Redefiniendo lo urbano en Galicia

En el siglo XXI, Galicia late en una “urbanidad expandida”, un tejido complejo de interacciones que disuelve las fronteras administrativas y revela una comunidad más interconectada de lo que las meras estadísticas pueden sugerir

El coordinador del Atlas Urbano de la Sostenibilidad en Galicia, Xosé Gabriel Vázquez, presenta los resultados del estudio acompañado por la periodista Cristina Díaz Pardo / EDG

El coordinador del Atlas Urbano de la Sostenibilidad en Galicia, Xosé Gabriel Vázquez, presenta los resultados del estudio acompañado por la periodista Cristina Díaz Pardo / EDG

El Atlas Urbano de la Sostenibilidad en Galicia 2024 no es otro compendio de datos, sino una radiografía de la esencia de lo urbano en Galicia. Su mayor logro es que trasciende la noción de ciudad como un ente confinado a sus límites municipales. En el siglo XXI, Galicia late en una “urbanidad expandida”, un tejido complejo de interacciones que disuelve las fronteras administrativas y revela una comunidad más interconectada de lo que las meras estadísticas pueden sugerir.

La tercera edición de este Atlas también desafía la vieja dicotomía entre lo rural y lo urbano, que ha quedado obsoleta para comprender la Galicia contemporánea. La realidad es que la inmensa mayoría de la población gallega, incluso la que reside en municipios con baja densidad de habitantes,
participa activamente de dinámicas urbanas. Las redes de transporte, la movilidad cotidiana, el acceso a la tecnología digital y la homogeneización de patrones culturales y de consumo han difuminado las líneas que antes separaban el campo de la ciudad. Hoy, la urbanización del modo de vida es un hecho innegable: la dependencia de servicios metropolitanos, los desplazamientos por trabajo o estudio y un estilo de vida que poco difiere del observable en los centros urbanos europeos, son la norma en Galicia.

Esta perspectiva que ofrece el Atlas también es crucial porque, a diferencia de modelos centralistas como los de Bilbao, Barcelona o Madrid, donde una gran metrópoli tiende a absorber a los municipios aledaños, concentrando la mayor parte de los flujos económicos y demográficos, Galicia exhibe una singularidad a este respecto. Aquí, la ciudad principal no devora a sus satélites, sino que se articula en torno a un conjunto de urbes medianas que coexisten con funciones complementarias. Esta “policentricidad”, además, no es una debilidad, sino una fortaleza inherente, una arquitectura urbana distribuida que fomenta la resiliencia y reparte las oportunidades de desarrollo de forma más equitativa, evitando la concentración extrema de riesgos y beneficios.

Pero esa fortaleza estructural se ve amenazada por la fragmentación administrativa y la ausencia de una gobernanza metropolitana coordinada. Al ir más allá de los límites municipales, la radiografía que supone este Atlas también permite identificar desafíos. Como el envejecimiento poblacional y la pérdida de juventud activa; el acceso a la vivienda en ciudades con mercados tensionados; la alta dependencia del coche privado; los riesgos climáticos y de contaminación; las desigualdades económicas y en el empleo; la brecha tecnológica y en innovación; o por un turismo de mayor valor. Todo ello no puede resolverse con políticas aisladas e implica una mejor cohesión territorial.

Tal transformación necesaria exige, por tanto, una reevaluación de las políticas públicas. No basta con gestionar el crecimiento de las ciudades; el principal reto es garantizar un acceso equitativo a los servicios y oportunidades urbanas, para una población cuyo estilo de vida es funcionalmente urbano, independientemente de su ubicación administrativa.

En definitiva, este nuevo Atlas ofrece una conclusión ineludible: Galicia es un sistema urbano policéntrico, resiliente y en constante evolución. Su singularidad, donde las ciudades no se fagocitan, sino que se complementan, es una ventaja competitiva en el nuevo mapa europeo.

La clave para el futuro de Galicia reside en transformar esta diversidad urbana en una fortaleza colectiva, impulsando políticas públicas inteligentes, inversiones estratégicas y una visión común que abarque el conjunto del territorio. La “coopetencia” –cooperación y competencia virtuosa– entre sus ciudades es el paradigma que debe guiar la acción para construir una Galicia urbana cohesionada, competitiva y verdaderamente sostenible.

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