El Banco de España añade un interrogante al dividendo bancario

El supervisor abre la puerta a exigir mayores dotaciones de capital en 2021, lo que mantiene la presión sobre la política de pagos en efectivo

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y la ministra de Economía, Nadia Calviño. EFE

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y la ministra de Economía, Nadia Calviño. EFE

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Los bancos españoles no podrán quejarse de que no han tenido tiempo para prepararse. El Banco de España, tras varios años manteniendo en el 0% el colchón anticíclico (una medida que obliga a las entidades a reforzar su capital de forma preventiva ante posibles crisis económicas), dejó este lunes la puerta abierta a que el próximo año esta cifra vire al alza. 

La institución gobernada por Pablo Hernández de Cos, señaló que, de cumplirse las previsiones, es probable que en 2021 estrene esta herramienta que nunca ha utilizado -desde su creación en 2016 siempre se ha ubicado en el 0%, nivel que el que mantendrá también en el cuarto trimestre de 2019-. «De confirmarse las previsiones, en el próximo año diversos indicadores de referencia superarían las umbrales de activación», adelantó. El Banco de España, en paralelo, suavizó el posible impacto de este cambio de ciclo, al recordar que la banca española contaría con un año para construir este colchón específico. 

Fuentes del sector financiero explican a Economía Digital que este aviso no ha sido inesperado, ya que desde hace meses, en numerosas intervenciones públicas, tanto el gobernador, como la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, han dejado entrever que la fecha de activación se acercaba, en paralelo al incremento de las incertidumbres económicas.

Para la banca, no obstante, significa otro motivo de preocupación para sus planes estratégicos y su cuenta de resultados. Desde los supervisores han reprochado continuamente al sector nacional que se mantenga a la cola de la lista, en solvencia en la Unión Europea; con el ratio CET 1 Fully Loaded más bajo. Esta mala posición, combinada con el mensaje de que el contexto invita a ser discreto con la política de dividendos, aumenta la presión sobre la política de retribución de la banca. 

La mayoría de las entidades financieras del IBEX –Bankia, BankinterCaixabank, Banco Sabadell y BBVA– se han comprometido a abonar retribuciones en efectivo a sus accionistas. Solo el Banco Santander -que anuló este objetivo menos de un año después de que Ana Botín lo anunciara en la junta de accionistas de 2018-, mantiene la puerta abierta a pagar dividendos en acciones.

Con la excepción de Bankia, además, todos los bancos del IBEX con políticas de dividendo en efectivo cuentan con una ratio de solvencia de máxima calidad inferior al 12%, que es un nivel, que, poco a poco, se ha ido haciendo un hueco como un mínimo exigible para el mercado.

Los bancos españoles, sin embargo, rechazan su posición estadística de colista y defienden que salen mal en la foto por las diferencias que se producen en los sistemas cálculo de activos en los distintos países de la zona euro.

Menores beneficios, menor capacidad de generar capital

El cambio en la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) este año ha supuesto un duro golpe para las entidades españolas, en expectativas de beneficios futuros, con un impacto especialmente significativo en las previsiones para 2020; año en el que el Banco de España anticipa ahora que podría exigir a la banca un mayor esfuerzo de capital.

Durante la presentación de resultados trimestrales, varios bancos ya revisaron a peor algunas de sus expectativas por los tipos negativos del BCE; entre ellos, Caixabank, Bankia y Banco Sabadell; aunque mantuvieron sus objetivos para 2020 y defendieron su actual política de dividendos.

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