Leche Celta: pérdidas y salvedades del auditor en el año del Covid-19

El 2020 fue un mal año para todo el mundo y también para Leche Celta, el cuarto grupo por volumen de recogida en Galicia y el segundo por facturación entre las industrias lácteas que tienen sede en la comunidad. La compañía lusa tiene su base en Pontedeume y cerró su último ejercicio en números rojos y con una caída en la cifra de negocio.

Celta facturó, según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil, 215,8 millones de euros, un 13,3% menos, y acumuló pérdidas de 5,5 millones, frente a los beneficios de algo más de un millón de euros del año anterior.

Retroceso en todas las áreas

Todas las áreas de negocio retrocedieron, especialmente la venta de nata y mantequilla, con una caída del 32%, y la de leche cruda, que pasó de los 12 millones de 2019 a solamente 2 millones, según avanzó Expansión.

El negocio tradicional de venta de leche alcanzó los 164 millones, 13 millones menos que el año anterior. Tradicionalmente, Lidl y Carrefour han sido los grandes clientes del grupo portugués. Celta avanza que en el primer trimestre del año las ventas crecieron un 8%.

Salvedades del auditor

El socio único de Leche Celta es Lactogal, sociedad radicada también en Pontedeume y homónima de la matriz portuguesa del grupo. La prestación de servicios para Leche Celta desde la sociedad de cartera también cayó abruptamente, pasando Lactogal de facturar 6,5 millones a prácticamente la mitad, 3,3 millones.

La cabecera del grupo fiscal también es socia única de Lácteos Santander, al que el auditor hace mención en su análisis de los números de la compañía. Deloitte explica que la filial ha incurrido en pérdidas en los últimos ejercicios, lo que considera un “indicio” de que “sus activos materiales, que ascienden a 6,8 millones, pudieran no ser recuperables por los importes por los que se encuentran registrados en el balance”.