Cambio de ciclo en la política gallega: las incógnitas que rodean a Feijóo, Caballero, Pontón y Yolanda Díaz

Las autonómicas del año de la pandemia abrieron un nuevo tiempo político de cambios en Galicia que podría derivar en un cartel electoral radicalmente distinto en las próximas elecciones

Ana Pontón, Gonzalo Caballero, Yolanda Díaz y Alberto Núñez Feijóo

Ana Pontón, Gonzalo Caballero, Yolanda Díaz y Alberto Núñez Feijóo

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El año de la pandemia, Galicia acudió a las urnas. Fue el 12 de julio de 2020 y Alberto Núñez Feijóo volvió a salir reelegido presidente de la Xunta, igualando la marca de Manuel Fraga. Dejando a un lado a Ciudadanos y Vox, que ya no figuraban en el Parlamento gallego y que no consiguieron representación por ninguna provincia, la noche electoral dejó al PP y al BNG de Ana Pontón como grandes ganadores (los nacionalistas se erigieron en segunda fuerza política) y al PSdeG y a la confluencia En Común, liderada por Unidas Podemos, como perdedores. Los de Gonzalo Caballero no fueron capaces de crecer en escaños a pesar del tirón de Pedro Sánchez, que sí los benefició un año antes, en las municipales. La caída de los rupturistas fue morrocotuda, ya que, liderados por Antón Gómez Reino, pasaron de 14 escaños a cero. Tras esos comicios se abrió un cambio de ciclo que aún no ha cristalizado y que arroja a estas alturas, aún, numerosas incógnitas. Y es que existe la posibilidad de que, en las próximas autonómicas, no repita ninguno de los candidatos del ejercicio de la pandemia. Aún faltan tres años, pero cada formación tiene por delante un largo recorrido en el que las municipales de 2023 serán una piedra de toque.

La incógnita más inmediata a despejar en el panorama político gallego es saber quién será el nuevo secretario xeral del PSdeG. La formación celebrará sus primarias el próximo día 30. Una vez superadas esas elecciones internas, el 7 y el 8 de diciembre tendrá lugar su congreso. El pulso por las riendas del partido lo disputan el actual líder de la formación , Gonzalo Caballero, y Valentín González Formoso, alcalde de As Pontes y presidente de la Diputación de A Coruña.

Caballero, González Formoso y Miñones

Uno y otro están inmersos en una campaña de distintos perfiles. Caballero se erige como el necesario continuador de un proyecto que está germinando y se posiciona como el candidato más a la izquierda, acusando a los de Formoso de mantener una postura mucho más tibia con el PP de Núñez Feijóo y de fomentar un sistema partidista de baronías. Las cuentas dicen, no obstante, que el sobrino de Abel Caballero tendrá que apretar para mantenerse al frente de la formación. Si bien el mandatario olívico no ha querido mostrar sus preferencias, el resto de regidores socialistas en las ciudades se decanta por Valentín, con un aparato fuerte en la provincia de A Coruña y con importantes apoyos en Lugo (es fundamental su sintonía con José Ramón Gómez Besteiro, exsecretario xeral del PSdeG y persona que podría volver a ocupar un puesto de relevancia una vez que se archive la últimas de las causas por las que fue imputado).

“No se trata de baronías. Al final, aquí se trata de hacer equipos y Caballero no lo ha logrado en este tiempo, como demuestra el hecho de que, en estos años, nunca ha sentado en una misma mesa de trabajo, por ejemplo, a los alcaldes de las ciudades”, apuntan partidarios de la candidatura de Formoso.

En todo caso, antes de las próximas autonómicas, que en principio tocarían para el 2024, el PSdeG debe celebrar otras primarias para elegir candidato a la Xunta. Juega un papel importante otro valor en alza dentro del partido: José Miñones, exalcalde de Ames y actual delegado del Gobierno en Galicia. Político de la confianza de Pedro Sánchez (se conocieron en el año 2005, en la campaña electoral con la que Emilio Pérez Touriño llegó a San Caetano), en una reciente entrevista en la Cadena Ser eludía manifestarse a respecto de ese proceso.

El dilema de Ana Pontón

Al margen de Alberto Núñez Feijóo, si hubo una ganadora de las autonómicas de 2020 esa fue Ana Pontón. Como cabeza de cartel, el BNG pasó de seis a 19 escaños, sobrepasando la marca histórica de Xosé Manuel Beiras y recuperando gran parte del voto que se había ido al espectro rupturista. No obstante, el pasado agosto, la portavoz nacional de la formación lanzó un aviso a navegantes, anunciando que abría un “proceso de reflexión” sobre su futuro al frente de la organización. Distintas fuentes consultadas por este medio aseguran que el gesto, principalmente, debe leerse en clave interna, como una llamada de atención a los grandes coroneles de la UPG, la formación hegemónica dentro del Bloque. En cualquier caso, pocos son los que dudan de la continuidad de la dirigente.

El BNG celebrará el próximo 7 de noviembre en el Coliseum de A Coruña su XVII Asemblea Nacional, que supondrá el cierre de un ciclo iniciado en 2016, cuando Pontón se convirtió en portavoz nacional. «Gañar unha nova Galiza!» es el lema escogido por el BNG para el cónclave de noviembre, en el que desembocarán las asambleas comarcales que arrancaron ya este 4 de octubre hasta el 22 de este mes. Además, está previsto que días antes se celebre un nuevo Consello Nacional –máximo órgano de decisión entre asambleas–, horizonte que, aunque no se ha fijado ni interna ni públicamente, sería el que se maneja para conocer como muy tarde el resultado de la “reflexión personal” de Ana Pontón sobre su futuro al frente de la organización.

Feijóo y un debate pospuesto

No obstante, quizás la mayor incógnita dentro de la política gallega en estos momentos, debido al hermetismo que rodea siempre al líder del PPdeG, radica en despejar la ecuación sobre su futuro. Desechada ya al completo la posibilidad de un salto a la política estatal, queda por saber si Alberto Núñez Feijóo optará a un quinto mandato en la Xunta de Galicia o arrancará un proceso sucesorio en el que, al menos de momento, no hay ningún delfín señalado.

Los populares celebraron el pasado julio un congreso descafeinado, sin más objetivo de renovar el liderazgo de Feijóo hasta la celebración de la cita clave, un cónclave extraordinario antes de las autonómicas. Tampoco hubo grandes novedades en los congresos provinciales que volvieron a señalar a Diego Calvo, en A Coruña, Elena Candiá en Lugo, Manuel Baltar en Ourense y Alfonso Rueda en Pontevedra. Las municipales de dentro de dos años marcarán un punto de inflexión, principalmente porque el PP no gobierna en ninguna de las siete ciudades. Su recuperación no es sencilla, teniendo en cuenta que la suma de los votos de PSOE y BNG obliga a los de la gaviota a buscar mayorías absolutas para hacerse con el bastón de mando.

Fuentes no oficiales del partido consultadas insisten en la creencia de que, de no repetir finalmente Feijóo en 2024, el “candidato natural” sería Rueda, conselleiro de Presidencia y su histórico número dos, si bien el mandatario se mantendría neutral en caso de existir más de un candidato, replicando el modelo que siguió Manuel Fraga y que aupó al de Os Peares.

La jugada de Yolanda Díaz

Fuera del ámbito autonómico, pero con fuerte repercusión en la política gallega, queda por saber si el proyecto de refundación del espacio rupturista que pretende Yolanda Díaz, la ministra de Trabajo, se fraguará o no.

La de Fene fue señalada por Pablo Iglesias como futura candidata de la formación morada a la presidencia de España. No obstante, si bien Díaz es la ministra de Unidas Podemos más mediática y más respaldada en las encuestas, a nivel de partido es una especie de verso suelto, ya que no milita en Podemos ni en Izquierda Unida, que abandonó en 2019 tras discrepancias relativas a las primeras negociaciones fallidas para la formación de Gobierno.

La distancia con pesos pesados de Podemos como Irene Montero, Ione Belarra o Echenique, además del propio desgaste y fragmentación de las confluencias territoriales del rupturismo llevaron a Díaz a iniciar, con el apoyo de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, una suerte de proyecto refundador, que busca volver a tender puentes entre las formaciones a la izquierda del PSOE y dejar en un segundo plano las siglas.

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