Casa Pepi, la reivindicación de las tapas de toda la vida

Este nuevo restaurante de El Clot recupera recetas de madres y abuelas pero con un giro de modernidad en sus platos pensados para compartir

Despliegue de tapas en Casa Pepi

Despliegue de tapas en Casa Pepi. Foto: Casa Pepi

El Clot, en Barcelona, debería pertenecer a esa categoría de “barrios que resisten”. Como si fuera la aldea de Ásterix, este pequeño núcleo aún conserva hileras de casas de obreros y edificios de pocas plantas en sus calles angostas y cortas, y rodeado por un importante centro comercial, del distrito 22@ que imita a Manhattan, y un poco más allá, del Poblenou que se aleja cada vez más de sus raíces.

En ese micromundo donde hay pastelerías centenarias, tiendas de moda que no cambian y un mercado como los de antes, se agradece que existan lugares como Casa Pepi, que se presenta como una reivindicación de las recetas caseras.

Una oportunidad para redescubrir los sabores de toda la vida
Una oportunidad para redescubrir los sabores de toda la vida. Foto: Casa Pepi

El saber de madres y abuelas

Abierto hace cinco semanas en Carrer de la Sequia Comtal 7, el nombre anticipa por dónde van los tiros: “Casa Pepi es porque las recetas provienen de la madre y la abuela de Pepi”, nos precisan. ¿Y de quién hablamos? Pues de Josep Maria Ferraz, el jefe de operaciones del grupo gastronómico Amiks, que también cuenta con otros locales como V de Vermut, Piel de Gallina y Culkin.

Precisamente el hilo conductor de todos ellos es el culto al tapeo y los platillos que recuerdan a los gustos del pasado, pero con una adaptación a los tiempos actuales. De hecho, los platos donde se sirven las comidas parecen de postre, porque la idea es que las raciones sean pequeñas para que puedan compartirse, y así tras saborear cuatro o cinco opciones se puede tener una acertada idea de la propuesta.

Calamares a la romana
Calamares a la romana. Foto: Casa Pepi

Recetas del pasado adaptadas al presente

Esta combinación de tradición y modernidad la vimos con uno de los entrantes, el foie marino, con un toque de manzana, que se elabora con hígado de bacalao. “Era un ingrediente que nadie compraba”, nos recuerdan, y que con su capa de caramelizado se convierte en un recomendado manjar.

Los platos parecen de postre, porque la idea es tener raciones pequeñas pensadas para compartir

Le siguió la bomba de carne con un suave alioli y un toque de salsa brava, donde se aplica la receta de la madre de Pepi, con el añadido de piñones junto con la carne.

Las albóndigas con ceps es uno de los platos ideales para el otoño, con un guiso de ternera y cerdo que se elabora rápidamente, acompañado por las patatas locas. “Las llamamos así porque son tan pequeñas que nos vuelve loco cocinarlas”, dicen medio en broma, medio en serio.

La mayoría de los vinos son naturales
La mayoría de los vinos son naturales. Foto: Casa Pepi

Siempre conviene consultar por las sugerencias fuera de carta, que pueden aguardar interesantes sorpresas. En nuestro caso, fueron las verdinas con ceps, un plato originario de Asturias con el toque marino de tres tiernas gambas. El cierre de los platos salados fue una tortilla abierta (que es como una francesa, pero cocinada de un solo lado) con torreznos y setas camagroc; que ya nos había dejado más que satisfechos.

Otras opciones para el tapeo

En las visitas a Casa Pepi se pueden probar diferentes opciones de gildas (con boquerón, anchoa o bacalo), de ensaladillas (rusa con piparras, o de tomate), de croquetas (de cecina, de cebolla caramelizada y queso, de jamón ibérico y pollo de corral o de gambón), torreznos y huevos rellenos de atún, como para picar algo.

Si se quiere seguir explorando sabores, en la carta (precio medio, de 20 a 30 euros) se encuentran platillos como el tartar de corvina, el bacalao con sanfaina, la chistorra a la sidra, los callos de la Pepi, la oreja frita con romesco o, ya en un peldaño más alto de contundencia, la presa ibérica adobada, las carrilleras de ternera al vino tino, el carré de cordero a la miel, el flamequín rociado con queso idiazábal o el canelón de pollo con bechamel.

Postres y bebidas

En los postres, muy recomendado el tocinillo del cielo, una creación muy popular en las comunidades religiosas, que sería como una relectura del flan pero más dulce, con una crema recién montada. O si no, están otros clásicos como la torrija, el arroz con leche o la crema catalana.

El local de El Clot tiene aires retro
El local de El Clot tiene aires retro. Foto: Casa Pepi

La carta de bebidas tiene media docena de cervezas y unas 50 de vinos, entre tintos, blancos, naranjas, dulces y espumosos; muchos de ellos naturales, y de DO y regiones catalanas (como Montsant, Penedès, Costers del Segre, Terra Alta, Alt Camp o Empordà) y de otras de España (como Rioja o Ribera del Duero), e inclusive alguna del otro lado de los Pirineos.

El local de Casa Pepi –con una estética retro que recuerda al Almodóvar de los ’80- es pequeño, de hasta 30 comensales, por lo que las reservas -sobre todo los findes de semana- son muy recomendadas. De lo contrario, es tener suerte y paciencia en que haya una mesa y se pueda mantener esa buena costumbre del tapeo con las recetas de toda la vida.

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