Sareb rompe con su estrategia: giro radical a solo dos años del cierre
La sociedad se encarga de gestionar y liquidar los activos deteriorados que proceden de estos bancos para afrontar la deuda que la Sareb emitió con el aval del Estado
La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), popularmente conocida como el banco malo, nació con el objetivo de recapitalizar varias entidades de depósito afectadas por la crisis financiera e inmobiliaria iniciada en 2008.
Consecuentemente, su objetivo no es otro que el de gestionar, pero también liquidar los activos deteriorados que proceden de estos bancos para afrontar la deuda que la Sareb emitió con el aval del Estado.
Golpe de timón en la Sareb
La entidad se encuentra inmersa en el diseño de un plan estratégico, al cual los accionistas deberán dar luz verde en la junta de accionistas prevista para el próximo 30 de junio, tal y como avanza Expansión.
Consecuentemente, la nueva hoja de ruta deberá recibir el beneplácito de Mapfre, Mutua y las grandes entidades financieras, a excepción de BBVA, que no contribuyó a la creación de la sociedad, y Bankinter, que se deshizo de su participación al Frob hace tres años.
Pérdidas de 1.237 millones
La llegada del plan estratégico se produce después de que la Sareb haya registrado unas pérdidas contables por valor de 1.237 millones de euros a lo largo del primer semestre del año pasado, la última vez que dio a conocer su situación financiera, cuando también puso de manifiesto que los números rojos se situaban más de un 50% por encima de los 824 millones de euros del año anterior.
Entre los motivos esgrimidos por la sociedad para justificar las pérdidas se encontraba el mayor coste del servicio de la deuda y el mayor volumen de ventas de activos que fueron traspasados en 2012 a un precio «significativamente superior» al que finalmente se ha vendido en los años posteriores.
Con estas cifras, las pérdidas sitúan los fondos propios en una cifra negativa de 5.981 millones de euros, si bien la sociedad ha recordado la posibilidad que le brinda la legislación vigente de operar con fondos propios negativos. A raíz de las mayores pérdidas, se ha reducido las minusvalías de sus carteras cerca de un 10% hasta los 9.020 millones de euros.
La mayor parte, 8.177 millones de euros, corresponde a la unidad de activos financieros, que incluye los activos inmobiliarios procedentes de la adjudicación de activos financieros, mientras que 843 millones de euros corresponden a la unidad de activos inmobiliarios.
Los ingresos escalan hasta los 1.314 millones
Al poner el foco sobre los ingresos, se desprende que se han incrementado un 13% en el primer semestre hasta alcanzar los 1.314 millones de euros, en comparación con los 1.164 millones de euros generados en el año anterior. Destaca el resultado de la cartera para desinversión de activos inmobiliarios, donde las ventas han ascendido un 30%.
La comercialización de activos inmobiliarios ha reportado unos ingresos de 813 millones de euros tras incrementarse un 20% las ventas de residencial, un 43% de terciario y un 24% de suelo. Con todo, la sociedad ha vendido en los primeros meses del año pasado más de 16.000 activos inmobiliarios.
Las ventas en el área residencial se situaron en las 5.230 viviendas, que en su mayor parte fueron compradas por clientes particulares y se adquirieron por un precio medio de 102.000 euros. La sociedad también ingresó 141 millones de euros por la venta de suelo y 129 millones de euros por las ventas del segmento terciario.