El PSOE advierte que Podemos no puede vetar a Ciudadanos en la reforma laboral

El PSOE pidió a CEOE que 'atase' el apoyo de Ciudadanos a la reforma laboral para abrir otra vía frente a ERC y no rendir cuentas a Podemos

La vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, en una imagen de archivo. EFE/Rodrigo Jimenez

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Las negociaciones para aprobar la reforma laboral en el Congreso se trasladaron este jueves a los medios. Los socios de Gobierno aprovechan un acto informativo y dos ruedas de prensa para rogar a sus socios nacionalistas e independentistas a que ‘pasen por el aro’ del texto pactado con la patronal y sindicatos para evitar otro lío interno por el apoyo de Ciudadanos. El PSOE quiere dejar claro a sus socios de Podemos que no está negociando con los ‘naranjas’. Pero tampoco cuenta toda la verdad.

El ministro de Presidencia y principal negociador, Félix Bolaños, ‘abrió fuego’ este jueves defendiendo, en un desayuno informativo, la posibilidad de «ensanchar mayorías» en clara advertencia al apoyo de Ciudadanos. El PSOE ha dado su palabra a la CEOE de no tocar en sede parlamentaria el texto negociado con los agentes sociales. El tiempo pasa y las negociaciones no salen adelante con sus socios de investidura -PNV, Bildu y ERC- porque, precisamente, éstos solo darán su apoyo si introducen sus peticiones.

Propuestas que ahora mismo son tres, según avanzan fuentes conocedoras: la prioridad de los convenios autonómicos sobre los nacionales, restaurar la indemnización de 45 días en el despido improcedente y el permiso administrativo en los ERE. La respuesta de los socialistas es tajante: «El texto no se toca».

Todavía quedan dos semanas para sacar la reforma adelante y las negociaciones continúan en estos momentos. Pero Pedro Sánchez no quiere sustos y menos con una reforma de calado que exige Bruselas para seguir desembolsando los fondos europeos. Con esto y desde hace unas semanas, los socialistas volvieron a emplear la palabra de «geometría variable» para mirar la suma con Ciudadanos. El partido de Inés Arrimadas está más que dispuesto a dar el ‘sí’ a Pedro Sánchez si no se altera el texto pactado, al igual que piden sindicatos y patronal.

Los cálculos para convalidar el decreto

Da la casualidad que existiría otra posibilidad, en caso de que ni ERC, PNV y EH-Bildu dieran un ‘sí’ rotundo a la norma. Los socios de coalición -PSOE y Unidas Podemos- ya suman 152 escaños. Con los nueve de Cs llegarían a 163. Otros partidos como el Partido Regionalista de Cantabria (PCR) o Teruel Existe, que en su mayoría siempre votan con Sánchez, podrían favorecerles. Más País y Compromís, tampoco han dado hasta el momento un ‘no’ rotundo. Y también estarían Coalición Canaria, Nueva Canarias y el PDeCAT, a quienes podrían convencer en estas semanas.

Un cálculo que podría oscilar en conseguir hasta 13 parlamentarios más para alcanzar alrededor de los 176 escaños. La clave, en este caso, seguiría estando en la abstención del PNV o ERC. Algunas fuentes consultadas piensan que una abstención del PNV podría ser la fórmula que desatascase el entuerto y no lo ven «descabellado».  «En estos momentos, lo que plantea Bildu no se puede asumir. Y ERC tiene que entender que, si se acepta lo que ellos piden, los agentes sociales se van», desvelan fuentes socialistas conocedoras de las negociaciones.

Sin embargo, los socios de Unidas Podemos no pueden ni ver este planteamiento. Y por si en privado no lo hubieran entendido, el partido convocó este jueves una rueda de prensa para contestar ante los medios, en primer lugar, los ataques de ERC y, en segundo, a sus socios del PSOE respecto a Ciudadanos.

«Ciudadanos quiere romper el bloque progresista del Congreso. Cs es un partido que ha defendido unas recetas que van en la dirección contraria a lo que hay a la reforma. Es una trampa en la que no vamos caer», dijo rotundo el presidente del Grupo de Podemos en el Congreso, Jaume Asens. En privado insisten en que es la reforma laboral es la norma ‘estrella’ de Podemos y se la atribuyen a la vicepresidenta Yolanda Díaz: «¿Cómo vamos a sacarla si no es con nuestros socios de investidura?»

Pero esta línea roja enseguida ha tenido respuesta por el PSOE. Fuentes del partido aclaran que «Unidas Podemos no puede boicotear la entrada de actores como Ciudadanos en el acuerdo, porque no se está negociando y, por tanto, no tienen que dar ningún consentimiento» al eventual voto favorable de la formación liberal.

El PSOE pidió a CEOE que ‘atase’ a Ciudadanos

Lo que los socialistas no cuentan y Economía Digital ha podido saber es que el partido de Pedro Sánchez solicitó a la patronal que hiciera de intermediaria con los ‘naranjas’ para conseguir su voto favorable a la norma si se respetaba el texto. De esta manera, todos ganan. Un ‘win-win’ de manual. Patronal y sindicatos para que no se realicen cambios y los socialistas que sacan adelante la norma en el Congreso, sin tener ‘lío’ interno con Podemos tras cambiar de socios. «No se está negociando con Cs», repiten fuentes socialistas. «Lo ha hecho CEOE», desvelan fuentes de la propia patronal.

CEOE ha venido manteniendo contactos bilaterales con Ciudadanos, Teruel Existe, Unión del Pueblo Navarro y Foro Asturias para que apoyen esta reforma. Los ‘naranjas’ confirman, por su parte, que han mantenido contactos con CEOE, ATA y organizaciones patronales autonómicas como Foment.

De ahí que los socialistas no estén especialmente nerviosos por que en estos momentos los números no den. Mientras que los de Yolanda Díaz piden a ERC un esfuerzo asegurando que «esto no va de proyectos personales», tal y como dijo el portavoz republicano Gabriel Rufián.

El «adversario a batir no es la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ni los sindicatos, sino acabar con la temporalidad del mercado laboral», respondió Asens. «Hay que ser cuidadosos con las palabras porque pueden tener consecuencias», advirtió el dirigente morado dirigiéndose claramente a Rufián. Un ‘no’ de los republicanos que los morados difícilmente perdonarían. La norma ‘estrella’ de Yolanda Díaz no puede quedar en manos de Ciudadanos. Para los socialistas, parece, que es lo de menos. «La reforma se tiene que aprobar con una amplia mayoría», zanjan.

Los sindicatos mantienen preservar el pacto pero minimizan el cambio reclamado

En medio de estas negociaciones, el Ministerio de Trabajo ha aprovechado la publicación de la ley de nacionalización del llamado ‘banco malo’ Sareb para introducir varios cambios en la reforma laboral por errores y erratas en la redacción del decreto aprobado el pasado 28 de diciembre.

Y, por el lado sindical, CCOO y UGT llaman a los partidos de izquierdas a avalar el texto actual de la reforma laboral sin cambios, ya que aunque no se incluyen cambios relevantes que ellos también defienden, como la recuperación de la indemnización de 45 días por despido o el control administrativos en los ERE, sostienen que «habrá tiempo» para abordar este y otros asuntos pendientes.

El secretario general de CCOO, Unai Sordo, fue explícito en este sentido al pedir que los partidos no caiban en una «torpeza histórica por réditos electorales», minimizando la relevancia del cambio reclamado por los nacionalistas de la prevalencia del convenio autonómico sobre el estatal, al asegurar que ya se suscriben dentro de los convenios sectoriales convenios estatales, autonómicos y provinciales.

Sordo señaló que en algunas provincias hay «hasta nueve convenios» de un mismo sector, por lo que el matiz de priorizar los convenios autonómicos sobre el estatal serviría para «racionalizar» la negociación colectiva, pero es «perfectamente compatible» la pervivencia de los dos ámbitos (autonómico y estatal). Hay 52 convenios de hostelería, no habría ningún impedimento para que sean 17″, apostilló Sordo.

El secretario general de la federación de servicios de CCOO, José Marí Martínez, llamo a renovar los convenios colectivos en el sector hostelero al haber 52 convenios. «No nos importaría que hubiese convenios autonómicos de hostelería que escalaran la provincia», apuntó, añadiendo que en una provincia hay 9 convenios de comercio, de ellos siete negociados por un despacho de abogados que se opone a que haya cambios ante sus intereses, que exceden de la política y la negociación colectiva.

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