Carrera de Mercadona y Aldi para conquistar el mercado portugués en medio de la inflación

El grupo alemán pretende alcanzar las 200 tiendas "en los próximos años" en Portugal y abrirá 20 establecimientos este ejercicio; el objetivo es similar al de Mercadona, que prevé llegar a las 150 y abrir al menos diez este año

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Mercadona y Aldi se han convertido en dos de los grandes animadores del mercado portugués de la distribución alimentaria, un sector que lideran Sonae, con la cadena Continente, y Jeronimo Martins, a través de Pingo Doce, aunque con un puñado de grandes firmas con una fuerte implantación, como el caso de DIA (Minipreço y Clarel) o Auchan en el área de Lisboa.

El grupo de Juan Roig y el discounter alemán están desarrollando sus planes de expansión, un movimiento conocido en el caso de la cadena valenciana, que aterrizó en 2019 en el país vecino con la previsión de alcanzar a largo plazo las 150 tiendas. Está incrementando su red, formada actualmente por 36 establecimientos, a un ritmo de diez supermercados al año.

Más sorprendente fue la apuesta de Aldi, que ya supera el centenar de tiendas en Portugal. La intención de la compañía es duplicar este número y alcanzar los 200 puntos de venta en un periodo de tres años. La previsión para 2022 estaba en la apertura de 20 nuevos supermercados, una cifra similar a la de 2021.

Los planes de Mercadona y del grupo alemán se desarrollan en un mercado agitado por los efectos de la inflación y, desde hace unas semanas, por el anuncio del Gobierno portugués de un impuesto especial para gravar los «beneficios extraordinarios» de las distribuidoras a causa de la subida de precios.

Dos velocidades y dos modelos

Mercadona es en Portugal lo que Aldi es en España. Al menos, a nivel de implantación. La cadena de Juan Roig ha diseñado una expansión ordenada que comenzó por el norte del país y el área de Oporto y que se extiende ahora hacia el sur, con la apertura de sus primeras tiendas en Lisboa este mismo año. A pesar de la interrupción provocada por el Covid, el grupo valenciano ha mantenido más o menos el ritmo previsto. El año pasado facturó 415 millones, el doble que en 2020, y alcanzó los 2.500 trabajadores, cifra que se ha incrementado este año debido a las nuevas aperturas. Las inversiones, impulsadas por los propios costes de la expansión, rondaron los 100 millones.

Aldi, con una implantación más madura en territorio luso, concentra un gran número de supermercado en Lisboa, Oporto y sus respectivas áreas de influencia. A partir de las dos principales ciudades, los germanos han ido extendiéndose a nuevas localidades al norte y sur del país, desde Faro hasta Braga. Los establecimientos no son la única inversión relevante para Aldi, que inauguró recientemente un centro logístico en Moita en el que hubo de invertir 60 millones. Ahora, prepara la apertura de un nuevo centro de distribución de 40.000 metros cuadrados en Santo Tirso, en el norte de Portugal, que requerirá de una inversión próxima a los 50 millones.

Si tenemos en cuenta que la compañía quiere alcanzar los 200 supermercados en tres años, la expansión tendrá que ser necesariamente más rápida que la de Mercadona. De hecho, ya está abriendo el doble de establecimientos al año que el grupo valenciano. Si para los alemanes no cambia mucho el escenario respecto a España, donde también están acelerando su expansión, la cadena de Juan Roig cambia de rol. En el mercado español es el gran dominador, con casi un 26% de cuota según las estimaciones de Kantar. En el país vecino aspira a robar cuota a Continente y Pingo Doce.

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