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Los aranceles de Trump dañan al calzado de Alicante, la automoción de Valencia y la cerámica de Castellón
Los economistas se miran el ombligo y sólo se centran en los problemas que tiene su provincia

La Comunidad Valenciana es una tierra rica y diversa económica y empresarialmente donde las diferencias provinciales son tremendamente acusadas. La encuesta «Los economistas opinan» que realiza el Colegio de Economistas ha puesto cifras a esta disparidad. No era el objetivo, aunque sí han cuantificado como de exagerado es que Alicante tiene en la cabeza a la agricultura y el calzado, Valencia es automoción y Castellón es cerámica. Cada provincia no identifica como problema lo que azuza a sus vecinos.
La pregunta que plantearon los economistas fue «¿Cuáles son los sectores económicos valencianos más afectados por la guerra comercial?». En el caso de los encuestados de Castellón, el principal perjudicado por los aranceles de Trump es la cerámica. El 79,5% lo identifican como tal. Sin embargo, en la provincia de Valencia sólo creen que ese sector sea afectado según un 48,6% de los encuestados. Sólo el 36,8% de los alicantinos coinciden con los de Castellón en que la cerámica es damnificada si hay aranceles.
Caso similar ocurre en sentido opuesto cuando se habla de sectores como el calzado o el textil, que tradicionalmente están en la provincia de Alicante. El 65,1% de los alicantinos piensan que ahí es está el problema pero cuando se opina desde Castellón sólo comparten es valoración el 38,3% de los economistas. Similar dato en Valencia: el 41% piensan que hay problemas en el calzado y el textil con los aranceles.
La factoría de Ford Almussafes, cuya marca es americana, es claramente la más damnificada por la guerra comercial cuando se opina desde Valencia. Lo piensa un 75% de los valencianos y aquí no hay tanta diferencia con respecto a la visión desde otras provincias. El 63,8% de los castellonenses y el el 60% de los alicantinos también ven a la automoción con un sector que sufrirá con los aranceles.
Aunque las factorías (la actual de Ford Almussafes y la futura de PowerCo Sagunto) están en la provincia de Valencia y el principal parque de proveedores está en el entorno de Almussafes, la automoción tiene cierta diversificación sectorial, como demuestra el auge de empresas alicantinas como Pcex Automotive, que ayer fue premiada por Cámara de Comercio de Alicante y Banco Santander, y que justificaría la relevancia que se le da al sector no sólo en la provincia de Valencia.
Los sectores transversales, que también existen, son el sector agroalimentario y el turismo. El primero es de los más afectados por la guerra comercial para el 75,4% de los alicantinos, para el 69,4% de los valencianos y para el 67,4% de los castellonenses. Hay diferencia, según provincias, pero de 8 puntos como máximo. En la automoción son 15, en el calzado y el textil se agranda la diferencia a 26,8 puntos siendo la cerámica la que ofrece mayor disparidad de opiniones: 42,7 puntos.
El otro sector que recibe valoración parecida sobre el impacto de los aranceles es el turismo. Es un problema para el 5,8% de los alicantinos, el 4,8% de los valencianos y el 3,1% de los castellonenses. Las diferencias en puntos son pírricas, 2,7 puntos, porque todos los economistas en general consideran que los aranceles no tienen efecto en el turismo pero la lectura con otro prisma refleja que la precupación del turismo en Alicante duplica la de Castellón aunque se acerca al de Valencia. Conviene recordar que el turismo en Alicante tiene un gran peso, similiar a lo de Valencia donde crece con fuerza mientras que en Castellón todavía es un sector incipiente.
Los economistas se miran el ombligo
Tras presentar estos datos, durante el turno de preguntas de la presentación en el Colegio de Economistas de Valencia, los decanos de los colegios provinciales se miraron el ombligo de manera más o menos directa ante las diferencias provinciales que ofrecen sus colegiados.
La visión de José Manuel Salvador, decano del colegio de Castellón, englobó a la perfección lo que es el mensaje más repetido desde Castellón. La preocupación por los azulejos se fundamenta en que “en Castellón el 30% del PIB provincial es la cerámica”, sin entrar en valorar por qué el resto de provincias de la Comunitat Valenciana no ponderan igual su especialización industria.
Francisco Menargues, decano del colegio de Economistas de Alicante, buscó la unión para no abordar la discrepancia. “Hay una visión conjunta respecto al agro, con sector que afecta a todos, y sobre el turismo».
Juan José Enriquez, decano del colegio de Economistas de Valencia, reconoció lo obvio. «Sí, hay disparidad. Sobre todo en la cerámica».
De este modo, cerraron los tres colegios provinciales la constatación de que la vertebración de la Comunitat Valenciana, ese mantra repetido por toda opción política, tiene arduo trabajo por delante porque el crisol de ramas económicas sólo coincide en que la descoordinación entre administraciones es un lastre demoledor para la ecoonomía.