Balance de reparaciones tras la DANA: 6.750 ascensores ya en funcionamiento
El sector de la elevación logra recuperar la práctica totalidad de los equipos dañados en la Comunitat Valenciana, aunque aún quedan 780 por reparar

Estragos ocasionados por la DANA en el Barranco de Chiva. Foto: Alejandro Martínez Vélez / Europa Press
Once meses después de la devastadora DANA que paralizó miles de edificios en la Comunitat Valenciana, el balance es claro: 6.750 ascensores de los 7.530 dañados ya han sido reparados o sustituidos. Así lo ha confirmado la Asociación de Empresas de Ascensores de la Comunitat Valenciana (ASCENCOVAL), integrada en FEMEVAL, que destaca el esfuerzo sin precedentes del sector por restablecer un servicio esencial para la vida diaria de los vecinos afectados.
Las empresas instaladoras y mantenedoras de ascensores han trabajado a contrarreloj durante casi un año, con el objetivo de devolver la normalidad a los edificios afectados. Según Emilio Carbonell, presidente de ASCENCOVAL, se han volcado todos los recursos disponibles para priorizar a los colectivos más vulnerables, como personas mayores, dependientes y con movilidad reducida.
Este trabajo no solo ha supuesto una inversión económica y técnica de gran magnitud, sino también una coordinación continua entre empresas, administraciones locales y servicios sociales.
Mejora notable en los últimos meses
Antes del verano, todavía quedaban cerca de 1.000 equipos por reparar. Hoy, la cifra se ha reducido a 780, lo que significa que 220 ascensores han vuelto a funcionar en los últimos meses.
De ellos, 133 corresponden a edificios catalogados como prioritarios por los ayuntamientos. Estos inmuebles, un total de 330, fueron identificados porque en ellos viven personas que dependen directamente del ascensor para poder salir o entrar de sus viviendas.
Aunque para muchos el ascensor puede parecer una simple comodidad, para miles de familias es un recurso indispensable. Los retrasos en las reparaciones han supuesto meses de dificultades para vecinos con problemas de salud, limitaciones físicas o edad avanzada.
ASCENCOVAL reconoce la dureza de la espera para las comunidades afectadas, pero insiste en que la prioridad siempre ha sido garantizar la máxima seguridad técnica en cada intervención, incluso si ello implica plazos más largos.
Objetivo: acabar el año con la mayoría reparada
El sector confía en que la mayor parte de los 780 ascensores restantes estén operativos antes de que finalice 2025. Sin embargo, no descartan retrasos en algunos casos concretos, debido a la complejidad de las reparaciones y a la necesidad de cumplir con todos los protocolos de seguridad.
Los trabajos pendientes incluyen tanto reparaciones técnicas de gran calado como sustituciones completas de equipos, lo que implica importación de piezas, procesos administrativos y revisiones exhaustivas.
Más allá de la parte técnica, las gestiones administrativas han supuesto un verdadero desafío. ASCENCOVAL y FEMEVAL han tenido que actualizar registros y rastrear la titularidad de las empresas responsables de cada ascensor.
En muchos casos, los equipos dañados pertenecían a comunidades de vecinos donde había cambiado recientemente la empresa mantenedora, lo que dificultaba localizar al responsable de las reparaciones. Este trabajo de seguimiento ha sido esencial para que las intervenciones pudieran avanzar sin bloqueos.
Impacto social y humano
El avance en la reparación de los ascensores tiene un impacto directo en la calidad de vida de miles de familias valencianas. Durante meses, algunos vecinos tuvieron que organizarse con ayuda de familiares, asociaciones o incluso servicios públicos para poder acceder a sus viviendas, en ocasiones situadas en plantas altas.
Este escenario ha puesto de relieve la importancia del ascensor como elemento esencial de accesibilidad, especialmente en una sociedad que envejece y que necesita infraestructuras adaptadas a la movilidad reducida.
Los servicios sociales municipales han sido clave para identificar los edificios prioritarios. La colaboración entre administraciones locales, empresas del sector y asociaciones de vecinos ha permitido acelerar los trabajos en los casos más urgentes.
Según ASCENCOVAL, esta coordinación ha sido uno de los factores que ha permitido reducir de forma significativa el número de ascensores pendientes en apenas unos meses.
Mirando al futuro
La DANA dejó claro que el sector de la elevación debe estar preparado para emergencias climáticas cada vez más frecuentes. Desde ASCENCOVAL subrayan que es necesario reforzar los protocolos de respuesta rápida, mejorar la coordinación con las administraciones y garantizar que se disponga de los recursos necesarios para futuras contingencias.
Al mismo tiempo, recuerdan que la inversión en prevención y mantenimiento adecuado es esencial para minimizar los riesgos ante episodios meteorológicos extremos.
A pesar de que todavía hay 780 ascensores que siguen fuera de servicio, el balance general es positivo: casi el 90% de los equipos dañados ya están plenamente operativos.
Para miles de vecinos, esto significa haber recuperado su vida cotidiana después de meses de dificultades. Y para el sector, supone un ejemplo de capacidad de respuesta y compromiso social en una situación excepcional.
El objetivo ahora es claro: que antes de que termine el año, la gran mayoría de los ascensores pendientes estén de nuevo funcionando. Una meta que no solo aliviará la situación de cientos de familias, sino que también servirá de símbolo del esfuerzo colectivo realizado durante casi un año de intenso trabajo.