Más allá de lo formal, el diseño también mejora la calidad de vida

El Centre del Carme Cultura Contemporània (CCCC) de Valencia expone 120 objetos cotidianos que explican el porqué de su forma y cómo el diseño mejora nuestra vida

¿Por qué soy así?. Foto: Consorci de Muses de la Comunitat Valenciana.

Más discreto que el arte, con vocación absoluta de utilidad, el diseño nos acompaña en cada paso de nuestra vida. Y puede que no siempre reparemos en ello. Una muestra del Centre del Carme Cultura Contemporània (CCCC) de Valencia ahonda precisamente en cómo el diseño mejora nuestra vida.

Con el nombre Por qué soy así, la exposición gira en torno a 120 objetos cotidianos de la colección Pérez de Albéniz-Bergasa que han sido recopilados y dibujados por Juli Capella para contar en primera persona su razón de ser y su funcionamiento: por qué son, cómo son, y quién los ideó de aquella manera y no de otra.

Enmarcada en las acciones de World Design Capital Valencia 2022, la exposición, que puede verse hasta el 1 de mayo, busca poner en valor los objetos y, por tanto, el diseño con productos tan cotidianos como una cafetera, unas chanclas, un clip, un abrebotellas, un test de antígenos o una aceitera. Objetos con los que mostrar y demostrar el valor del diseño y cómo éste es clave en nuestro día a día.

Los objetos cotidianos toman el Centro del Carme. Foto: Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana.

120 objetos nos hablan

Los objetos cotidianos entran así en el museo valenciano para hacernos reflexionar sobre el papel del diseño día a día. Son objetos que valoramos cuando se estropean, pero normalmente invisibles cuando cumplen con su función habitual.

Los diseños se agrupan en 10 apartados según su finalidad: abaratar, reducir, facilitar, sorprender, complementar o innovar

En la muestra aparecen objetos que van desde los utensilios que utilizamos en nuestras casas para facilitarnos muchas tareas hasta entonces complejas hasta los gadgets más actuales que en algún momento pudieron sorprender, pero sin los que ya no podríamos vivir. Es el diseño cotidiano, contemplado incluso a veces desde la nostalgia.

Algo tan humilde como una chancla conlleva un estudiado diseño. Foto: Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana.

Los diseños expuestos están agrupados en 10 apartados según sus diferentes prioridades estratégicas: abaratar, reducir, facilitar, sorprender, complementar o innovar.

Los 120 objetos seleccionados aparecen sobre 10 mesas de análisis para poder entender sus virtudes y apreciarlos más allá de su inmediata percepción cotidiana.

Como explica Juli Capella «Cada día nos servimos de ellos, pero sin apenas prestarles atención. Solo cuando no funcionan, nos fijamos en qué forma tienen y buscamos un recambio mejor. Ahora sabremos escucharlos y entender por qué son cómo son».

Infografía: Jordi Català.

Diseño anónimo y con nombre propio

El arquitecto y diseñador barcelonés Juli Capella vuelve al CCCC como comisario, 30 años después de haber comisariado en este mismo lugar la primera exposición sobre diseñadores valencianos.

Sobre la muestra explica que «Algunos objetos han nacido por el ingenio innovador de algún visionario, como la bombilla» si bien en la mayoría de los casos «obedecen a mejoras que se van añadiendo sobre tipologías ya existentes, como una botella, a la que puedes añadir para taparla una chapa».

Se trata, eso sí, de una exposición pensada para el público general, huyendo intencionadamente de las muestras de y para diseñadores. Busca «sensibilizar al visitante con el diseño, pero de una forma afable, no impositiva, con modestos objetos cotidianos que le son familiares y sabe entender».

Infografía: Jordi Català.

La mayoría de las piezas exhibidas son anónimas y de autor desconocido, con el objetivo de ir más allá de la distancia entre diseño de culto, y del que ayuda diariamente a vivir mejor, como una percha, una huevera o un clip.

Pero también se exhiben obras de grandes diseñadores de estilos muy diversos, como Dieter Rams, Philippe Starck, Achille Castiglioni, Alessandro Mendini, Ettore Sottsass, André Ricard, Rafael Marquina, Daniel Gil, Tibor Kalman o Matteo Thun, y de los valencianos Daniel Nebot, Lavernia & Cienfuegos, Culdesac, Inma Bermúdez, Alberto Arza y Joan Rojeski.

También hay objetos de empresas relevantes como Braun, Olivetti, Bic, Apple, Victorinox, Swatch, Alessi, Sony o la valenciana Closca.

Infografía: Jordi Català.

Juli Capella añade que «Muchas piezas son servidoras de otras anteriores, como la funda del móvil, la escobilla del váter o un cenicero, que no existirían sin la presencia del objeto a servir, teléfono, inodoro o cigarrillo».

Evidentemente algunos objetos se benefician de múltiples estrategias de mejora, no solo de una. Un secador eléctrico, respecto a la toalla, es una innovación, pero también un acelerador del tiempo de secado y puede ser plegable y diminuto. «Yo mismo cambiaría de mesa muchas piezas de la exposición, porque cumplen más de una función», señala Capella.

Enmarcada en la World Design Capital Valencia 2022, la exposición está organizada y producida por el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, World Design Capital Valencia 2022 y la Diputació de València.

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