Stellantis da la vuelta a sus números en España y reparte 700 millones en dividendos

El grupo español repartirá más dividendos este año que en los últimos cinco ejercicios gracias a los beneficios de 719 millones con los que acaba el año, vinculados a la reversión de deterioros y al resultado financiero, pues las tanto las ventas como las ganancias operativas menguaron

Antonio Filosa en su primera visita como CEO de Stellantis a la fábrica de Vigo

Antonio Filosa en su primera visita como CEO de Stellantis a la fábrica de Vigo

Stellantis ha dado la vuelta como a un calcetín al balance de su grupo español. Stellantis España, la filial creada tras la fusión con Fiat Chrysler para manejar las operaciones de las factorías de Vigo, Zaragoza y Madrid, ha cerrado el pasado ejercicio con 719 millones de beneficios, frente a las pérdidas de 46,1 millones de 2023. Este salto en cuanto a ganancias parece chocar con la tormenta que vivió el fabricante el año pasado y que acabó con la dimisión de Carlos Tavares, quejoso por la difícil trasposición al mercado del proceso de electrificación. En realidad, los abultados beneficios, tienen truco.

Si el grupo se vio afectado en 2023 por el deterioro de su filial argentina, que controla a través de Stellantis España, al año siguiente sucedió lo contrario. Peugeot Citroën Argentina incrementó su valor en libros hasta los 498,7 millones, frente a los 265,9 millones del ejercicio precedente. Además, pasó de pérdidas de 193,7 millones a beneficios de 42,3 millones, según la normativa contable española. En base a estas cuentas, la compañía se anotó un resultado positivo por reversión de deterioro de 232,8 millones que empujaron al alza las ganancias del curso. En 2023, en cambio, se anotó pérdidas de 525 millones por deterioros.

El favorable resultado financiero permitió a Stellantis proponer el reparto de 704 millones en dividendos desde la filial española, que tiene su domicilio en Vigo, donde está su principal factoría del Estado. Esta cifra supera los 418,6 millones que repartió en los últimos cinco años y que, en realidad, van a financiar otras filiales de la compañía.

Cae la producción y los ingresos

Al margen de las piruetas financieras argentinas, la actividad de la compañía muestra una realidad más acorde con las dificultades atravesadas por el grupo, con descensos en la producción, los ingresos y el empleo. Stellantis España alcanzó una cifra de negocio de 15.496 millones, por debajo de los 16.581 millones del curso previo. El retroceso está acorde con la caída de la producción, que dejó atrás los más de un millón de vehículos ensamblados en 2023 para quedarse en los 981.000. Aún así fue el principal fabricante del Estado, con una cuota del 41,3% de la producción y con Vigo como factoría estrella, al montar 516.000 unidades.

El resultado de explotación también decreció. Se situó en los 367,6 millones, un 10% menos. El empleo fue igualmente a la baja. A cierre del ejercicio, Stellantis España contaba con 12.391 trabajadores, frente a los 13.487 del cierre de 2023, es decir, 1.100 empleados menos. Cabe recordar que durante el periodo estuvieron vigentes diversos Expedientes de Regulación Temporal (ERTE) tanto en Vigo como en Figueruelas (antigua planta de Opel en Zaragoza), que en el caso de la factoría olívica se firmaron por un máximo de 75 días.

Los líos fiscales

Entre los malos resultados globales del grupo, Stellantis ha dado algunas buenas noticias a España. Las más relevantes fueron la adjudicación de la plataforma STLA Small para Vigo y Zaragoza, que les garantiza las inversiones tecnológicas necesarias para la fabricación de la nueva gama de vehículos eléctricos; y la construcción de la gigafactoría de baterías de Figueruelas en alianza con CATL, algo más de 4.000 millones de inversión.

También ha recibido la compañía el abrigo de las ayudas del Gobierno a través de fondos europeos (más de 300 millones sin contar el respaldo a la gigafactoría) y una respuesta amigable a los líos fiscales que arrastra desde hace años por la deducibilidad de los royalties repartidos intragrupo. Según consta en la memoria de ejercicio de la filial española, el riesgo por este litigio está tasado actualmente en 88,7 millones, aunque llegó a situarse en los 320 millones. De hecho, en 2023 este mismo riesgo estaba calculado en 217 millones. «Durante el ejercicio 2024 el riesgo fiscal se ha reducido sustancialmente por la resolución favorable de varios procedimientos amistosos en materia de la deducibilidad de los royalties y
del margen de distribución de los ejercicios 2015 a 2017 y del cash pooling de los ejercicios 2011 a 2014″, indica a modo de explicación la compañía.

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