Como en Marrakech pero sin salir de Palma: el hotel más especial de Mallorca es este riad

De solo 11 suites, cada una con su propio hammam, Palma Riad nos traslada al lujo de los alojamientos boutique más exclusivos de Marruecos

El patio interior es el corazón de Palma Riad. Foto: Nando Esteva.

La intensa luz que baña Palma queda atrás al franquear el portón de entrada, que al cerrarse sume de nuevo su interior en la penumbra. Mientras la vista se acostumbra a la tenue iluminación de velas y lamparillas, el resto de sentidos se agudiza. Por ejemplo, el oído, que capta a la perfección el sonido del agua brotando alegre en la fuente del patio interior. O el olfato, de repente envuelto en aromas amaderados y especiados que contribuyen al exotismo, un olor específicamente diseñado para este establecimiento. Al tacto, los materiales naturales como maderas y azulejos de toque andalusí se entremezclan con terciopelos y alfombras de lana y seda.

La sensación, al entrar en Palma Riad (Carrer Sant Jaume, 5), es la de estar en un oasis de relax en Marrakech, en Estambul o en la legendaria Bagdad. Y, sin embargo, nos encontramos en pleno casco histórico de Palma, a pocos metros del paseo del Born, una de las arterias más vivas e interesantes de la ciudad, repleta de cafés, restaurantes y boutiques.

Junto al centro de Palma, el hotel es un oasis de paz y relax. Foto: Nando Esteva.

Un palacete árabe en el corazón de Palma

De cinco estrellas y ‘only adults’, este singular alojamiento ofrece sin duda una experiencia muy diferente para descansar en la ciudad.

“Puede que no sea para todos los viajeros” reconoce Miguel Barceló, general manager de Palma Riad, “pero quien reserva no lo hace por casualidad, sabe lo que va a encontrar y, desde luego, no de decepciona”.

El hotel, que bebe de la herencia islámica de la ciudad, cuando Palma era Madina Mayurga, abrió sus puertas en 2021 haciendo de la necesidad virtud.

El proyecto de interiorismo respetó elementos originales como los suelos hidráulicos. Foto: Nando Esteva.

Y es que el edificio original, una antigua residencia familiar de 1723, tenía una excelente ubicación, pero “nada de fachada ni vistas al mar o la ciudad”, explica Barceló. A cambio, estancias con alturas de hasta cinco metros y una hermosa arcada de piedra rodeaban un coqueto patio que se convirtió en corazón del proyecto.

La experiencia del propio Barceló en la dirección de un riad de lujo en Marrakech fue la chispa. Para la rehabilitación se contó con el estudio del interiorista barcelonés Pablo Peyra, que se inspiró en los alojamientos tradicionales marroquíes para crear un moderno palacete de inspiración árabe, cuya vida se desarrolla en torno al patrio azulejado con su alberca, sus plantas y sus fuentecillas de las que siempre brota agua.

La rehabilitación integral del edificio a cargo del estudio de Pablo Peyra recuperó elementos originales como los suelos hidráulicos, papeles pintados, artesonados, puertas y ventanas

Un hammam en cada suite

Palma Riad sigue estando en el mismo callejón pero hoy es un hotel boutique pequeño y exclusivo, acogedor y sorprendente que, tras la rehabilitación integral del edificio, cuenta con once suites, todas ellas diferentes y especiales.

Muchas de las habitaciones cuenta con chimenea. Foto: Nando Esteva.

La paleta de colores, siempre en tonos oscuros que van del negro al burdeos y los verdes profundos, aquí ya allá iluminados por toques de color mediante los tejidos y los detalles en latón, es el hilo conductor.

Mobiliario de anticuario y obras de arte, terciopelos, tejidos estampados, suelos hidráulicos originales, artesonados y papeles pintados crean una atmósfera íntima y sofisticada.

Cada habitación, de aproximadamente 40 metros cuadrados, cuenta con su cabecero diseñado y fabricado a medida que actúa como pieza central, y se rodea de suntuosas lámparas, cuadros y espejos.

Los generosos baños son otro plus del hotel. Foto: Nando Esteva.

Las chimeneas presentes en muchas habitaciones son otro de los atractivos, aunque no pueden rivalizar con los amplísimos y lujosos baños, que ofrecen un hammam privado en cada suite, con bañeras inmensas y doble ducha. Jabones, esencias y sales de cortesía (se puede escoger entre diferentes aromas en una carta específica) completan la experiencia.

Alhambra, Yasmine, Essaouira, Asilah, Persia, Kabina, Medina, Hammam, Marrakech, Sherezade y Sultan (de 70 m2, con su propia barra de bar, salón independiente y bañera para cuatro personas) son los evocadores nombres de las suites que tampoco renuncian por cierto a los últimos avances tecnológicos y detalles de lujo, desde domótica y smart tv a cafeteras Nespresso y planchas de pelo GHD, pasando por carta de almohadas y amenities Molton Brown.

Las suites cuentan también con su propia zona chill out para relajarse. Foto: Nando Esteva.

Cócteles de autor y desayunos de altura

Completa el alojamiento un Cocktail Bar abierto a alojados y no alojados que, en una atmósfera similar a la de los cuentos de las Mil y una noches, ofrece coctelería de autor, con una carta que recorre los tragos clásicos reversionados y creaciones signature como el Sahara Sour, el Spicy Mirage o el Pornstar Martini.

El Cocktail Bar de Palma Riad. Foto: Nando Esteva.
El desayuno se sirve en el patio. Foto: Nando Esteva.

Perfecto como punto de encuentro, para una primera copa antes de salir o para dejar pasar las horas en un ambiente íntimo y acogedor, donde la palabra hospitalidad cobra todo el sentido.

En cuanto al desayuno, que se puede disfrutar en el bellísimo patio, mezcla los formatos buffet y carta con todo tipo de propuestas mediterráneas (de todo el Mediterráneo) con tostas de jamón ibérico o salmón con crema agria (excelente), tostas veganas, bowls de açaí, huevos benedict (deliciosos), batidos detox y, para darse un capricho dulce, crepes y gofres con todo tipo de toppings, desde la Nutella al dulce de leche.

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