La trituradora de Navantia: ningún consejero lleva más de tres años en el cargo

La empresa pública, inmersa en pérdidas, también registra un cambio de presidente cada dos años

Ricardo Domínguez

Ricardo Domínguez, recientemente nombrado presidente de Navantia

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Baile de sillas en Navantia. Ni el presidente ni ninguno de los doce consejeros de la empresa pública supera los tres años en el cargo. Los miembros del máximo órgano de representación con mayor tiempo recalaron a mediados de 2020.

Fue a mediados de ese ejercicio cuando, en plena desescalada tras el confinamiento, la compañía propiedad de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) nombró a tres consejeros. Se trata de Aniceto Rosique, Galo Gutiérrez y Manuel Romasanta.

El primero fue propuesto para el cargo en representación del Ministerio de Defensa (es el director general de Armamento y Material), mientras que el segundo, que está al frente de la dirección general de Industria y Pymes, representa al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. También al Ministerio de Defensa pertenece Romasanta, que es el subdirector general de Reclutamiento y Orientación Laboral.

De esta forma, Navantia no cuenta con ningún vocal en su consejo de administración anterior a la crisis del Covid-19. Es por ello que incluso el gallego Manuel Lago Peñas, que accedió al consejo de administración de Navantia en diciembre de 2020, se erige ya como el quinto miembro más longevo ante esta ola de cambios.

Los cambios de gobierno han asestado históricamente vuelcos a las cúpulas de las empresas públicas y Navantia no ha sido una excepción. Pero a este factor se suman también los cambios en los gabinetes a lo largo de la propia legislatura, lo que ha desencadenado una ola de cambios en una Navantia que da cobijo en su cúpula a altos cargos de ministerios y a presentantes sindicales.

Cinco ministerios y un sindicato conviven en el consejo

De sus 12 miembros, la mitad se se corresponden a representantes de los ministerios de Hacienda y Defensa (tres en ambos casos). A ellos se suman el subdirector de participadas de la SEPI, Enrique Moreno, los ya mencionados Galo Gutiérrez (director general de Industria y Pymes) y Manuel Lago Peñas (asesor económico de Yolanda Díaz en el Ministerio de Trabajo y Economía Social), así como Ricardo Hernández, director de gabinete del secretario de Estado para la UE del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.

Completan el consejo de administración dos representantes sindicales como son el secretario general de la sección sindical intercentros de Navantia, Ramón Buendía, y Emilio García Juanatey, presidente del comité de empresa de Navantia en Ferrol, ambos de Comisiones Obreras. Este baile de sillas no afecta, por el contrario, al secretario del consejo de administración de la compañía, Miguel Orozco, que permanece en el cargo desde el año 2007.

Baile de sillas también en la presidencia

Este último ha resistido en su cargo a tres gobiernos diferentes (el de Rodríguez Zapatero, el de Mariano Rajoy y el de Pedro Sánchez) y a un total de seis presidentes distintos en la empresa pública. Su nombramiento como secretario se produjo bajo el mandato de Juan Pedro Gómez Jaén, que sería relevado de su cargo dos años más tarde por el hasta aquel entonces máximo responsable del Instituto de Crédito Oficial (ICO), Aurelio Martínez.

Posteriormente, este sería reemplazado por Luis Cacho, que tan solo un año al frente de la compañía fue sustituido por José Manuel Revuelta. Este último permaneció en el cargo durante cinco años, hasta que dio paso al mugardés Esteban García Vilasánchez. El ejecutivo gallego se mantuvo en la presidencia de Navantia hasta que, tras la moción de censura a Mariano Rajoy, fue reemplazado por Susana de Sarria.

A partir de entonces se ha intensificado el ritmo de cambios, toda vez que la ahora representante de la Junta de Andalucía dio paso a Belén Gualda al frente de la empresa pública en 2021. Su etapa en la presidencia de Navantia se prolongó durante apenas un año. Ante su ascenso para convertirse en la máxima ejecutiva de la SEPI, Gualda dejó una vacante que fue asumida por Ricardo Domínguez, que se ha convertido en el primer presidente de Navantia en superar los 200.000 euros de salario.

Y es que su retribución ascendió, según se desprende de los registros de Navantia, a 199.166 euros en 2022, aún sin contar el incremento del 3,5% de actualización salarial. Este sueldo representa por sí solo, casi el doble que los 122.000 euros que se embolsaron los 12 miembros del consejo de administración a lo largo de 2021 (último dato disponible) en concepto de dietas en ausencia de un salario como tal.

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