Cuentas concluye que el Perte clave para Stellantis estuvo mal diseñado
Reprocha a Industria que el programa de ayudas del coche eléctrico limitó la participación de las empresas y dio malos resultados hasta que se modificó, entre quejas de las propias compañías
La ministra de Educación, Formación Profesional y Deporte, Pilar Alegría; el presidente de Aragón, Jorge Azcón y el ministro de Industria, Jordi Hereu, visitan la factoría de Stellantis en Figueruelas. Ramón Comet / Europa Press
El programa de fondos europeos clave para la industria de la automoción y, por tanto, también para Stellantis, estuvo mal diseñado. Esa es la valoración que hace el Tribunal de Cuentas y que no sorprende, ya que el Perte del Vehículo Eléctrico y Conectado se modificó entre quejas de las propias compañías por el planteamiento inicial del Ministerio de Industria, capitaneado entonces por Reyes Maroto, quien ya puso en marcha modificaciones para flexibilizar el acceso a las ayudas.
Este Perte, en sus sucesivas ediciones, es el que proporcionó respaldo público a la gigafactoría de Stellantis y CATL en Figueruelas y a la plataforma para la construcción de los nuevos vehículos eléctricos en Vigo, entre otros conceptos. El grupo recibió más de 300 millones en ayudas.
Ahora, el Tribunal de Cuentas pone negro sobre blanco lo que era un secreto a voces. El organismo fiscalizador analiza el periodo 2021-2023 y encuentra problemas en el diseño, la gobernanza y la gestión del Perte, uno de los principales instrumentos de política industrial impulsados en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Fue el primero aprobado por el Gobierno con una inversión prevista de 24.000 millones, de los que unos 4.300 millones corresponderían a fondos europeos.
La participación de las empresas
El Tribunal apunta que el diseño inicial no incorporó de forma estructurada la participación del sector privado, que se limitó a la presentación de manifestaciones de interés evaluadas mediante un procedimiento informal. «Esta forma de actuación ha impedido la creación de una verdadera colaboración entre ambos sectores«, ha señalado el organismo presidido por Enriqueta Chicano, lo que ha condicionado el desarrollo posterior del proyecto.
En relación con la gobernanza, el Tribunal de Cuentas señala que los órganos creados para la coordinación y el seguimiento del Perte VEC han tenido un funcionamiento limitado «con pocas reuniones y escasa coordinación». Según el informe, esto ha derivado en una gestión fragmentada de las distintas líneas de ayudas incluidas en el proyecto estratégico, lo que ha implicado una falta de integración de las distintas líneas de ayudas y ha derivado en que las ayudas se hayan gestionado de manera independiente. Aunque se han definido objetivos e indicadores, el informe señala que «la falta de un órgano encargado de su seguimiento y un calendario para su consecución impiden que tengan una utilidad mayor».
Industria mejoró
En lo que respecta a la gestión de la principal línea de ayudas, el Tribunal indica que se ha producido una evolución positiva entre la primera convocatoria, caracterizada por su «elevada complejidad y resultados limitados», y las posteriores, en las que se simplificaron requisitos, así como la concentración de una parte significativa de las ayudas concedidas en un número reducido de grandes empresas.
A la finalización del periodo fiscalizado permanecía pendiente de conceder el 57% de las ayudas previstas, por un importe de 2.408 millones de euros. Al mismo tiempo, el Tribunal de Cuentas observa avances en materia de transparencia y sostenibilidad ambiental, y una correcta implantación de medidas antifraude, pero identifica carencias en la integración efectiva del principio de igualdad en las convocatorias.