Logroño se renueva: arte actual y nuevos restaurantes en la capital más sabrosa

De una nueva calle de pinchos a tener en el radar (adiós Laurel, hola San Juan) a originales restaurantes y centros de arte como el Museo Würth, Logroño respira aires de vanguardia en cada rincón

Aitor Esnal es una de las novedades gastro de Logroño.

Logroño, la capital más vinícola del país, es todo un referente gastronómico. Una ciudad cómoda de visitar y vivir, en la que se puede ir a pie a todas partes y en la que, desde hace décadas, la Calle del Laurel, con sus muchas tabernas de pinchos y sus pequeños restaurantes, ha ejercido un poderoso imán para disfrutones llegados de los lugares más insospechados del planeta: ayuda que Logroño esté en pleno Camino de Santiago.

Pero los tiempos cambian y ahora muchos logroñeses y sus visitantes prefieren los bares de la no menos céntrica Calle de San Juan. La ciudad no solo ofrece buen vino y un enorme catálogo de pequeñas raciones para acompañarlo: también proliferan los restaurantes de alta cocina que, en general, aprovechan el buen producto de esta rica tierra agrícola. Por ejemplo, los estrellas Michelin Ikaro y Kiro Sushi (aunque éste se nutra de los lejanos mares peninsulares).

También el proyecto personal de Francis Paniego y su mujer, el restaurante Tondeluna, que abrió hace algo más de un década en pleno Paseo del Espolón, con una propuesta gastronómica diferenciada del biestrellado y aclamado El Portal de Echaurren en Ezcaray.

La calle San Juan ha tomado el relevo como epicentro de pinchos en Logroño. Foto: La Rioja Turismo.

Nueva hornada de chefs

Estos son los exponentes más conocidos esa auténtica revolución culinaria que vive la capital de La Rioja desde hace tiempo. Pero siguiendo su brillante estela muchos cocineros jóvenes van encontrando aquí su propio espacio.

Uno de ellos es Aitor Esnal, que no es, precisamente, un desconocido en la ciudad: hace años deslumbró con su Wine Fandango, junto a la sede del Gobierno de La Rioja y en lo que fue el palacete decimonónico que durante décadas ocupó el Grand Hotel.

Tras triunfar con su proyecto Wine Fandango, el chef Aitor Esnal ha abierto un nuevo restaurante a pocos pasos del Espolón

El rompedor concepto (entonces) aúna vino, gastronomía, cultura y música en un solo espacio dividido en diferentes ambientes, entre ellos una terraza abierta hacia el Espolón pero con la suficiente privacidad como para no sentirse expuestos a las miradas de los viandantes.

Aitor Esnal está al frente de uno de los nuevos restaurantes de Logroño. Foto: Aitor Esnal.

En la cocina de este local, Aitor, formado en la escuela del gran Luis Irízar y en el Basque Culinary Center, comenzó a experimentar con su equipo en la fusión de ingredientes locales con técnicas orientales y en la armonización de vinos riojanos y foráneos con platos que lo mismo se sirven en individual, para cada comensal, o como raciones compartidas.

Pero la creatividad de Aitor Esnal y su amor por las cocinas tailandesa y japonesa necesitaba de nuevos aires y, sin desvincularse del todo de Wine Fandango, buscó un espacio que le permitiera investigar y desarrollar sus conocimientos. Así, nació en mayo de 2021, a dos pasos del Espolón, su personalísimo restaurante (tanto, que lleva su nombre).

Un más que agradable y moderno comedor con cocina vista y abierta: varios de los platos se terminan en la propia sala. Aquí las artesanías locales, como la cerámica de Navarrete, se convierten en soporte de propuestas tan originales como los pescados del Cantábrico (dorada, lubina) asados en hoja de plátano, el chawanmushi de champiñón riojano o el tom yum de gamba de Huelva, junto a clásicos como el solomillo de vaca a la brasa o el corderito lechal asado.

Filet mignon. Foto: Aitor Esnal.

Eso sí, todos con acompañamientos y presentaciones cuando menos llamativos, que se pueden disfrutar tanto a la carta como en dos menús degustación que tienen conceptos muy diferentes: Entorno, amarrado a los productos locales y europeos; y Sin Ataduras, mucho más viajero y atrevido.

La experiencia gastronómica en este restaurante no se podría entender sin la selección de vinos que realiza Beatriz Martínez Sarramían, riojana y compañera de vida del propio Aitor. En la bodega, también a la vista, se almacenan muchas de las mejores y nuevas etiquetas de la D.O.Ca. Rioja, junto a algunas referencias del resto del país y también internacionales.

Sabores de siempre con un twist

En la cocina de Wine Fandango trabajó también Rafa Gaona, otro alumno de Luis Irízar y del Basque Culinary Center que decidió crear su propio restaurante, Sabores en plena Plaza del Mercado, frente a la Concatedral logroñesa.

Rafa Gaona y Álex Modruj tratan en Sabores la cocina tradicional riojana transformándola en cocciones y presentaciones poco convencionales

Se trata de un pequeño local de pocas mesas (más las de la zona inferior del local, concebido para grupos y eventos), en las que disfrutar del mimo con que este cocinero y su socio, Álex Modruj, tratan la cocina tradicional riojana, transformándola en cocciones y presentaciones poco convencionales y combinándola con ingredientes llegados de más allá de los límites regionales.

Rafa Gaona comanda otra de las aperturas más interesantes de Logroño. Foto: Sabores.

Así, en los diez pases de su menú degustación, Sabores, hay cabida para manjares como las setas y trufas de temporada, los mejores pescados atlánticos (incluido el bacalao en buñuelos absolutamente convincentes) o la paletilla de cordero lechal, que se presenta deshuesada y acompañada de sus jugos reducidos y una emulsión de ajo negro.

Y es que, por más que el producto de temporada marque el ritmo, las salsas y emulsiones (como la de chiles frescos, tan atrevida por estos lares) tienen un gran protagonismo en la propuesta culinaria de estos dos jóvenes cocineros.

Arte actual en Logroño

Más allá de la gastronomía, Logroño se mueve mucho en otros campos. Desde luego en el cultural, quizás impulsado por ese foco de vanguardia y arte actual que es el Museo Würth.

Museo Würth. Foto: ©Andi Schmid.

Pese a que no esté propiamente en Logroño, sino en el polígono industrial de la vecina Agoncillo, junto al aeropuerto, desde su inauguración (en 2007) ha atraído sobre La Rioja las miradas de los amantes del arte actual y las vanguardias.

Aunque también tiene su parcela el siglo XX: la colección Würth, con otros 15 museos repartidos en otros países de Europa, abarca más 17.000 obras de los artistas más representativos de ese siglo en arte figurativo.

Además, esta institución privada ha adquirido numerosas obras de autores nacionales tan representativos como Miquel Barceló, Manolo Valdés, Miquel Navarro o Jaume Plensa.

Foto: Festival Actual.

Citas culturales todo el año

Lo cierto es que la agenda cultural y artística en Logroño cubre casi todos los meses del año: desde el invierno, con el Festival Actual (música, cine y bellas artes), hasta el otoño, con Lovisual, que transforma la ciudad en una gran galería de arte), pasando por el verano, cuando se celebra Concéntrico, su festival de arquitectura y diseño.

Muchos de los eventos relacionados con estos festivales se desarrollan en algunos de los edificios más representativos de la ciudad. Y es que Logroño es un buen catálogo de construcciones históricas que, a veces, cumplen aún su función original, como las magníficas iglesias de Santiago y de San Bartolomé.

Otras se han destinado a nuevos usos, como el convento de la Merced, que hoy es la sede del Parlamento regional; o la llamada Casa de Espartero, que acoge el Museo de La Rioja.

Hoteles que son mucho más

Junto a este último se encuentra uno de los nuevos atractivos de la ciudad, tras la fachada bonita de estilo Neobarroco de un edificio inaugurado en 1930. Se trata del hotel Áurea Palacio de Correos, primer cinco estrellas de la capital riojana y concebido como un hotel boutique de solo 42 habitaciones, con spa, gimnasio, una privilegiada terraza-mirador y un restaurante con vistas a la bulliciosa Calle Laurel.

Tinajas de elaboración en bodega. Foto: Bodegas FyA Navarrete.

Pero quienes tras tantas emociones en la ciudad busquen un lugar diferente donde descansar tienen la opción de hacerlo en otro recién llegado (inaugurado en julio de 2021), a menos de 15 minutos del centro de Logroño y a las afueras de la cercana localidad de Navarrete.

Se trata del hotel de la bodega-hotel FyA by Carlos Bujanda, personalísimo proyecto del célebre bodeguero alavés. Detrás de la vanguardista arquitectura de este complejo hay un cómodo alojamiento de 29 habitaciones con amplios ventanales a los viñedos, las sierras vecinas y la propia Navarrete; una innovadora bodega que recupera las tinajas del barro para el proceso de crianza de los vinos y un instructivo (y audiovisual) museo de cerámica, con piezas de gran belleza y valor histórico.

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