Una ruta por valles y costas de Gran Canaria

Desde Las Palmas de Gran Canaria hasta Maspalomas, bordeamos la franja este y sur de esta isla para conocer las huellas de su cultura nativa, las tradiciones de sus pueblos y sus paisajes increíbles

El faro de Maspalomas, una de las imágenes mas reconocidas del sur de Gran Canaria. Foto Turismo Islas Canarias

Vamos a aprovechar que Gran Canaria, como sus hermanas insulares, disfrutan de un clima privilegiado para esta época de año (que ya está más cálido de lo normal), con unos días de sol en torno a los 20 grados.

Y con estas caricias del sol pondremos rumbo desde Las Palmas de Gran Canaria en dirección al sur, a lo largo de la carretera GC-1 y otras vías paralelas que bordean la cara este y sur de la isla; en un viaje donde desfilarán pueblos de casas blancas y formas simples, playas de dimensiones colosales, parajes desérticos y piscinas naturales.

Tras dejar estas curiosas formaciones costeras de La Laja, que en verano son un bienvenido oasis frente al oleaje del Atlántico, se pasa por playas de arena oscura, donde un breve desvío por la GC-10 permite recorrer una franja marítima desde La Garita hasta Melenara y Salinetas, donde se puede ver el curioso bufadero en que el mar emerge como un géiser.

Barranco de Las Tirajanas. Foto Turismo Islas Canarias

La segunda ciudad de Gran Canaria

La primera parada es la ciudad de Telde, segundo núcleo urbano de Gran Canaria y dueña de un valioso patrimonio arqueológico por haber sido capital de unos de los dos reinos aborígenes de la isla; como son el poblado prehispánico de Tufia y las cuevas de Cuatro Puertas, en la Montaña Bermeja.

Hay que caminar sin prisas por las calles empedradas de los barrios de San Francisco y San Juan, que conservan templos como la basílica gótica de San Juan Bautista (atención a su retablo flamenco y al Cristo elaborado por nativos mexicanos) que recuerdan que Telde fue la antigua sede del poder religioso y político de la isla.

A la Villa de Ingenio

En vez de complicarse la vida por la sinuosa GC-100 que va por las sierras del interior tras ver la Cueva de las Cuatro Puertas se sugiere desviarse por la GC-140 hasta el cruce con la playa de Ojos de Garza, y seguir camino al sur flanqueando el aeropuerto local hasta desviarse a la Villa de Ingenio.

El colorido pueblo de Agüimes. Foto Turismo Islas Canarias

Los templos de Telde, como la basílica de San Juan Bautista, recuerdan la importancia que tuvo esta ciudad en el pasado religioso de Gran Canaria

Esta localidad, que vivió su esplendor con la industria del azúcar, es un importante punto comercial y de artesanías como la compleja creación de calados; tradición textil que se puede conocer en el Museo de Piedras y Artesanía Canaria.

Y si es por tradiciones, cabe recordar que hace 26 años que este lugar es sede del Festival Internacional de Folclore, que se realiza cada mes de julio con países invitados como México y Bulgaria en la última edición.

Palmeral en el pueblo de Ingenio. Foto Turismo Islas Canarias

Huellas nativas

Cerca de la Villa de Ingenio, en un paisaje de gran belleza, está el Barranco de Gayadeque, donde curiosos restaurantes se encuentran en las mismas cuevas que cinco siglos atrás sirvieron de hogar a los antiguos canarios.

El pueblo siguiente es Agüimes, donde el Carnaval se vive con un fervor festivo único, un sitio que el resto del año vive en tranquilidad como se confirma cuando un pasea por su casco antiguo con eje en la señorial iglesia de San Sebastián.

Cerca está el pueblo rural de Temisas, un encantador sitio que ejemplifica la vida de los agricultores de la isla; escala previa a las playas de Arinaga y El Cabrón.

Santa Lucía de Tirajana. Foto Turismo Islas Canarias

La Caldera de Tirajana

Antes de llegar a Santa Lucía impacta la abundante presencia de palmeras. Cerca está la Caldera de Tirajana, sitio de belleza agreste y acantilados de paredes escarpadas donde los restaurantes locales ofrecen maravillas de la gastronomía autóctona como quesos, vinos y el mejunje (elaborado con ron, canela y miel).

En la visita a estos pueblos hay que probar el delicioso pero quizás un poco empalagoso mejunje, con ron, miel y canela

Las últimas investigaciones arqueológicas revelaron que la Caldera era el enclave religioso más antiguo de Gran Canaria, con restos fechados entre los siglos VIII y IX dC.

Playa del Inglés. Foto Turismo Islas Canarias

Otro punto histórico importante es el Centro de Interpretación de la Fortaleza de Ansite, donde los líderes aborígenes preferían arrojarse al vacío antes que caer prisioneros de los conquistadores.

El imperio del viento

El viento que acompaña a la zona de Vecindario avisa que la cercana playa de Pozo Izquierdo es una de las mecas del windsurf, razón por la que cada mes de julio allí se organiza un campeonato mundial.

El último tramo es una sucesión de hoteles, núcleos que viven del turismo y playas como las de Tarajalillo, San Agustín, Las Burras y El Inglés; preferidas por legiones de visitantes que llegan de Reino Unido, Alemania y otras partes de Europa.

Dunas de Maspalomas. Foto Turismo Islas Canarias

Las dunas de Maspalomas

La Reserva Natural de Maspalomas anticipa el final de esta ruta. Estamos frente a un paisaje desértico de 400 hectáreas, un sitio de belleza sencilla y primitiva donde el sol pinta las arenas de diferentes colores según la hora del día.

Abriéndose camino entre las dunas esta la vegetación halófila y una laguna, llamada La Charca, habitada por aves como la focha común o el estornino pinto.

El faro de Maspalomas con sus 60 metros de alto, es el vigilante de este lugar; una meca del turismo, que aprovecha sus kilómetros y kilómetros de playas bañadas por un océano siempre azul.

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