Santiago, A Coruña y Vigo lideran el ranking de las ciudades gallegas en el Atlas de la Sostenibilidad de ED Galicia

La innovación, la pujanza económica y la buena evolución demográfica sitúan a las tres principales ciudades del eje atlántico con los mejores resultados del estudio, mientras que Ourense y Ferrol ocupan las últimas plazas

Abel Caballero, Goretti Sanmartín e Inés Rey, alcaldes de Vigo, Santiago y A Coruña

Abel Caballero, Goretti Sanmartín e Inés Rey, alcaldes de Vigo, Santiago y A Coruña

Hace un año, el Atlas Urbano de la Sostenibilidad en Galicia encumbró a Pontevedra como la ciudad gallega más avanzada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. En la tercera edición del proyecto impulsado por Economía Digital Galicia, el análisis cambia de foco y el ranking da un vuelco. La inclusión de indicadores vinculados a la actividad económica y a la innovación hacen que sean las tres principales urbes del eje atlántico por población, Santiago, A Coruña y Vigo, las que marquen el camino al resto. Cada una a su manera.

La capital gallega saca los mejores resultados (65,29 sobre 100), impulsada sobre todo por la actividad innovadora, donde tiene influencia el volumen de patentes vinculadas a la universidad, y la evolución demográfica positiva. A Coruña, por su parte, muestra los resultados más equilibrados, puntuando alto en casi todos los indicadores analizadas (59,55 puntos sobre 100), mientras que Vigo es también fuerte en innovación, ya que concentra varios centros tecnológicos, y obtiene datos muy positivos también en acceso y calidad de la vivienda, algo poco habitual en urbes del tamaño de la ciudad olívica.

Lugo y Pontevedra ocupan una posición intermedia, mientras que Ferrol y Ourense obtienen las puntuaciones más bajas. Como explicó el coordinador del estudio, el sociólogo Xosé Gabriel Vázquez, cada ciudad presenta características propias, tanto en sus fortalezas y debilidades como en la relación que mantiene con los municipios de su área de influencia. «Santiago es la que tiene una dinámica más similar a la de una gran metrópolis, en el sentido de fagocitar los territorios que tiene alrededor, como Milladoiro», señaló en la presentación del Atlas, celebrada este miércoles en la Fundación Paideia Galiza de A Coruña.

La ciudad herculina se caracterizaría por su «equilibrio», conformando un sistema urbano con una gran zona industrial (Arteixo) y territorios residenciales (Oleiros) entre los que se posiciona como un gran centro de servicios comerciales y financieros. Y Vigo sumaría a su potencia económica (puerto, zona franca…) el respaldo de municipios como Nigrán o Cangas como espacios de ocio y de turismo.

Los indicadores

Para la obtención de estos resultados se identificaron siete indicadores, que configuran los bloques estratégicos en los que se organiza el Atlas Urbano de la Sostenibilidad en Galicia. Los autores, el consultor de Cecubo Group Iago Piñeiro Fraga y el politólogo Roi Pérez Vila, seleccionaron estas áreas temáticas en base a criterios de relevancia analítica, a la disponibilidad estadística y la capacidad para captar transformaciones estructurales. Son la vivienda, la movilidad y transporte; la innovación y tecnología; la sostenibilidad ambiental; demografía y población; turismo y crecimiento económico.

Para la obtención de los datos se acudió a fuentes estadísticas de alta fiabilidad (INE, IGE, Xunta, Adif, Observatorio da Vivenda…) y se planteó un análisis multinivel y comparado con las dinámicas y estándares de la Unión Europea.

Las fortalezas de las ciudades gallegas

El rendimiento de cada ciudad en estos indicadores presenta diferencias significativas, de manera que cada urbe tiene sus propias fortalezas y debilidades. Dice el informe que Santiago, que está en lo más alto del podio, muestra un «excelente desempeño en innovación» y en aspectos demográficos. A Coruña y Vigo, que ya estaban bien posicionadas en el análisis de los ODS, también ocupan ahora los puestos de cabeza apoyadas en su pujanza económica. En el caso de la ciudad herculina, «muestra un perfil sólido gracias a un notable rendimiento en movilidad y transporte, así como en innovación, lo que le permite posicionarse como una de las ciudades más equilibradas», según el Atlas. En cuanto a la ciudad olívica, «mantiene una puntuación elevada, sustentada en su dinamismo en movilidad y su buen comportamiento en crecimiento económico».

Lugo tiene un comportamiento poco convencional, tanto en sus indicadores como en la relación con los territorios vecinos, menos intensa que en el resto de ciudades. Dicen los autores que, «a pesar de los mejorables resultados globales en demografía, logra contener la pérdida de población joven y en activo en áreas limítrofes». Además, se beneficia de su anclaje en un entorno «eminentemente verde y rural». Pontevedra consigue resultados equilibrados en demografía –lidera en media de edad– y en vivienda, lo que «refuerza su perfil como una ciudad atractiva por su calidad de vida».

Ferrol, aunque en posiciones más bajas del ranking, presenta fortalezas específicas en sostenibilidad ambiental y vivienda , aunque poca capacidad para atraer población. Finalmente, Ourense tiene carencias en transporte metropolitano y en atracción de empresas innovadoras. En cambio, presenta potencialidades importantes como capital ferroviaria de la alta velocidad, lo que ayudará a evitar un declive demográfico.

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