Si eres fan del brunch, no te puedes perder estos locales de Barcelona
Diferentes ambientes, una variedad de platos casi inabarcable, y un denominador común: en estos restaurantes de brunchs nadie se queda con hambre

Algunos platos de brunch presentan una compleja decoración
¿Qué hacer cuando son las 12:00 de un sábado o domingo, y el desayuno está a un paso de solaparse con la comida? Pues el brunch es el programa ideal.
Además de platos abundantes, llenos de colores ideales para ser multiplicados en redes sociales y zumos que parecen una representación del arcoíris, los locales de brunchs se esmeran en crear ambientes originales.
Así, vemos algunos una estética que puede ser una réplica de un pub inglés, otros con tantas flores y luz como un invernadero, y los que apuestan por una elegancia minimalista.
Brunch&Cake
De ser una cafetería cuqui como tantas otras de Barcelona, en 12 años Brunch&Cake protagonizó una intensa campaña de expansión que no solo la llevó a tener siete locales en su Barcelona natal sino también a poner la proa a países como Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Egipto o India.
El último establecimiento que abrió en la capital catalana es el de Via Laietana 54, un local decorado por el estudio Pichiglas donde predomina el amarillo claro sobre el rosado y el celeste, una combinación cromática de colores pastel que junto con la presentación de los platos lo convierten en un imán para Instagram.
La filosofía de los Brunch&Cake es In Grandmother we trust (En nuestra abuela confiamos), una declaración de intenciones sobre las preparaciones de sus platos dulces y salados, donde todos presentan porciones contundentes y abundantes en calorías, con lo que se reemplaza la comida del mediodía y de varias horas por delante.
Por suerte, el personal con su tableta cargada de imágenes de los platos advierte sobre el tamaño y sus ingredientes, para recordar que no es mala idea pedir para compartir.
Un prólogo pueden ser las tartas (6,10 euros la porción) como las de zanahoria, la de chocolate, el lemon pie o la que pedí, la de snickers (con queso crema y dulce de leche); las pavlovas, los cupcakes (de zanahoria, nutella, chocolate o confeti) o las galletas (bue, cookies); inicio con el que se puede subir de peldaño a platos dulces más grandes como la french toast, el cinammon roll, el New York cheescake pancake o el açai bowl.
Si la idea es tirar por los sándwiches (12,90 a 13,90 euros), están desde el súper sándwich (con pollo, cerdo desmechado o pibil vegano), el baguel con guacamole y aguacate, el next level avo toast o los tacos B&C (con ensalada de col y cebolla relleno de las mismas carnes o gambas).
Pero mi elección fue la potente Croque Maddame, dos panes challah así de gruesos con bacon, queso mozarella, chedar, crema de trufa y dos huevos al horno. Por supuesto que no lo pude terminar.
Con siete locales en Barcelona, Brunch&Cake tiene franquicias en Emiratos Árabes, Arabia Saudí, Egipto y otros países lejanos
Hablando de huevos, en el Brunch&Cake están el classic bennis (poché con bacon), el avocado bennis (con flores de aguacate), el shakshuka o el eggs carbonara.
Si todo esto parece demasiado, hay opciones más livianas como los bowls y ensaladas, como la de burrata y tomate cherry, la nice & clean (sandía y mix de hojas verdes), la tex mex con pollo asado o la de frutas de temporada.
El local tiene una media docenas de zumos naturales y otros granizados (smoothies), unos 10 cafés de especialidad y otros tantos lattes con ingredientes como moka, vainilla, caramelo o chai; además de algunos vinos y espumosos para los que quieran darle un toque más sofisticado al brunch del finde.
Belliny
Como tantos inmigrantes los hermanos Nathalie y Juan Carlos Álvarez llegaron hace 12 años a España con la idea de forjar un nuevo futuro. Pero su aterrizaje estuvo bien planificado, con una estrategia forjada con sus experiencias en la hostelería en su Colombia natal.
Así nació hace una década The Benedict (Gignás 23), cuando la palabra brunch apenas se estaba poniendo de moda en Barcelona, un establecimiento que triunfó con sus platos abundantes y su apuesta por productos de calidad.
La misma receta la replicaron en Belliny (Gran Vía 555) y luego en The Florentine (Sancho de Ávila 173-175); donde Nathalie se asoció con su esposo Fabián Arango. Y hace pocos meses, abrió sus puertas un cuarto Belliny en Marqués de Argentera s/n en el Born, al lado de la Estación de Francia.
El Belliny de Gran Vía que hemos visitado tiene una estética diferente: hay algunos toques british como el Benedict (como las lámparas antiguas, los espejos de elaborados marcos o las cerámicas decorativas), pero también presenta tantas plantas como un invernadero, un toque de naturaleza que comparte con el Florentine de Poblenou.
Apuesta por la abundancia
Quien llega a alguno de los cuatro locales de los Álvarez sabe que nunca se irá con hambre: las porciones apuestan por la abundancia, donde es mejor ver las fotos de la carta para tener idea de las dimensiones de los platos.
Quien llega a alguno de los cuatro locales de los hermanos Álvarez sabe que nunca se irá con hambre
Nosotros empezamos con unos tequeños con queso latino (entrante venezolano cada vez más de moda), a los que siguieron una pila de tomates verdes fritos con queso feta, guacamole y mermelada de tomate.
Se hizo un poco cuesta arriba terminar el siguiente plato, los huevos Benedict con aguacate y pesto rojo, acompañado de patatas; que por suerte pedimos para compartir porque de postre habíamos fichado un potente pancake con dulce de leche (las raíces rioplatenses siempre tiran).
Entre los platos clásicos del Belliny están las variantes americanas e inglesas del desayuno (uno más abundante que el otro), así como ocho formas diferentes de presentar los huevos Benedict (con bacon, con queso cheddar y chorizo, con salmón ahumado, etc.) o los mexicanos huevos rancheros (con tortillas de maíz y chili con carne).
También hay cuatro opciones de omelettes, rellenos de cochinita pibil, jamón y cebolla caramelizada, calabacín y espinacas o cebolla, tomate fresco y champiñones; otras tantas variantes de pancakes (ojo al tremendo Magic, será imposible terminarlo) y las clásicas tostadas francesas.
Además de varios platos vegetarianos y veganos, en Belliny también se preparan hamburguesas, tacos y baguels.
El capítulo de bebidas se divide entre unos siete smoothies (donde se combinan frutas como el melocotón, la fresa, el plátano, la naranja o el mango, entre otras); la misma cantidad de cócteles clásicos y una interesante variedad de cafés de especialidad e infusiones.
Con una carta así, uno puede elegir desayunar, comer o incluso ir por la tarde y quedar tan satisfecho que ya descarta la cena.
The Egg Lab
En aras de la originalidad, pocos se le pueden igualar al tercer local de The Egg Lab, que más que un restaurante parece el comedor del Star Trek de los años ’60.
Ubicado en la parte alta del Born, aprovechando una cuña de la plaza de Sant Pere (en calle Lluís el Piadós 2), este local de brunch abierto a principios de abril fue decorado por el estudio Pichiglas, que entre lámparas de diseño y sillones de formas curvas presenta paredes de colores pastel tirando a los verdes (con tonos que recuerdan al pistacho, la menta y el kaki), y una barra que simula estar instalada sobre algún tipo de roca lunar.
Parecería que en cualquier momento entrará el capitán Kirk con unos wafles, pero lo que nos vamos a encontrar es un lugar con abundante luz natural y una carta que da un giro a los platos que suelen ofrecer estos sitios para saborear un desayuno tardío.
La carta de The Egg Lab
En este sentido, algunos clásicos nacidos de los locales de Sant Antoni y Eixample están presentes como los Alaska Royale Eggs Benedict (bagel, cremoso de trufa, tomates cherry, salmón ahumado, huevos ponchados, etc) y los Sweet Apple Pancakes (triple panqueque de manzana con dulce de leche y nueces); pero también hay nuevas creaciones para estar a tono con la inauguración.
Uno de ellos es el Kimchi pancakes, con una combinación de sabores que podrían fruncir el ceño a más de uno, pero que hay que probarla para dejarse convencer: espinacas, ajo tierno y miso, con crema de aguacate, encurtido de hinojo, sirope de teriyaki, huevos de codorniz y kimchi hogareño.
Otro es la relectura en clave asiática de los huevos más famosos del brunch: los Korean chicken eggs benedict, donde en un pan de brioche se juntan ensalada de papaya y zanahoria, cacahuetes, menta, pollo crujiente al estilo coreano, dos huevos pochados y patatas fritas o boniato.
En el nuevo The Egg Lab pareciera que en cualquier momento pasará alguien de Star Trek con unos wafles
Con uno de estos platos uno ya baja la persiana, pero si regresan, atención a otros platos tan potentes como aquellos, como las Seasonal french toast (con queso de cabra y mascarpone; sirope, tomillo y lima, nísperos y almendras laminadas); el Matcha roll XL con crema de queso y chocolate blanco, crema de limón y sésamo negro; o el Mexican rancheros (cazuelita de pollo asado con frijoles, tomatillo verde, queso fundido, pico de gallo, y más cosas).
Para bajar semejante despliegue de ingredientes, hay diferentes cafés de especialidad, además de combinaciones con hielo y añadidos que pueden ser lavanda, vainilla o pistacho, así como una decena de cócteles sin alcohol con dos o tres frutos, un par de cervezas artesanas y mimosas, mojitos y pisco sour para los que quieren darle un toque más vivaz al brunch.
L’Atelier
L’Atelier (Viladomat 140 bis) no juega la carta de las porciones pantagruélicas sino que apuesta por platos más pequeños, pero volcados a la exquisita tradición de pastelería con que nacieron en 2019.
Más que porciones abundantes, L’Atelier apuesta por ofrecer una opción a su exquisita pastelería
Por 16 euros se puede degustar una infusión o un café ecológico de Papúa Nueva Guinea con un zumo de naranja, una mimosa o el elaborado combinado détox, con espinaca, manzana, apio, jengibre, naranja y melón.
Para comer, se elige entre una pieza de bollería de buen tamaño o un plato salado, como los huevos Benedict L’Atelier, el pan de patata y cebollino o el brioche relleno con huevo a baja temperatura.
Zenith Brunch & Cocktails
Si se pasa por la esquina Gran Vía y Roger de Lluría un fin de semana casi siempre verán gente haciendo cola ante la fachada modernista de Zenith Brunch & Cocktails, donde sus fundadores Fernando Sá y Thiago Silva buscan que el brunch no sea un complemento a las otras comidas del día, sino que tenga entidad propia.
El de Barcelona es el cuarto local de la cadena, con coloridos platos como los huevos Benedict, la Shakshuka (guiso de pimiento y tomate con harissa, huevos al horno y yogur griego), las panquecas de bacon y huevo o el postre Red Velvet (más rojo imposible) y algunas de las cromáticas ensaladas.
Entre los platos más emblemáticos están los bautizados con el nombre del local: los huevos Zenith y las tostadas Zenith, en una carta que se extiende a opciones como los nachos con guacamole o los tacos (con variaciones de salmón ahumado, pollo, guacamole y chili vegano) o la Zenith Burguer, una contundente alternativa vegana.