Un rosado mallorquín que es un regalo para el paladar

Nacido y crecido en la Serra de Ponent, en Pollença, Can Axartell Rosado 2022 responde fielmente al lema de la casa: el mejor vino se hace con respeto

Botella y copas de Can Axartell Rosado

Foto. Can Axartell.

Tremendamente elegante y delicado, Can Axartell Rosado 2022 es un vino que expresa un gran carácter mediterráneo aportado por la brisa marina de la Bahía de Pollença, en Mallorca. Ubicada al noreste de la isla, junto a la Serra de Tramuntana, y cercana a la localidad de Pollença, y de su puerto, es una de las bodegas más modernas de la isla, y también de Europa, pero posee una larga historia que se remonta a 800 años.

Y una de sus joyas es el Can Axartell Rosado 2022, un sensacional y delicado vino rosado que parte de un coupage, pensado siguiendo los principios de la agricultura ecológica, y en donde interviene una gran selección de de variedades singulares tanto foráneas como locales como son pinot noir, syrah, merlot y callet procedentes de viñedos que se han cultivado siempre orientados al noreste-suroeste.

Can Axartell Rosado

Can Axartell Rosado 2022 es un vino que luce con un atractivo color rosa salmón pálido, semejante cromáticamente a las tendencias de rosados que están mandando en Provenza.

Can Axartell rosado. Infografía: Jordi Català.

Limpio y brillante, se trata de un vino que muestra una luminosidad muy mediterránea dotada de limpieza y de brillos en la copa. Amable y delicado para disfrutarlo en las ocasiones más diversas, es ideal para compartir momentos especiales aunque también tiene su presencia gastronómica.

Presenta una marcada intensidad aromática, con elegantes notas a flores de azahar y rosas, acompañadas de aromas frutales de albaricoques y nectarinas, así como de los frutos rojos aportados por el mosto flor de pinot noir sin prensar, que se complementan con la finura de las notas tropicales de mango y fruta de la pasión. En el fondo, las variedades autóctonas callet y manto megro aportan sutiles matices de hierbas mediterráneas donde predomina el hinojo.

En boca encontramos un vino suave, fresco y untuoso que posee una entrada elegante y agradable con una gran sensación de frescura acompañada de notas de frutas rojas silvestres, frutas blancas, cítricos y dulces con un punto ligeramente mineral y una envolvente y agradable cremosidad.

Presenta un buen equilibrio de acidez y el volumen aportado por la crianza de tres meses sobre sus lías finas le confieren complejidad y persistencia.

Aunque es un vino ideal para celebrar momentos -por lo que puede combinarse con un picoteo, frutos secos, frutas escarchadas y tapas sencillas-, este rosado es también perfecto para maridar con arroces, paellas, guisos, pastas, mariscos, carnes rojas a la brasa, carnes blancas, cocinas con especias como las árabe y oriental y todo tipo de repostería.

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Can Axartell: una historia muy valiente

Cuando el fundador de la bodega, Hans-Peter Schwarzkopf y su familia llegaron a la finca de Can Axartell en los años 90, no quedaba ni una sola vid en sus 200 hectáreas de terreno. La finca era pasto para ovejas que combinaba con 40 hectáreas llenas de olivos, algunos de ellos milenarios.

Con una gran visión de futuro, bastantes dosis de riesgo y mucho tiempo, Schwarkopf logró poner en marcha en el 2013 una bodega única en Mallorca (y en el sur de Europa).

Destaca, por ejemplo, el edificio de la bodega, casi invisible en las profundidades de una antigua cantera, cuya arquitectura, totalmente integrada en el paisaje, la tradición y la cultura de la isla, se crea para el mejor funcionamiento del “Mètode Gravetat” de vinificación.

Sostenibilidad y ecología en una bodega que surge de la montaña. Foto: Can Axartell.

Actualmente cuenta con un total de 60 hectáreas de viñedo repartidas entre la Finca de Pollença (donde se elaboraba hace siglos un vino muy reputado) y otras fincas en las zonas Manacor y Felanitx, donde conviven las diferentes variedades de uva que trabajan en un ecosistema prácticamente perfecto.

Aquí han desarrollado una labor de recuperación de variedades históricas de la isla, que ahora tienen un nuevo hogar en el excepcional viñedo experimental donde se conservan y multiplican estas estas uvas autóctonas.

Así elabora Can Axartell vinos de gran calidad, tanto rosados como blancos y tintos, que muestran la frescura que los buenos vinos de Mallorca llevan dentro.

Los vinos de Can Axartell. Infografía: Jordi Català.

Cotidianos, para momentos especiales, para brindar y para celebrar; vinos que se envejecen en acero inoxidable y salen al mercado durante el año siguiente a la vendimia, y también vinos gastronómicos con permanencia en madera, profundidad, y complejidad.

Así encontramos en el portfolio de Can Axartell blancos como Can Axartell Blanco, Corum y Ambar; los rosados Aurorum y Rosado; y los tintos Monastrell, The Artist, Terrum y Ventum.

Mètode Gravetat

En la idiosincrasia de esta bodega está también el método por el que elaboran sus vinos. Y es que, tras constatar los inconvenientes de los bombeos de uvas, mostos, etc. necesarios para la elaboración de vinos optaron por aplicar el ecológico Mètode Gravetat (gravedad en catalán).

Mètode Gravetat de vinificación. Infografía: Jordi Català.

Esta filosofía guio la construcción de las modernas instalaciones de la bodega en una antigua cantera, un edificio con más de cuatro pisos cuyo techo de vegetación se integró al paisaje del entorno superior, logrando que toda la edificación quede integrada hasta ‘desaparecer’ literalmente en la montaña.

Empleado la fuerza de la gravedad, el diseño permite que la uva, mostos y vinos se desplacen de forma natural de arriba a bajo (ver infografía), lo que conlleva una vinificación suave que huye del método tradicional con bombas, evitando así pérdidas organolépticas y conservando aromas que desaparecerían debido a la fricción del bombeo.

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