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Una famosa marca de cerveza desaparece del mercado tras declararse en quiebra
La crisis en el sector craft beer golpea con fuerza a Alamo Beer Company, uno de los símbolos cerveceros de Texas
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La cerveza artesanal ya no vive su época dorada en Estados Unidos. Después de más de una década de crecimiento continuo, el sector enfrenta una fuerte sacudida marcada por cierres, reducción de la producción y una creciente presión económica. En este contexto, Alamo Beer Company LLC, una de las marcas más representativas del estado de Texas, se ha declarado en quiebra bajo el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras, con la intención de reorganizar su deuda y buscar una salida a la difícil coyuntura financiera.
Fundada en San Antonio, Alamo Beer Company era considerada un emblema de la cultura cervecera texana. Reconocida por su estética patriótica y sus productos inspirados en la historia local, la marca logró consolidarse como una de las más queridas dentro del movimiento craft beer del estado. Sin embargo, los últimos años han sido un desafío constante para la empresa.
La pandemia de COVID-19, el aumento de los costos operativos, la inflación y los cambios en el comportamiento del consumidor han sido factores determinantes en la caída del negocio. En un esfuerzo por evitar el cierre definitivo, la compañía decidió acogerse a una protección judicial para reestructurar sus obligaciones financieras, confiando en poder reencauzar su modelo operativo.
Un sector que ya no fermenta como antes
Alamo Beer Company no es un caso aislado. La Asociación de Cerveceros de Estados Unidos informó recientemente que en lo que va de 2024 ya han cerrado 529 cervecerías artesanales, mientras que solo se han abierto 430 nuevas, lo que refleja una tendencia de contracción del sector.
La producción total también ha bajado: se han elaborado 23,1 millones de barriles, un 4% menos que el año anterior, y la cuota de mercado de la cerveza artesanal permanece estancada en un 13,3% del total.
Los expertos apuntan a un “cambio estructural” en el consumo, donde cada vez más consumidores optan por bebidas con menor graduación alcohólica, cócteles preparados o incluso abstenerse completamente del alcohol. A eso se suma una competencia feroz, tanto entre pequeñas cerveceras como frente a gigantes industriales que han lanzado sus propias líneas “artesanales”.
Más allá de Texas: una crisis que afecta a todo el país
La desaparición de Alamo Beer Company se enmarca dentro de una crisis que ha afectado a todo el territorio estadounidense. En Carolina del Norte, por ejemplo, Brüeprint Brewing Company cerró tras acogerse al Capítulo 7 de la Ley de Quiebras, revelando deudas por 1,78 millones de dólares, muy por encima del valor de sus activos. En la misma ciudad, Cotton House Craft Brewers tomó un camino similar apenas semanas antes.
En Utah, otras dos marcas destacadas, Squatters Craft Beer y Wasatch Brewery, anunciaron el cierre definitivo de sus instalaciones en Salt Lake City, aunque por el momento sin acudir a los tribunales. Todo indica que el movimiento cervecero independiente vive su momento más difícil en décadas.
El encarecimiento de los alquileres, las materias primas, la energía y la distribución ha tenido un impacto especialmente fuerte en las pequeñas cervecerías. La mayoría de estos negocios carece del músculo financiero necesario para resistir periodos prolongados de pérdidas, especialmente si no cuentan con una red de distribución sólida o si dependen en exceso del consumo en sus locales propios.
Además, la inflación y la incertidumbre económica han provocado que muchos consumidores limiten sus gastos en ocio, lo que afecta directamente al tipo de productos que ofrecen estas cervecerías.
¿Es el fin de la revolución craft?
Aunque muchos se resisten a aceptar el ocaso de la cerveza artesanal, la caída de Alamo Beer Company marca un punto de inflexión. Su cierre no solo representa una pérdida simbólica para los amantes de la cerveza texana, sino que también refleja el agotamiento de un modelo de negocio que necesita reinventarse para sobrevivir en el nuevo contexto económico y social.
El futuro del sector dependerá de la capacidad de las cervecerías para adaptarse a los cambios del mercado, optimizar sus estructuras, diversificar su oferta y establecer alianzas que les permitan competir en un entorno cada vez más desafiante.
Mientras tanto, la desaparición de nombres emblemáticos como Alamo deja un vacío difícil de llenar en los corazones de sus fieles consumidores, que ahora se ven obligados a buscar nuevos sabores en un panorama cada vez más incierto para la cerveza artesanal.