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No ha sido un buen año para la prensa española. Pese a la gran cobertura del coronavirus, con un despliegue sin precedentes y el registro de buenos datos de audiencia en canales como el digital, los efectos nocivos de la crisis sanitaria han hecho mella en el sector.

El resumen de este 2020 es el de la caída de ingresos, tanto publicitarios como por distribución de ejemplares, y el recorte de puestos de trabajo en redacciones que ya estaban mermadas por las crisis financiera de 2008.

Las primeras consecuencias de la pandemia la vivieron los anunciantes, como se pudo comprobar en la parálisis de campañas publicitarias. Los informes de Infoadex, la consultora de referencia que toma el pulso al mercado, mostraron datos contundentes durante los meses duros del confinamiento.

En mayo, el segundo mes bajo confinamiento, la inversión publicitaria alcanzó los 285,3 millones de euros, un 51,3% menos que en el periodo equivalente del año anterior. La cifra fue todavía mayor en determinados sectores de la prensa, como las revistas ( -73,8%) y los diarios (-52,7%).

Del ERTE al ERE

Ante una caída tan brusca en la principal línea de ingresos, el diagnóstico compartido entre la mayoría de editores era claro: recortar la partida de gastos. Y en esa ecuación la masa salarial de las redacciones ha sido la más afectada, primero con Expedientes Temporales de Regulación de Empleo (ERTE) y más tarde con despidos y salidas voluntarias.

Los ERTE fueron el denominador común durante los primeros meses de pandemia. Con mayor o menor agresividad, grandes grupos como Prisa (El País y la Cadena SER), Vocento (ABC) o Unidad Editorial (El Mundo) se acogieron a esta fórmula.

Las asociaciones de periodistas lanzaron entonces la primera señal de alerta. La FAPE hizo un «llamamiento a todas las empresas periodísticas para que, una vez concluyan los ERTE que se están aplicando en la mayoría de ellas, los periodistas recuperen las condiciones económicas y laborales que tenían con anterioridad a la actual crisis ocasionada por la pandemia».

Las televisiones, sin dividendo

En el caso de las televisiones, la crisis se ha vivido de manera distinta. La caída de la facturación se ha notado, pero no lo suficiente para llevar a cabo ERTE. Sí ha sido necesario recortes salariales de otro tipo, como el ajuste del caché de las estrellas de la pequeña pantalla.

Los accionistas de estos medios también se han tenido que ajustar el cinturón. Atresmedia y Mediaset han renunciado este año a sus respectivos dividendos.

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Un mando de una Smart TV. Fuente:Pixabay

La medida ha sido similar en el resto de Europa. Los homólogos de los propietarios de Telecinco y La Sexta también han dicho adiós a cobrar los beneficios cosechados el año anterior.

Un ejemplo lo dio RTL Group, el gigante mediático europeo que cuenta 68 canales de televisión, ocho plataformas de transmisión y 31 estaciones de radio,  y otro ProSiebenSat.1, su rival en tierras alemanas.

Los que no resisten: delegaciones y revistas

De poco sirvieron los llamamientos. Hay grupos que no han resistido los efectos de la pandemia una vez terminó la primera ola y han optado por salidas traumáticas, que en el mejor de los casos se han reparado con prejubilaciones o salidas voluntarias.

Las delegaciones han sido los principales testigos de cómo los altavoces mediáticos cada vez se concentran más en Madrid y en las grandes ciudades, en contra del periodismo local. Medios con grandes cabeceras regionales como Prensa Ibérica o delegaciones de grupos como Unidad Editorial, propiedad de la italiana RCS Mediagroup, han vivido durante los últimos meses del año procesos de despidos colectivos.

En algunos puntos del país, la negociación se ha traducido en la inmediata desaparición de delegaciones, como en el caso de El Mundo en la provincia de Alicante. Otras delegaciones han adelgazado hasta su mínima expresión, dejando únicamente a uno o dos profesionales al frente.

También se han producido despidos individuales. La Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP) denunció públicamente durante el verano que la agencia Europa PressLa Razón (Planeta) habían despedido a 16 y 9 trabajadores, respectivamente.

Tras los peores momentos, hay que lamentar la desaparición de revistas, especialmente en la prensa rosa. Han desaparecido durante la crisis los formatos de papel de Cuore y Stilo (ambas de Prensa Ibérica) y en los próximos meses lo hará la revista Hoy Corazón (Vocento).

En este sentido, el mercado descuenta operaciones corporativas para que algunas compañías se adapten a este nuevo escenario. Una es la venta de Fotogramas en España por parte del grupo Hearst, la compañía estadounidense que también es propietaria de marcas como Cosmopolitan o Men’s Health.

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