El ‘indepe’ Laporta también entierra el ‘procés’ y homenajea a Felipe VI con una camiseta del Barça
El homenaje de Laporta al Rey Felipe choca contra el mensaje del independentismo, que solo ve al monarca como la máxima expresión del 'A por ellos' tras el discurso real del 3 de octubre.
Joan Laporta regala al rey Felipe VI una camiseta del Barça
Joan Laporta confirma la mala semana para el independentismo catalán. El Barça, el gran activo cultural de los independentistas, se rinde ante Felipe VI, monarca que fue convertido por Carles Puigdemont en «bestia negra del secesionismo» (el Rey del ‘a por ellos’, le llaman los políticos de Junts y ERC), después del contundente discurso del monarca el 3 de octubre de 2017 tras el golpe en Cataluña.
El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, ariete del independentismo, se pliega ahora al mismo rey y le homenajea regalándole una camiseta del Barça con su nombre y el número 6 durante la previa de la Copa del Rey que se disputó el pasado sábado 26 de abril en La Cartuja, Sevilla, con victoria azulgrana.
A todo esto se suma lo sucedido con el consejero de la CNMC propuesto por Junts, Pere Soler, quien no ha tenido reparos en votar a favor de la opa de BBVA a Sabadell, pese a ser este el único banco catalán que queda tras el regreso de la sede a Cataluña.
Laporta tiende la mano
Lo acontecido durante la celebración de la final de la Copa del Rey marca un paso más del Barça hacia la pacificación en un momento donde el independentismo ha perdido fuerza. No era el primer encuentro entre Joan Laporta y Felipe VI, pero sí la primera vez desde lo sucedido en 2017 que el presidente azulgrana le entregaba una camiseta personalizada al monarca.
El año pasado, durante la celebración de la final de Copa de la Reina, Laporta tuvo el mismo gesto con la reina Leticia, que acudió a la final y entregó el trofeo a Alexia Putellas, capitana del equipo femenino. Ambos gestos se contradicen con la relación que el club ha mantenido históricamente con el independentismo.
El 1 de octubre de 2017, día en el que el Gobierno catalán liderado por Carles Puigdemont realizó el referéndum de autodeterminación de manera ilegal, el conjunto azulgrana jugaba ante Las Palmas en el Camp Nou. El encuentro se disputó a puerta vacía como medida de apoyo al secesionismo.
En aquel momento era Josep María Bartomeu quien llevaba las riendas del club. El presidente solicitó a la Liga Profesional de Fútbol que el encuentro se suspendiera, pero Javier Tebas se negó a que eso ocurriera, por lo que el partido se jugó a puerta vacía.
«Jugamos a puerta cerrada, no por problemas de seguridad, que está garantizada, sino para mostrar nuestra disconformidad«, explicó Bartomeu reiterando que el Barcelona estaba dando su apoyo «a todos los que están padeciendo esta falta de libertad de expresión».
Antes del 1-O, el Camp Nou ya era la bastilla del independentismo catalán. Desde hace años se ven esteladas por el estadio, incluso en el minuto 17, muchos aficionados gritan «In-Inde-Independencia» mientras ondean la bandera separatista. Sin ir tan lejos, el día de la final de la Copa del Rey, el fondo culé pitó el himno de España.
Cuando los aficionados del FC Barcelona visitan otros estadios, no pueden llevar la estelada al considerarse un símbolo de odio, tampoco otros relacionados con los Boixos Nois. No obstante, en el Camp Nou, Joan Laporta permite que las gradas se vistan de independentismo. Durante su primer mandato, entre 2003 y 2010, ya era común ver en el estadio este tipo de símbolos.
Una de las decisiones más importantes que Laporta tomó durante su primera etapa fue acabar con los Boixos Nois, los ultras radicales del FC Barcelona que tienen una ideología de extrema derecha. En 2005 logró echarles del estadio, cumpliendo así su promesa electoral de acabar con la violencia en el club.
Joan Laporta y miles de aficionados culés acompañan a su equipo en Milán en un partido clave para la entidad. Si consiguen ganar, volverán a una final de UEFA Champions League diez años después. Mientras tanto, el independentismo sigue perdiendo fuerza.