Biden contenta a medias a Alcoa e impone más impuestos al aluminio ruso

El Gobierno de Estados Unidos ultima un decreto para imponer aranceles del 200% a las importaciones de aluminio ruso

Roy Harvey

Roy Harvey, presidente de Alcoa, en una imagen de archivo

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El Gobierno de Estados Unidos mueve ficha para trasladar las sanciones a Rusia también al mercado del aluminio. Según la agencia Reuters, el Ejecutivo que encabeza Joe Biden está ultimando una nueva batería de medidas para imponer unos aranceles del 200% a las importaciones de aluminio procedente de Rusia.

Se trata de la primera gran restricción a las compras de aluminio extranjero que Estados Unidos impone desde 2018. En aquel año, el Gobierno norteamericano decidió imponer unos aranceles adicionales del 10% a las importaciones de este metal alegando motivos de «seguridad nacional».

Ahora, cinco años después, el Gobierno estadounidense apuesta, según Reuters, por imponer una medida que se queda a medio camino de lo que planteaban gigantes del sector como Alcoa. Y es que la multinacional que preside Roy Harvey había defendido que tanto «el Gobierno de Estados Unidos» como el de «otros países» deberían «sancionar el aluminio ruso», tal y como recogió la agencia Reuters el pasado otoño.

Ofensiva en Estados Unidos y Europa

El aluminio fue precisamente uno productos que se quedó fuera de la ronda de sanciones masivas que el Gobierno estadounidense aplicó contra productos rusos tras la invasión de Ucrania el pasado mes de febrero. El temor a una presión al alza sobre los precios de un metal presente en un importante espectro de bienes de consumo hizo que la Administración Biden descartase una medida que ahora rescata.

Además, Alcoa, al igual que su competidora noruega Norsk Hydro, había puesto idénticos deberes a la Unión Europea, así como a la plaza de referencia para la negociación de materias primas en Europa: el London Metal Exchange. La compañía con planta en San Cibrao planteó la retirada de negociación de todo aquel aluminio procedente de Rusia al entender que «gran parte del mundo occidental ha rechazado y no reflejaría de forma correcta las dinámicas de oferta y demanda».

La compañía aseguraba que sus clientes habían dejado de comprar materiales procedentes de Rusia y que esta tendencia se extendería en los meses siguientes. «Si el metal ruso continúa entrando en el LME, el contrato subyacente se basará en un producto menos deseado por los clientes. Y por lo tanto, tienes un precio de referencia que es teóricamente más bajo de lo que debería ser”, llegó a defender el director financiero de Alcoa, Bill Oplinger, durante la Conferencia de Minería y Metales de Goldman Sachs.

Durante su intervención, el ejecutivo de Alcoa también afeó que las empresas rusas siguen gozando de un suministro energético barato, a diferencia del resto de fabricantes del mundo. Esta situación pone, a su juicio, a las competidoras occidentales en una situación de desventaja precisamente respecto a las firmas del país que ha desatado la crisis energética como consecuencia de la invasión de Ucrania.

La recuperación del aluminio

La probable imposición de aranceles a las importaciones rusas hace presagiar una presión al alza sobre los precios del aluminio. Su cotización en el LME permanece en el nivel de los 2.550 dólares la tonelada desde el pasado mes de enero.

Su precio se ha estabilizado después de la montaña rusa de 2022. La invasión de Ucrania por parte de Rusia disparó su cotización hasta el entorno de los 3.850 dólares, una cota desde la que meses después se desplomaría hasta marcar mínimos anuales sobre los 2.100 dólares en septiembre.

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