Miquel Iceta: el ministro que no querían los barones del PSOE

El décimo ministro del PSC de la historia se ha enfrentado a los barones del PSOE por, entre otras cosas, considerar Cataluña una "nación"

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda al secretario general del PSC, Miquel Iceta, antes de una reunión en Barcelona el 6 de febrero de 2020 | EFE/EF/Archivo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda al secretario general del PSC, Miquel Iceta, antes de una reunión en Barcelona el 6 de febrero de 2020 | EFE/EF/Archivo

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Miquel Iceta, el nuevo ministro de Política Territorial y Función Pública, no tiene buena relación ni con algunos presidentes autonómicos del PSOE. Nadie olvida, por ejemplo, sus choques con Emiliano García-Page o Javier Lambán —los barones socialistas más ácidos contra el independentismo—, que tensaron al partido de Pedro Sánchez cuando negociaba con Unidas Podemos el Gobierno de coalición y con ERC los apoyos de la investidura.

El décimo ministro del PSC de la historia llega a La Moncloa para suplir el vacío que deja el candidato Salvador Illa. Al igual que hizo el que fuera hasta este martes ministro de Sanidad, Iceta asume una cartera por el mero trámite de cumplir la cuota de su partido en el Gobierno. Si ya era extraño que Illa, un filósofo, fuese nombrado ministro de Sanidad hace un año, que Iceta dirija Política Territorial es cuando menos singular.

El mismo político que defiende que «Cataluña es una nación» y España «una nación de naciones» está ahora al frente del Ministerio encargado de engrasar las relaciones entre el Gobierno y las comunidades (¿o «naciones»?) autónomas. Y lo ha conseguido después de ver frustrado su primer intento de saltar a la política nacional, cuando en 2019 quiso convertirse en el presidente del Senado y el Parlament no se lo permitió.

El departamento al que llega, creado por Sánchez en junio de 2018 —justo después de la moción de censura a Mariano Rajoy—, tiene un presupuesto para este año de más de 2.500 millones de euros. Iceta releva en el cargo a Carolina Darias, que a su vez sustituirá a Illa en Sanidad. Durante la pandemia de coronavirus, la gestión más notable de Darias ha sido de acompañamiento a Sánchez e Illa en sus encuentros con los líderes autonómicos.

El muñidor del Estatut

Miquel Iceta se afilió al Partido de los Socialistas de Cataluña cuando tenía 18 años. Su primer cargo lo logró en 1987 cuando hizo de concejal del Ayuntamiento de Cornellá de Llobregat. De ahí dio el salto a La Moncloa como director del departamento de análisis del gabinete de la presidencia del Gobierno, durante el último mandato de Felipe González, fichado por el fundador del PSC y entonces vicepresidente del Ejecutivo, Narcís Serra.

Cuando acabó el Gobierno de González, en 1996 fue elegido diputado por el PSC en el Congreso. En 1999 renunció al escaño para incorporarse como representante de los socialistas en el Parlament de Cataluña. Ya para 2003 era el portavoz del Grupo Socialista en la Cámara catalana y en 2004 se convirtió también en el viceprimer secretario del PSC. La necesidad de un nuevo Estatut ya estaba entonces sobre la mesa de la formación.

Así, como viceprimer secretario del PSC y portavoz parlamentario del partido, Iceta se convirtió desde aquellos tiempos en el muñidor del nuevo Estatut. En 2005 fue designado por el PSOE para emprender una campaña «pedagógica» para explicar el estatuto a todos los actores políticos. Al ser el gran negociador por parte del PSC, y uno de los propiciadores del pacto con ERC y CiU, era el más apropiado para explicarlo a juicio de Ferraz.

Iceta defendía desde los tiempos del Estatut que Cataluña era «una nación» que forma parte de la «España plural». Una postura que todavía le enfrenta con barones socialistas como los citados Lambán o García-Page. El segundo no pocas veces ha sido crítico con el líder del PSC por, a su parecer, modular su oposición al independentismo dependiendo de las oportunidades políticas que se abrían o cerraban a sí.

Lo cierto es que su promoción del Estatut le dio muchos réditos dentro del PSC, que le eligió secretario general en 2014, puesto que mantendrá tras haber sido nombrado ministro. Y fue desde ese puesto que atravesó el procés, que propició un desgaste a doble banda: los socialistas críticos no dudaron en reprochar sus guiños pasados al separatismo, y los separatistas juraron nunca perdonar su apoyo al 155.

Es en ese contexto que en 2019 Iceta intenta huir de Cataluña hacia la presidencia del Senado, algo que el Parlament de mayoría independentista no permite. Obligado a quedarse en la comunidad, ha dedicado estos dos últimos años a mantenerse como líder parlamentario del PSC y a impulsar los contactos de Sánchez con ERC tanto para permitir la investidura del presidente como para, más recientemente, pactar con los republicanos los presupuestos.

Iceta ha sido dos veces candidato del PSC a las elecciones catalanas; en ambas ocasiones, sus resultados fueron los peores del partido en la historia. En 2015, logró 16 escaños; y en 2017, apenas sumó uno para obtener 17. Hasta el pasado 30 de diciembre de 2020, era por tercera vez candidato y negaba a toda costa que Illa, que le aventajaba en todas las encuestas, fuese a sustituirle como cabeza de lista. Ahora que no es él el candidato, el PSC está disparado en las encuestas.

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