Barbara Ann Sol, tenemos nuevo templo gastro dedicado al rock de Madrid

Rockero, glamuroso y desenfadado, el segundo Barbara Ann de Madrid es a la vez restaurante, coctelería y discoteca

Barbara Ann Sol. Foto: Rodrigo Varona.

La escribió Fred Fassert y la interpretaron por primera vez The Regents en 1961 pese a que la versión más conocida es la de los Beach Boys. En Madrid, sin embargo, son muchos quienes asocian Barbara Ann a un local en el barrio de Salesas que, desde 2016, convierte una cena o una copa en una noche épica, gracias a su original ambiente y a su personal que, de repente, se sube a la barra para improvisar canciones e interactuar con el público.

Entre el restaurante, la coctelería y la discoteca, siete años después esta propuesta de rock y glam maridada con la gastronomía viajera y ecléctica del chef Pepe Roch (Casa Macareno, El Escondite de Villanueva, Café Comercial) Barbara Ann aterriza en Sol para animar las noches madrileñas al ritmo de los artistas más icónicos de la historia melómana.

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Espíritu rock and roll

De los creadores del antiguo RRR Club, el Grupo Viva Las Vegas (también detrás de Bule Bule, Thundercat Club o Space Monkey) Barbara Ann toma su nombre y su filosofía del clásico tema de los Beach Boys en lo que es toda una declaración de intenciones: aquí se viene a escuchar, a vivir y hasta a comer con rock and roll.

Barbara Ann está decorado con referencias a los grandes del rock. Foto: Rodrigo Varona.

El nuevo Barbara Ann (Cedaceros, 3) destila esencia glam rock desde el interiorismo, obra del estudio Madrid in Love a la cocina pasando, por supuesto, por la música.

Su espacio, decorado en negro, rojo y dorado, tiene como protagonistas las mesas ambientadas en las bandas del rock & pop más influyentes de todos los tiempos.

Reserva mesa con Madonna

Así encontramos el rincón de Madonna, customizado por el disco que encumbró su carrera profesional Like a Virgin y el body negro que lucía en sus conciertos.

Barbara Ann Sol. Foto: Rodrigo Varona.

Te puede tocar también la mesa de The Rolling Stones presidida por la guitarra de Keith Richards y la mítica lengua y los labios rojos de la banda británica, o quizás la de AC/DC, que luce iluminada por unos grandes neones.

The Beatles, por supuesto, también tienen su rincón: todo un homenaje al disco Sgt. Pepper’s Lonely Heart’s Club Band, que propone un original acertijo: identificar en un gran espejo a las celebridades que protagonizaron aquella portada sentados en sus sillas decoradas como las míticas chaquetas que lucían John, Paul, Ringo y George en ese mismo collage.

Cuando llega la medianoche, las fronteras entre restaurante y club se diluyen y Barbara Ann se convierte en una pista de baile

Como una fiesta con Freddy Mercury

Entre mesas ambientadas y cuadros de grandes estrellas de la música como Blondie o David Bowie, el staff –en realidad un elenco de artistas-, se sube a la barra para improvisar canciones convirtiendo cualquier noche en toda una fiesta al más puro estilo Freddy Mercury.

Panbao de rabo de toro. Foto: Rodrigo Varona.

Para escuchar, desde los Beatles a Rosalía, cada noche se hace un repaso por la historia de la música de los 70, 80, 90 y 2000.

Tras la cena, cuando llega la medianoche, las fronteras entre restaurante y club se diluyen y Barbara Ann se convierte en una pista de baile donde dejarse llevar hasta el amanecer.

Una cocina viajera (y rockera)

La propuesta gastronómica, de nuevo diseñada por el chef Pepe Roch como en el actual Barbara Ann, ofrece una carta que invita a viajar. Así, se puede recorrer Asia disfrutando de gyozas de langostinos con salsa ponzu y rabanitos, o pasar por Sudamérica con los tacos de cochinita pibil con guacamango y chipotle, o degustar Italia con una pizza artesana con stracciatela trufada y cherris confitados-.

Nachos en Barbara Ann. Foto: Rodrigo Varona.

También hay hueco en la carta para un puñado de clásicos de la cocina local; eso sí, reinventados, como en las croquetas de jamón ibérico y trufa, el bao de rabo de toro con salsa hoisin o los mejillones al estilo tom kha y lemongrass.

Tampoco se descuida la carta líquida, que incluye una buena selección de cócteles clásicos creativos y de autor, que firma el experimentado bartender Riccardo Boi. Entre ellos se encuentran desde el Negroni, el margarita y el Moscow Mule al Purple Rain con mezcal, violeta y arándanos, el Welcome to the Jungle con ron dorado, fruta de la pasión y tomillo o el Satisfaction con ron blanco, jenjibre, arándano y ginger beer.

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