Marc Murtra podría abandonar la gran manzana: Telefónica estaría preparando su salida de la bolsa de Nueva York

Sede de Telefónica. Foto EFE/ J. J. Guillén

Sede de Telefónica. Foto EFE/ J. J. Guillén

Telefónica, una de las grandes multinacionales españolas de telecomunicaciones, se prepara para cerrar un capítulo histórico en su trayectoria financiera: la salida de la Bolsa de Nueva York (NYSE), según ha informado Voz Pópuli. El movimiento, que todavía no está completamente cerrado, marcaría el fin de una presencia de casi 40 años en el mercado estadounidense, donde la compañía debutó en 1987 como pionera entre las firmas españolas.

El estreno de Telefónica en Wall Street supuso un punto de inflexión para la compañía y para la proyección internacional de España. En aquel momento, la operadora colocó American Depositary Shares (ADS) por un importe equivalente a 375 millones de dólares, la mayor entrada de capital europeo en el parqué neoyorquino hasta esa fecha.

Con ese paso, Telefónica no solo buscaba captar financiación, sino también reforzar su imagen como empresa global. El desembarco en el corazón financiero de EE. UU. otorgó a la firma un prestigio simbólico y estratégico, que durante décadas ha servido como escaparate ante grandes inversores internacionales.

Una despedida cargada de simbolismo

La decisión de abandonar Wall Street responde a un cambio profundo en la estrategia empresarial de Telefónica. Aunque la compañía celebró incluso su centenario con un toque de campana en la NYSE, la realidad es que en los últimos años la utilidad de esta cotización ha ido perdiendo peso.

El precio de las acciones en Madrid y Nueva York apenas presenta diferencias, lo que reduce la relevancia práctica de mantener dos listados. Al cierre de la última semana, la divergencia entre ambos mercados no llegaba a dos céntimos de euro, lo que muestra la fuerte correlación.

El actual presidente, Marc Murtra, ha impulsado una política de “simplificación y concentración de recursos”, apoyado por la consultora Boston Consulting. La salida de Wall Street encaja en esta visión: menos complejidad regulatoria y mayor concentración en los mercados estratégicos para la compañía.

El objetivo es claro: centrar los esfuerzos en Europa, especialmente en España, Alemania y Reino Unido. Al mismo tiempo, Telefónica continúa reduciendo su exposición en Latinoamérica, tras vender activos en países como Argentina, Perú y Ecuador, y con planes de desinversión adicionales en Chile.

El proceso regulatorio del “delisting”

Salir de la Bolsa de Nueva York no es una decisión que se ejecute de un día para otro. Telefónica deberá cumplir con los pasos marcados por la Securities and Exchange Commission (SEC).

El procedimiento implica la aprobación del Consejo de Administración y la notificación oficial al mercado. Posteriormente, se presenta el Formulario 25, que inicia el proceso de exclusión. Diez días hábiles después, las acciones dejan de negociarse en EE. UU.

Si la compañía además decide liberarse de la obligación de presentar informes financieros en ese país, deberá registrar el Formulario 15, con el que pone fin a sus compromisos de reporte. Este movimiento reduce costes, pero también limita la visibilidad internacional de la compañía.

Impacto para los accionistas

Los inversores con títulos de Telefónica en EE. UU. no perderán sus derechos ni dividendos, pero sí verán reducida la liquidez de sus acciones. En adelante, deberán negociar sus títulos en mercados europeos, principalmente Madrid y Frankfurt.

La compañía, por su parte, ganará flexibilidad financiera y administrativa, aunque renunciará al prestigio de figurar entre las empresas que cotizan en la plaza financiera más influyente del mundo.

El plan de Telefónica no se limita a reducir su presencia internacional. La compañía prepara una ampliación de capital que podría rondar los 4.000 millones de euros, con el objetivo de financiar su estrategia de crecimiento. Bancos de inversión internacionales ya están en conversaciones para facilitar la colocación de nuevas acciones en los mercados europeos.

Murtra quiere que Telefónica juegue un papel protagonista en la consolidación del sector europeo de telecomunicaciones. Con la competencia cada vez más intensa y los movimientos de integración entre grandes operadoras, la compañía pretende posicionarse como un actor clave en la futura configuración del mercado.

Entre la tradición y la renovación

El adiós de Telefónica a Wall Street tiene un fuerte componente simbólico. Durante casi cuatro décadas, la presencia en Nueva York representó la ambición global de la compañía y el esfuerzo de España por situar a sus grandes empresas en el mapa financiero internacional.

Sin embargo, la estrategia actual apuesta por la concentración de fuerzas en los mercados donde la compañía tiene mayor peso operativo. Es, en definitiva, una transición entre una etapa marcada por la expansión internacional y otra enfocada en la rentabilidad, la eficiencia y el liderazgo europeo.

La posible salida de Telefónica de la Bolsa de Nueva York marca el fin de una era y el inicio de otra. La decisión responde más a criterios de eficiencia y estrategia que a problemas financieros inmediatos. La compañía sigue teniendo un peso relevante en el mercado, con una capitalización superior a los 26.000 millones de euros.

La clave estará en si la simplificación de mercados y la apuesta por Europa logran impulsar a Telefónica en un entorno de telecomunicaciones cada vez más competitivo. Mientras tanto, la retirada de Wall Street quedará como un gesto cargado de simbolismo: el adiós a casi 40 años de historia en la meca de las finanzas mundiales.

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Alba Carbajal

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