Este importante proveedor de automoción se declara en quiebra con una deuda que supera los 6.000 millones
La compañía estadounidense enfrenta un proceso de bancarrota con pasivos que superan los 6.000 millones de dólares y sin plan previo de reestructuración

Una línea de producción de automoción. Foto: Freepik
El proveedor estadounidense de componentes de automoción First Brands Group, propietario de marcas como Airtex, Trico, Autolite y la división de lámparas de posventa de Lumileds, ha iniciado un proceso de bancarrota bajo el Capítulo 11 en Estados Unidos, tras no encontrar solución a una deuda que supera los 6.000 millones de dólares, según informan medios especializados estadounidenses.
La compañía, que forma parte del grupo Carnaby Capital Holdings, solicitó esta semana la protección judicial en Texas, confirmando un rápido deterioro financiero que ha encendido las alarmas en los mercados de crédito y entre sus acreedores. Los documentos presentados ante el tribunal estiman que sus pasivos podrían oscilar entre 1.000 y 10.000 millones, frente a activos que apenas superan los 500 a 1.000 millones de dólares.
Calificaciones financieras en rojo
El deterioro financiero de First Brands fue anticipado por las agencias de calificación. Fitch, en junio, rebajó la nota crediticia de la empresa de “B” a “CCC”, señalando que la compañía es vulnerable y depende de condiciones económicas favorables para cumplir sus compromisos. La agencia alertó sobre la alta probabilidad de reestructuración forzosa o bancarrota. Según Fitch, la empresa mantenía 4.900 millones de dólares en préstamos garantizados, dentro de una deuda total que superaba los 6.000 millones.
Los analistas destacan que la reducción de la calificación refleja la crítica situación de liquidez de la firma y la creciente dificultad para asegurar nuevas líneas de financiación en un contexto de mercado restrictivo.
Lo que hace especialmente singular este caso es la ausencia de un plan de reestructuración previo. A diferencia de otras grandes compañías que se dirigen a los tribunales con acuerdos preliminares con sus acreedores, First Brands se ha presentado sin un plan concreto, dejando en el aire su viabilidad futura.
Fuentes cercanas a la operación explican que los prestamistas están evaluando un préstamo DIP (Debtor-in-Possession) de alrededor de 1.250 millones de dólares, diseñado para mantener las operaciones de la empresa durante el proceso concursal, condicionado al cumplimiento de hitos financieros específicos. Este tipo de préstamo permite que la compañía siga funcionando mientras se negocia la reestructuración de su deuda, aunque no garantiza la estabilidad a largo plazo.
Deuda compleja y estructuras cuestionadas
Parte de la deuda de First Brands se estructuró a través de entidades de propósito especial (SPE), compañías sin actividad operativa real que han estado implicadas en otros escándalos financieros en el pasado. La complejidad de estas estructuras ha generado incertidumbre entre los inversores, dificultando la obtención de financiación adicional.
En agosto, la compañía tuvo que retirar una operación de préstamo de 6.000 millones de dólares, tras las dudas de los inversores sobre la transparencia de sus cuentas. Esto evidenció la fragilidad de su situación y aceleró la decisión de acudir al tribunal.
La quiebra de First Brands Group no solo representa un golpe para los acreedores, sino que también plantea serios interrogantes sobre el suministro de componentes de automoción en el mercado internacional, incluyendo España. La compañía es un proveedor relevante para el aftermarket y sus piezas son de alta rotación, utilizadas por talleres y distribuidores en múltiples países.
El colapso de la empresa podría generar tensiones en la cadena de suministro y afectar la disponibilidad de repuestos en mercados estratégicos. Además, deja en el aire la continuidad de marcas conocidas como Airtex, que ya había sido rescatada por Metelli tras cesar abruptamente su actividad a principios de este año.
Empleo y futuro del grupo
First Brands Group, con sede en Michigan, emplea a miles de trabajadores en sus distintas divisiones y filiales internacionales. La declaración de bancarrota abre un periodo de incertidumbre laboral, mientras se negocian posibles ventas de unidades productivas o reestructuraciones parciales.
Los expertos señalan que el Capítulo 11 brinda a la compañía la oportunidad de reorganizar sus operaciones y negociar con los acreedores, pero el futuro de la empresa es incierto debido al volumen de deuda y la complejidad de sus obligaciones financieras.
La entrada en bancarrota de First Brands Group pone de relieve la vulnerabilidad del sector de proveedores de automoción, especialmente aquellos con estructuras de deuda complejas y dependencia de crédito externo. La resolución del proceso marcará un precedente relevante para otras compañías del sector y podría influir en la dinámica de los mercados de repuestos y componentes a nivel global.
En resumen, la quiebra de esta firma emblemática evidencia los desafíos de mantener la competitividad en un sector altamente dependiente de la innovación tecnológica y la liquidez financiera, y deja en evidencia los riesgos que enfrentan los actores clave del mercado ante cambios económicos y financieros adversos.