Telefónica toca suelo con la televisión: ni el fútbol salva las cuentas

El operador azul consigue que el negocio de la televisión no sea un gran dolor de cabeza gracias al aumento de la rentabilidad por cliente

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Telefónica no logra enchufar a los españoles con su televisión. Una de las grandes apuestas del operador azul en los últimos años tiene que ver con la Tv. Inversión en contenidos propios, en fútbol, en acuerdos con terceros… Movistar+ tiene de todo, pero no consigue captar la atención de los usuarios, y las cifras lo confirman. 

En concreto, Telefónica lleva nueve trimestres consecutivos perdiendo clientes de televisión. Y eso tiene un final poco halagüeño: ha llegado a su suelo histórico por lo que respecta al número de abonados, 3.553.100 (en el Q3 de 2020 había 4 millones). Es la cifra más baja desde que la compañía comprase DTS (Canal+). El problema, además, es que no existe una perspectiva clara de que la tendencia vaya a cambiar. 

Así se refleja en las cuentas trimestrales que ha presentado la compañía presidida por José María Álvarez-Pallete este pasado viernes. Hace un año el operador tenía 200.000 clientes más que en estos momentos. Algo, además, que ya no se traspone con la pérdida de clientes de banda ancha. Es decir, antes existía un volumen similar, puesto que se trataba de clientes que abandonaban la empresa. Ahora, simplemente son usuarios que no quieren servicios de televisión. 

Y que las perspectivas no sean buenas se debe a tres factores: el primero tiene que ver con las contrataciones ‘sueltas’ de las plataformas de series y películas. Su aceptación es cada vez mayor, y el reconocimiento es absoluto entre el público. El segundo, ligado con esto, es que la gente prefiere no tener ‘paquetes’ de fibra, fijo y Tv; sino optar por contratar todo de manera separada, incluyendo el ocio audiovisual. Y, por último, el fútbol, aunque con mayor oferta, ya no se trata del único actor que lo ofrece, y eso también genera dudas entre los consumidores. 

En todo este escenario, Telefónica decidió hace unos meses utilizar un nuevo planteamiento comercial con el lanzamiento de MiMovistar. El objetivo era dotar de mayor flexibilidad a los usuarios a la hora de realizar contrataciones, y vaya si han utilizado ese margen. El problema es que el castigo se lo ha llevado el negocio de la televisión. Aunque es cierto que otras cuestiones sí están mejorando. 

Telefónica mejora la rentabilidad 

La Tv, mal. Pero Telefónica está sabiendo moverse de manera inteligente a la hora de crear más valor. Esas cifras para el optimismo son una subida del Arpu (rentabilidad por cliente) desde los 88,5 euros de junio de 2021 a los 90,5 euros en el Q3 de año de 2022. Un crecimiento nada desdeñable en un contexto de guerra comercial donde la agresividad en precios ha sido la tónica durante los últimos años. Algo que ha obligado a todas las compañías a ajustar sus precios y tarifas, siempre a la baja.  

El otro parámetro clave es el ‘churn’, que corresponde a la tasa de abandono de los clientes de que llegan a la empresa. En este caso ha pasado del 1,4% de hace un año, al actual 1,2%, una cifra que ha celebrado Telefónica de manera muy efusiva puesto que se trata del valor más bajo desde 2016. Y de nuevo, todo ello en un contexto comercial donde la competencia ha sido extrema por parte de todos los actores.  

Unas cifras globales positivas 

Por lo que respecta al comportamiento del grupo, Telefónica ha registrado un beneficio neto de 1.486 millones de euros hasta septiembre después de acelerar en el tercer trimestre y disparar un 11,2% sus ingresos hasta los 10.343 millones de euros entre julio y septiembre. 

En los primeros nueve meses del año, la compañía ha facturado 29.793 millones de euros millones de euros, lo que supone un incremento del 0,6% respecto al año anterior, según los resultados financieros presentados este viernes ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). 

Además, ha registrado un resultado operativo antes de amortizaciones (Oibda) de 9.593 millones de euros, influido negativamente en la comparación al descontarse el impacto del año pasado de la fusión en Reino Unido y la venta de las torres de Telxius, extraordinarios que también imposibilitan la comparación del beneficio neto. 

Raúl Masa

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