Mazón prepara un terremoto de inversión en vivienda con una ley de suelo valenciana

Mazón explica que 84 ayuntamientos del PSOE y 15 de Compromís respaldan del decreto de vivienda protegida que "ustedes despellejaron en esta Cámara"

Carlos Mazón, presidente de la Generalitat

Carlos Mazón, presidente de la Generalitat

La Comunidad Valenciana se prepara para un terremoto de inversión en la vivienda. El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, mostró ayer en el debate política general su convencimiento absoluto de que frente a una «izquierda del odio» su apuesta por la libertad debe abordar el «problema nuclear de la vivienda».

La nueva ley del suelo será la mecha para aportar soluciones a un problema crítico en el que una administración facilitadora y un empresariado que genera negocio se unirán en un proyecto conjunto. Mazón visualiza horizontes una vez que las dudas cortoplacistas sólo siguen encapsuladas en el argumentario de la oposición.

Mazón habló ayer durante cinco horas y las primeras tres y media fueron para explicar su gestión y aportar con gran cantidad de detalles de sus propuestas. Hasta 44 puso encima de la mesa, lo que implica la apertura de un curso político con gran actividad política. El mensaje directo es que el parlamento valenciano va a aprobar leyes y que cuenta con apoyos (una mención de agradecimiento a Vox fue suficiente para anclar su apoyo).

El mensaje implícito es establecer una diferencia con el gobierno de España, donde las leyes no tienen apoyos y Pedro Sánchez carece de garantías sobre los votos que pide a sus socios de investidura.

De la actividad política que propone Mazón, hay dos propuestas que son las que se han diseñado para marcar la agenda: la nueva ley del suelo y el cambio de «Academia Valenciana de la Llengua» para que se convierta en «Academia de la Llengua Valenciana». No hay muchos más datos en el anuncio más allá de que hace falta cambiar el Estatuto de Autonomía para esto.

Trufado en el discurso con la acusación a Joan Baldoví de que «se acabó» el negocio que tenía con la concesión de títulos de valenciano, la apertura de este tema 0% económico permitirá gastar cientos de horas en este debate (estéril) capaz de convertirse en «serpiente de verano» (prolongada en otoño, invierno y primavera) trasladando la crispación política a este asunto. Es previsible que la oposición se embarre en el tema.

Y mientras tanto, a la economía. Por que Mazón ha dado el paso de preocuparse de las críticas a certificar el refrán de «si ladran, es que cabalgamos». Expuso los datos de mejora en Sanidad, de bajada de ratios y aumento de profesores en educación y, sobre todo, de que bajar los impuestos ha permitido aumentar la recaudación. Acicate para continuar con la senda de bajadas de impuestos (aunque la rebaja del IRPF general sigue sin anunciarla).

El anuncio principal es: «Una nueva Ley del Suelo que sustituirá a la engorrosa, enmarañada y, en algunos casos, obsoleta LOTUP y que nos situará a la vanguardia de la ordenación del territorio y del urbanismo útiles«.

Los detalles son: «menos trámites pero con plena protección de los valores ambientales y patrimoniales». Y una declaración de intenciones: «acabar con los planes encorsetados y, en ocasiones, inviables, para diseñar planes vivos, capaces de anticipar tendencias y adaptarse a las nuevas necesidades».

La música (que por primera vez desgravará en la Comunidad Valenciana, por cierto) es similar a los precios dinámicos que se han anunciado con el nuevo precio del módulo de las viviendas protegidas. El mensaje, por tanto, es que se va a facilitar la actividad económica y que la normativa no va a ser un freno a la construcción ni a la entrega de viviendas.

El espaldarazo que tiene Mazón es que pese a que el argumentario de la izquierda en vivienda es diferente al del PP, la realidad es que se avienen. «¿Saben cuántos municipios gobernados por ustedes se han adherido a este decreto (de vivienda protegida) que ustedes despellejaron en esta Cámara? 84 del PSOE –16 de Alicante, 24 de Castellón y 44 de Valencia –y otros 15 regidos por Compromís: 6 de Alicante, 1 de Castellón y 8 de Valencia», se jactó Mazón.

Al margen de que el eslogan del discurso fue «libertad, autonomía y futuro» la frase más larga que resumen el espíritu fue: «La izquierda del odio prefiere el sermón al resultado; nosotros preferimos el calendario, la obra y la firma«.

Sincronización de víctimas y PSOE

El discurso de Mazón cambió de tono cuando los reproches, críticas e ironías sobre el Botánic y Compromís (casi no nombró al PSOE) acabaron con las tres horas y media de análisis de su gestión y sus propuestas dejaron paso a hablar de la DANA. Los pasos fueron los siguientes.

Una parte de los familiares de las víctimas acudieron al debate en Les Corts para pedir la dimisión de Mazón. El presidente de la Generalitat reinsistió en abrir sus puertas al diálogo a todas las víctimas rompiendo el dogma de PSOE y Compromís de que existiera un rechazo generalizado a Mazón.

Dos frases. «La gran mayoría de las víctimas no pertenece a ninguna asociación.  Y eso no las hace menos víctimas«, dijo. Y: «También me han trasladado su indignación con los intentos de manipularlas; de hacer política con ellas. Algunos, incluso han venido con miedo de ser señalados por haberse reunido con el presidente de la Generalitat».

La reacción sincronizada consistió en las víctimas salieron del hemiciclo y, reglón seguido, el PSOE. Compromís se despistó y salió poco después. Una parte de esas asociaciones de víctimas reivindicaron ayer su independencia política rodeados de aplausos de los diputados del PSOE y Compromís que salieron del debate mientras el presidente de la Generalitat hablaba del asunto nuclear en el que posteriormente centraron sus discursos y réplicas.

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