Ruta del vino de la Garnacha: bodegas, gastronomía y turismo rural

La ruta ideal para los amantes del vino está en Zaragoza, ¡descubre todos los detalles de la Ruta del vino de la Garnacha!

La variedad de uva Garnacha tinta

La variedad de uva Garnacha tinta. Foto: Bodegas Álvarez Piñeiro

A los pies del imponente Moncayo, la Ruta del Vino de la Garnacha se presenta como una experiencia inolvidable para los amantes del buen vino, la gastronomía tradicional y el turismo rural. Este recorrido no solo ofrece la posibilidad de disfrutar de vinos excepcionales, sino que también conecta al visitante con un patrimonio cultural, histórico y natural de gran riqueza.

Un legado vitivinícola de ocho siglos

La D.O. Campo de Borja, conocida como el «Imperio de la Garnacha», alberga viñedos que datan del siglo XII, un legado de casi ochocientos años. Actualmente, la denominación cuenta con más de 5.000 hectáreas dedicadas a esta uva, de las cuales 2.000 tienen entre 30 y 50 años, aportando una complejidad aromática y estructural excepcional a los vinos.

Los viñedos se distribuyen en tres zonas: la baja, con vinos cálidos y potentes; la media, que destaca por su densidad de viñedos y caldos intensos; y la alta, en las estribaciones del Moncayo, donde los vinos adquieren un carácter más fino y elegante. Cada copa refleja no solo el cuidado en el proceso de elaboración, sino también la esencia del entorno.

D.O. Campo de Borja
D.O. Campo de Borja. Foto: Visitar Bodegas

Más que vino: una oferta cultural y natural única

La Ruta del Vino de la Garnacha no se limita a las bodegas, aunque estas son un punto fuerte del recorrido. Este itinerario incluye más de 40 establecimientos adheridos, desde museos y centros de interpretación hasta tiendas de artesanía y alojamientos rurales. Entre ellos destaca el Monasterio de Veruela, un monasterio cisterciense que alberga el Museo del Vino de la D.O. Campo de Borja.

El paisaje que rodea la ruta está salpicado de juderías, torres mudéjares y ermitas románicas, así como acequias árabes y poblados de la Edad del Hierro. Este rico patrimonio invita a los visitantes a explorar una tierra que ha sido inspiración para poetas y escritores, y donde cada rincón guarda una historia que contar.

El Monasterio de Veruela en Zaragoza
El Monasterio de Veruela en Zaragoza. Foto: Patrimonio Cultural de Aragón

Gastronomía que despierta los sentidos

La gastronomía de la Ruta del Vino de la Garnacha es un fiel reflejo de la tradición y los sabores de Aragón. Los vinos, elaborados con uvas como la garnacha, tempranillo, cabernet y syrah, son el acompañamiento perfecto para platos como el ternasco asado, migas con chorizo y uvas, o cabrito al horno.

Además, los productos locales como el queso de oveja de Bureta con miel de Fuendejalón o el pan artesanal rociado con aceite de arbequina y empeltre enriquecen cualquier experiencia culinaria. Este maridaje entre vinos y cocina convierte a la ruta en un verdadero deleite para el paladar.

La variedad de uva Garnacha tinta
La variedad de uva Garnacha tinta. Foto: Vitis Navarra

Festividades y actividades al aire libre

La comarca de la Ruta del Vino de la Garnacha es también conocida por sus tradiciones, como los dances o paloteaos, una expresión festiva que mezcla música, danza y teatro. Además, la Semana Santa de Borja, declarada Fiesta de Interés Turístico Regional, es otra muestra del rico folclore de la región.

Para los amantes de la naturaleza, la ruta ofrece actividades al aire libre como senderismo, ciclismo, escalada y parapente. Los Senderos de la Garnacha están diseñados para toda la familia, con opciones que van desde paseos tranquilos hasta recorridos más desafiantes. El Moncayo, con sus miradores y rutas balizadas, es un destino ideal para los que buscan desconectar y conectar con la naturaleza.

Una vid en la Ruta del Vino de la Garnacha
Una vid en la Ruta del Vino de la Garnacha. Foto: Turismo de Aragón

Acceso fácil y comodidades para el visitante

Ubicada en la provincia de Zaragoza, a unos 60 kilómetros de la capital, la Ruta del Vino de la Garnacha es fácilmente accesible por carretera a través de la N-122 o la AP-68. Además, los trenes de alta velocidad y el aeropuerto de Zaragoza colocan este destino a un paso de cualquier punto del país.

Para completar la experiencia, la ruta cuenta con una amplia oferta de alojamientos rurales y restaurantes, donde el visitante puede disfrutar de la hospitalidad de la región mientras degusta los mejores vinos de la D.O. Campo de Borja.

Descubre una tierra de leyendas y sabor

La Ruta del Vino de la Garnacha no es solo un viaje enológico; es una inmersión en una tierra llena de historia, cultura y paisajes espectaculares. Cada bodega, cada plato y cada sendero invitan a explorar los sentidos y disfrutar de lo mejor que esta región tiene para ofrecer.

Si estás buscando una escapada que combine buen vino, tradición y naturaleza, no busques más. La Ruta del Vino de la Garnacha te espera con los brazos abiertos.

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