Inminencia del desenlace de Calviño en el BEI: Bélgica resolverá «más pronto que tarde»

Fuentes del Ministerio de Finanzas belga señalan que las consultas con resto de gobernadores están en marcha y el objetivo es que la decisión se tome cuanto antes

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta, Nadia Calviño. EFE/Sergio Pérez

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La decisión sobre la candidatura de la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos en funciones, Nadia Calviño, a la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI) se tomará «más pronto que tarde». Así lo indican a ECONOMÍA DIGITAL fuentes del Ministerio de Finanzas belga, que ostenta la presidencia de turno del Consejo de Gobernadores del brazo inversor de la Unión Europea.

El Gobierno apostó fuerte al proponer el nombre de Calviño como próxima presidenta de la institución, un puesto para el que también opta la vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de Competencia, la danesa Margrethe Vestager. Nuestro país, como avanzó este digital, ya tendría asegurados los apoyos de Francia, Italia y Alemania, pero en el Ejecutivo apuestan por un «optimismo prudente» sobre las posibilidades de la ‘número dos’ de Pedro Sánchez.

Las mismas fuentes señalan que el titular belga de Finanzas, el demócrata cristiano Vincent Van Peteghem, ya está manteniendo las consultas preceptivas con el resto de miembros del Consejo de Gobernadores del BEI, que son a la vez los ministros de Economía y Finanzas de los socios europeos, accionistas únicos de la entidad.

Calviño aguarda la decisión belga

Para presidir el banco público de la UE hace falta el apoyo de al menos 18 de los 27 Estados miembros, que son los accionistas de la entidad, que representen al menos un 68% de su capital, lo que en la práctica significa que para decantar la balanza hace falta el «sí» de al menos dos de los grandes socios: Alemania, Francia e Italia.

El reglamento del BEI solo apunta que el Consejo de Gobernadores elegirá al Comité de Gestión del Banco, con un presidente y ocho vicepresidentes que manejan el día a día de la entidad, por un mandato renovable de seis años. No apunta, eso sí, cómo ha de establecerse ese mecanismo de elección, una gestión que compete en exclusiva al ministro que dirija en ese momento las reuniones. En este momento, el belga Van Peteghem.

El Gobierno belga retrasó la decisión y decidió no llevar el tema a la reunión informal del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros (Ecofin) que se celebró a principios de mes en Santiago de Compostela, bajo la presidencia española de la propia ministra Calviño. La propia interesada se excusó, alegando que no le parecía de recibo elevar este punto a los debates con sus colegas europeos: «La candidatura de España es una candidatura fuerte, pero comprenderá que, siendo yo la que presido las reuniones, no voy a tratar el tema ni tengo ninguna intención de hablar con los ministros sobre este tema porque me parece que no es el lugar ni el momento». La otra protagonista, la comisaria -en excedencia- Vestager, acudió a la reunión del Ecofin con el único fin de hacer campaña por su candidatura entre los accionistas del BEI.

Ahora las conversaciones sí están en marcha, con el objetivo de que la decisión se tome pronto. La meta volante podría ser la reunión del próximo Ecofin, ya formal, el 17 de octubre.

La pieza Buch, también pendiente

Al mismo tiempo, el Parlamento Europeo tiene que decidir todavía si da el visto bueno a la vicepresidenta del Bundesbank, Claudia Buch, como nueva responsable del Mecanismo Único de Supervisión del Banco Central Europeo, la segunda silla más importnate. De momento, la candidatura de Calviño truncó las posibilidades de la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, quien partía como la mejor posicionada para el puesto.

El encaje de bolillos de los altos cargos europeos, a repartir entre todas las potencias, y la posibilidad de que España acumulase demasiado poder en el sector financiero dio las llaves de la segunda silla más importante del BCE a la alemana. Con todo, la Eurocámara dio en su primera votación el apoyo a Delgado, aunque después respaldó a Buch. La economista alemana tendrá que recibir el voto del plenario para ser confirmada, después, por el Consejo Europeo y poder sustituir al italiano Andrea Enria a partir, también, del 1 de enero.

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