Garamendi (CEOE) cortó el respaldo a Salva Navarro en la CEV cuando Vicente Lafuente preparó su candidatura

La ensoñación de Navarro de suceder a Garamendi en CEOE le ha dejado sin apoyo de Madrid para ser reelegido en Valencia

Garamendi y Navarro en Valencia

Garamendi y Navarro en Valencia

Antonio Garamendi, presidente de CEOE, ha sido clave en la sucesión que se va a producir en la CEV, patronal de la Comunidad Valenciana. Salvador Navarro intentó que el apoyo del presidente de CEOE fuera su resorte principal ante las elecciones autonómicas pero la respuesta no llegó. Vicente Lafuente no ha sido frenado por Antonio Garamendi en los pasos que ha ido dando.

Cuando en la calle Diego de León, sede de la CEOE, se conoció la opción de que Vicente Lafuente podía dar un paso adelante se optó, de manera preventiva, por dar un paso atrás y no posicionarse a favor de Navarro. El temor de que se produjera un proceso electoral como el de Cepyme aterrorizaba en la patronal.

Fuentes de CEOE apuntan que Salvador Navarro se ha retirado de la releección en la CEV cuando ha confirmado que Antonio Garamendi no le iba a sostener. El precedente está en Alicante.

Navarro pensó que las discrepancias las tenía en la provincia al sur de la Comunidad Valenciana. Los choques Salvador Navarro (CEV)-Carlos Baño (Cámara Alicante), por sonoros, eran los más comentados (lo que en cierta medida tapaba otras discrepancias latentes). Por eso, desde el entorno del actual presidente se pensó que un acto en Alicante junto a Garamendi escenificaría el respaldo de CEOE y desincentivaría a los críticos.

Las voces que realmente tienen más capacidad de movilizar votos en la Comunidad Valenciana siempre han comentado a Economía Digital que antes prefieren estabilidad institucional a que la CEV tenga uno u otro presidente. «Lo más importante es no reproducir Cepyme», han comentado estas semanas en las que se ha hablado de las elecciones en la patronal autonómica.

Encapsulando el problema en Alicante y logrando Navarro un espaldarazo en la provincia por parte de Garamendi la teoría decía que se acabarían las dudas. Sin embargo, la entrevista de Economía Digital a Cristóbal Aguado, presidente de AVA, que puso de manifiesto las discrepancias «en Castellón, en Alicante y también en Valencia», que se publicó el pasado lunes junto la torpeza de Salvador Navarro de abandonar a los 1.000 empresarios de Cámara Valencia el jueves en el Roig Arena alejaron todavía más a Garamendi de Navarro.

Sobre este aspecto, se ha puesto énfasis en los vínculos políticos entre el PSOE y Navarro y las discrepancias del empresario con Mazón pero las heridas que se abrieron no fueron esas sino la desconexión empresarial que el presidente de la CEV tuvo con los sectores que también forman parte de Cámara Valencia.

Entre las personas más conocedoras de la fontanería de la CEV, se aportan algunas claves del proceso. «Garamendi es amigo de Vicente y tiene muy buena relación con Salva», apunta. «La postura de Garamendi es que no quiere conflictos. Está escocido con Cepyme», añade.

La hoja de ruta, por tanto, era no repetir un proceso electoral porque hubo voces que alertaron que si había dos candidaturas, también habría daños colaterales. Por eso, Vicente Lafuente se ha mantenido con el pie levantado del acelerador hasta ayer y Salvador Navarro tuvo que hacer lo mismo el jueves por la mañana en Castellón, donde vió que empezaba un adelanto electoral para garantizarse el puesto justo el día que empezaba a perderlo.

Uno de los argumentos que han pesado en la retirada de Salvador Navarro de la presidencia de la CEV es que ahora sin duda será recordado como el que rescató a las patronales y refundó la autonómica con rotundo éxito. Su gestión de la conversión de CEV de patronal provincial a autonómica es tildada por afines y díscolos como brillante. También el aumento de peso del empresariado valenciano en Madrid, aunque esto es una cuestión en la que hay doblez.

Sus esfuerzos porque Valencia (y el error también es obviar Alicante y Castellón) tenga mayor peso en Madrid se convirtió en una ensoñación que le hacía candidato a suceder a Garamendi. Nunca hubo un portazo público a su anhelo. Cuando ha habido que elegir, simplemente, ha sido el descartado.

Sobre el guión parecía una buena idea postularse. También lo de anunciar el adelanto de elecciones el 11 de septiembre. Sólo han pasado 12 días desde entonces. No le ha ido bien. Fin de etapa.

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