Cuatro rutas para sumergirse en una Cádiz desconocida

Por las salinas de Trebuejana, bordeando el litoral de Rota, explorando los acantilados de Tarifa y pasando por las calas de Conil se puede conocer la belleza atlántica de la costa gaditana

Centro histórico de Rota. Foto Archivo fotográfico de Turismo Andaluz

En estas semanas que la Península recordó lo que es vivir en invierno, el litoral atlántico de Cádiz presenta unas temperaturas más suaves, que seducen para una escapada en donde se pueden conocer sus paisajes sin la presión de multitudes, en trayectos por los que van desfilando acantilados y calas, marismas y salinas, dehesas y bosques; y por supuesto, esos pueblos blancos de tejas rojas que tanto nos enamoran.

Vamos a descubrir caras desconocidas en estas rutas sugeridas por Cádiz Turismo.

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Salinas y marismas de Trebujena

52 km al norte de Cádiz, acompañando al Guadalquivir en su camino al Atlántico, está la localidad de Trebujena; tierra de olivas, de los dulces vinos de Jerez-Xeres-Sherry y de la Manzanillas de Sanlúcar.

Su núcleo urbano destaca por las paredes encaladas y sus calles largas y abiertas, con la plaza Mayor como punto de la vida social de cara la iglesia barroca de la Purísima Concepción.

Desde aquí parte una ruta totalmente llana de 13,6 km hasta el límite con el Parque Natural de Doñana que atraviesa salinas y marismas.

Torre en el camino a Trebujena. Foto Cádiz Turismo

Si puede disponga de prismáticos para ver algunas de las 3.000 aves de 40 especies que vuelan y anidan en la zona; en un camino donde se ven muestras de la arquitectura popular como el cortijo de Alventus.

Se sigue por el embarcadero del Guadalquivir, flanqueando el río por la margen izquierdo con varias marismas al otro lado, hasta llegar al Codo de la Esparraguera y de ahí a la piscifactoría por la que se accede al Caño de Martín Ruiz. La entrada al bonito pinar de Monte Algaida marca el final de este recorrido.

Por el litoral de Rota

A mitad de camino entre la desembocadura del Guadalquivir y la bahía de Cádiz, Rota ha sido un histórico puente de culturas y civilizaciones; que han dejado una localidad con un centro histórico de arcos y calles estrechas, con bonitas plazas y fortalezas como el castillo de Luna, del s.XIII así como testimonios de la antigua muralla.

Por su estratégica posición Rota ha sido un puente de culturas y civilizaciones, como se revela en su centro histórico

Sendero del litoral de Rota. Archivo fotográfico de Turismo Andaluz

Para conocer la pasión atlántica de esta villa se puede realizar el sendero del litoral de Rota, un camino de solo 1:30 horas que comienza en la urbanización de Virgen del Mar hasta la playa de Punta Candor.

El trayecto discurre en algunos tramos por pasarelas de madera, como las que atraviesan el Pinar de Rota; donde cada tanto emerge el océano en todo su esplendor con las playas siempre moldeadas por el viento.

Un punto a visitar es el Parque Atlántico, donde en su centro de visitantes se puede conocer en profundidad la historia y geografía de estos paisajes.

Por ejemplo allí se puede saber más sobre los corrales de pesca, una actividad tradicional que ha marcado la identidad de la zona.

Otro sitio destacado es el Jardín Botánico Celestino Mutis, hogar de numerosas especies autóctonas del municipio.

Los acantilados de Tarifa a Algeciras

Este es un camino que aprovecha una vía pecuaria de la costa gaditana, que atraviesa varios tramos de acantilados que se encuentran entre Tarifa y Algeciras.

Acantilados del parque natural La Breña. Archivo fotográfico de Turismo Andaluz

Durante el recorrido se adivina, a solo 16 km de distancia, las moles pétreas del continente africano; mientras que de este lado las formaciones de las paredes de los acantilados y las plataformas de abrasión de las zonas intermareales son como un libro abierto de geología.

Esta es una ruta de 16,2 km de una dificultad media, que requiere unas 5:30 horas para realizarla.

Es un trayecto que también atrae a apasionados de la historia por la gran presencia de bunkers, cuarteles de la Guardia Civil abandonados y otras construcciones de vigilancia y defensa que permanecen como solitarios testigos de tiempos más difíciles.

Tras un recorrido llano de 11 km se llega la parte de ascenso hasta Huerta Grande, donde el camino trepa hasta la cota de los 230 metros.

Allí se encuentra un centro de visitantes que es un complejo ecoturístico donde se ofrece información sobre actividades de turismo activo y observación de aves, que no saben de fronteras políticas y cruzan el estrecho de Gibraltar con indiferencia.

Búnker en la costa gaditana. Archivo fotográfico de Turismo Andaluz

Calas de Conil

Desde Conil de la Frontera se despliega un bonito sendero que, si es posible, hay que hacerlo a primera hora de la mañana o al atardecer para ver cómo la luz del sol cambia los colores de los acantilados.

Es un trayecto sumamente sencillo, de media hora a 45 minutos, que transcurre entre la urbanización de Roque y el faro homónimo, que era una torre de vigilancia del s.XVI.

A la vera del camino se ven plantas como lentiscos, palmitos, aulagas, romeros y, sobre todo, enebros, que le dan una bonita pátina aromática.

Faro de Roche. Archivo fotográfico de Turismo Andaluz

Los acantilados cercanos a Conil de la Frontera llaman la atención por el color rojizo de la tierra y la presencia de grandes rocas desprendidas

Debajo van pasando las calas como la del Aceite, la de Melchor, la de los Pitones o la de Puntalejo, donde llama la atención la tierra rojiza del entorno; así como las marcas de erosiones basales y la arena donde descansa grandes rocas desprendidas.

Cuando se llega al faro de Roche, en un abundante pinar, se contempla la luz de su compañero de Trafalgar, así como las siluetas de Conil de la Frontera, la Fuente del Gallo y la ensenada del Cabo Roche.

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