ecolife, se encuentra al borde del concurso de acreedores tras haber dejado de pagar las nóminas de sus trabajadores. La situación ha sumido a los 103 empleados de la compañía en un estado de incertidumbre y desesperación, mientras la dirección sigue sin ofrecer una solución clara.

Una crisis anunciada: del ERE al impago de salarios

Los problemas para los trabajadores de Belda Llorens comenzaron a evidenciarse en marzo, cuando la empresa comunicó su intención de llevar a cabo un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectaría al 100% de la plantilla. La medida fue justificada por la dirección debido a las pérdidas económicas acumuladas y la parálisis del mercado, lo que llevó a abrir un periodo de negociación entre la empresa y el comité de trabajadores.

Sin embargo, las conversaciones concluyeron sin acuerdo, y el pasado 2 de mayo, la dirección de Belda Llorens decidió retirar el ERE, dejando a los trabajadores en una situación de total incertidumbre. A pesar de las promesas iniciales de pagar las indemnizaciones a medida que se obtuviera liquidez, la realidad ha sido otra: los empleados llevan semanas sin recibir sus salarios, mientras la empresa se acerca peligrosamente al concurso de acreedores.

Desde que se retiró el ERE, la situación para los empleados de Belda Llorens no ha hecho más que empeorar. El 95% de la plantilla se encuentra en sus casas, bajo un supuesto «permiso retribuido» que, en la práctica, no se ha pagado. Los trabajadores temen que esta situación se prolongue indefinidamente, sin que la empresa ofrezca una salida clara ni garantice el cobro de las nóminas adeudadas.

El comité de empresa ha denunciado públicamente la falta de transparencia por parte de la dirección y ha advertido que los empleados podrían quedar en una situación de total indefensión. “Nos han comunicado que no hay liquidez para pagar las nóminas y que la empresa podría estar ya en concurso de acreedores”, señalaron representantes del comité.

¿Gestión negligente o estrategia de vaciamiento?

La situación crítica que atraviesa Belda Llorens ha hecho surgir serias sospechas entre los trabajadores sobre la gestión de la empresa. Según el comité, los socios de la familia Mataix Sempere, propietarios de la compañía, habrían estado retirando beneficios mientras declaraban pérdidas, vaciando así los fondos de la empresa incluso en sus momentos más complicados.

Los empleados aseguran haber recopilado pruebas de que los propietarios poseen más de 80 propiedades repartidas por toda España, mientras que en las reuniones con el comité han alegado que «no hay dinero para las indemnizaciones». Estas revelaciones han alimentado las sospechas de que Belda Llorens podría estar siguiendo un patrón similar al de Fénix Elastic, otra empresa del grupo que cerró en 2023 dejando a sus empleados sin salario durante 16 meses.

Los trabajadores de Belda Llorens temen que la empresa siga el mismo camino que Fénix Elastic, otra compañía del grupo que cerró de forma abrupta el año pasado tras encadenar varios ERTE (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo). En aquel caso, los empleados estuvieron más de un año sin cobrar, sin acceso a ayudas por desempleo y sin posibilidad de reclamar sus derechos.

La situación actual de Belda Llorens presenta inquietantes similitudes: un proceso de ERE que se retira sin explicaciones claras, el impago de nóminas y una dirección que alega no tener liquidez mientras mantiene activos personales de gran valor.

Una empresa en caída libre

Belda Llorens, fundada hace décadas y conocida internacionalmente por su marca Ecolife, especializada en hilos sostenibles y reciclados, había sido un referente en el sector textil europeo. Sin embargo, su actual crisis pone en peligro tanto su continuidad como el sustento de sus 103 empleados, muchos de los cuales llevan años trabajando para la compañía.

El comité de empresa ha exigido a la dirección que aclare la situación y que garantice el pago de las nóminas atrasadas y las indemnizaciones correspondientes. Sin embargo, hasta el momento, la dirección no ha ofrecido ninguna solución concreta y sigue sin confirmar oficialmente su entrada en concurso de acreedores.

Ante la falta de transparencia y las crecientes sospechas de una gestión negligente, el comité de empresa de Belda Llorens estudia la posibilidad de emprender acciones legales para proteger los derechos de los trabajadores. Además, los sindicatos han comenzado a movilizarse para apoyar a los empleados y exigir a las autoridades una mayor supervisión de la situación.

La historia de Belda Llorens podría convertirse en un nuevo ejemplo de cómo una mala gestión empresarial y la falta de responsabilidad de sus propietarios pueden llevar a la ruina a una empresa con décadas de historia, dejando a sus empleados en una situación desesperada. Mientras tanto, los 103 trabajadores afectados siguen esperando una respuesta clara y justa a su difícil situación.

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Alba Carbajal

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