La banca da la puntilla a la Galicia vaciada

Esos mismos bancos que te cobran hasta por el desgaste de la puerta de la oficina cuando entras y sales (eso si, de 9 a 11), están siendo responsables de que la Galicia vaciada lo esté aún más

Protesta en A Coruña contra el cierre de oficinas en el rural / Concello de Zas

Protesta en A Coruña contra el cierre de oficinas en el rural / Concello de Zas

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

¿Cuándo dejaron los bancos de ser un servicio público? Pues al igual que el monopolio de la energía eléctrica, cuando única y exclusivamente ven en las retinas de sus ojos las cuentas de resultados en un ejercicio de avaricia total y absoluto, como sucedió hace una década, en la gran crisis del 2008.

Hoy en día estas mismas entidades financieras, – con su abandono de infinidad de municipios-, contribuyen sobremanera a la desertizacion de la Galicia y la España vaciada. Con sus modélicos horarios, de nueve a once de la mañana, y sus insignificantes comisiones y gastos que nos aplican en nuestras cuentas se están granjeando el aprecio y empatía de todos, sin ningún género de duda.

Ourense queda con la red de sucursales más reducida de toda Galicia

Y todo ello agravado en provincias como la mía, Ourense. Les pongo un simple ejemplo: hace unos días leía en La Región que nuestra provincia era la que registraba el ratio más bajo de enfermeras por paciente de toda España, concretamente 3,75 enfermeras por cada mil pacientes. Hasta en ese indicador somos también los últimos. Miren, cuando a una provincia le abandonan hasta los bancos, pues …muy mal, pero que muy mal asunto. En fin, entremos en materia.

En la provincia de Ourense hemos pasado de las 375 oficinas bancarias que existían en el año 2007, a 165 oficinas bancarias a fecha de agosto. Y de momento, porque la sangría de cierres de oficinas bancarias está lejos de cesar.

Ourense queda con la red de sucursales más reducida de toda la comunidad gallega. Con los datos del Banco de España en la mano podemos decir que 26 ayuntamientos de Ourense ya no tienen ninguna oficina bancaria. Mientras, en Galicia, en 41 municipios tampoco hay ninguna oficina, y de esos, 26, como decía antes, son ourensanos, casi nada  …y dicho todo.

Según un análisis reciente del Banco de España sobre el cierre de oficinas y el acceso de la población al efectivo, la reducción del número de sucursales bancarias “no lleva a la exclusión financiera de una parte de la población, ya que existen vías alternativas para el acceso a los servicios bancarios como, por ejemplo, el uso de la banca electrónica”.

Le diría al Banco de España y las entidades financieras que aún quedan en esta Galicia vaciada que una parte importante de nuestra población, o no tiene acceso a internet o su acceso es deficiente . Y les seguiré diciendo que una buena parte de la población más mayor no puede defender correctamente sus intereses en la banca online.

Han dejado a personas de avanzada edad y con dificultades para desplazarse sin servicio bancario

A mayores, estas mismas entidades han dejado en los centros y semicentros de villas y la ciudades un reguero de cientos de bajos vacíos entre cierre de oficinas y corresponsalías, difícilmente ocupables. Y aún hay más, ya que también ha dejado a decenas de miles de personas ,-el mayor porcentaje de avanzada edad y con dificultades de desplazamiento al no conducir muchos de ellos-, sin servicio bancario para cobrar sus pensiones o simplemente pagar sus recibos no domiciliados.

Pero no acaba ahí el asunto, ya que esas mismas personas que cobraban en sus municipios sus pensiones y salarios, contribuían a dinamizar la economía local de su entorno al consumir en el comercio multisectorial de su localidad de origen. En definitiva, esos mismos bancos que nos abrasan a comisiones, y que te cobran hasta por el desgaste de su puerta de entrada cuando la abres para entrar y salir, (eso si, de 9 a 11), están siendo uno de los principales responsables de que la España vaciada, la Galicia vaciada, y el Ourense vaciado, lo sean aún más.

Ha sido una década de excesos, avaricia y poderes bancarios ilimitados. ¿El problema? Pues el problema lo tiene ahora una Galicia vaciada y desnortada y los que aquí vivimos y queremos seguir haciéndolo.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp