Los grandes fondos superan el 14% en Enagás y triplican las participaciones de Amancio Ortega y la Sepi

BlackRock, Barclays y Bank of America poseen paquetes valorados conjuntamente en casi 500 millones de euros

Junta general de Enagás

Los grandes fondos estadounidenses y británicos suben su apuesta por Enagás hasta superar el 14% del capital de la gasista española. De manera conjunta, las participaciones de BlackRock, Barclays y Bank of America prácticamente triplican las posiciones que ostenta el Estado a través de la Sepi o Amancio Ortega, con un 5% de las acciones cada uno.

Las grandes firmas de inversión anglosajonas han aumentado en las últimas semanas sus posiciones en la compañía, encargada de operar y gestionar la red nacional de gas del país y próximamente de la red troncal de hidrógeno verde que se está construyendo en España y que conectará con Portugal, Francia y Alemania.

En total, las tres grandes entidades ostentan paquetes accionariales que suponen un 14,413% del capital de la energética que dirige Arturo Gonzalo, lo que supone tener bajo su control paquetes valorados en 496,7 millones de euros a precios del mercado.

Barclays ha sido la entidad más activa en este la compra de títulos recientemente. El gigante británico afloró una participación en Enagás el pasado 6 de agosto del 3,351%, que ha ido incrementando progresivamente hasta el 3,726% que controla actualmente.

Según consta en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) consultados por este medio, la última compra de Barclays se produjo el 29 de agosto y el organismo regulador la ha comunicado al mercado este miércoles 4 de septiembre.

Cabe destacar que el paquete accionarial del banco con sede en Londres está formado por un 0,288% de derechos de voto y un 3,438% de instrumentos financieros como CFDs (contratos por diferencia) o equity swaps.

BlackRock se convierte en el mayor accionista superando el 7%

Si bien Barclays ha sido el más activo en el capital de la gasista española, es BlackRock quien gestiona la mayor posición y se sitúa como primer accionista por delante del Estado y del dueño de Inditex.

La mayor gestora de fondos del mundo lleva desde 2017 en el capital de Enagás, pero no ha sido hasta agosto cuando superó el umbral del 5%. El gigante norteamericano capitaneado por el multimillonario Larry Fink ha ido incrementando su paquete accionarial desde julio y actualmente es del 7,073%.

El último incremento se produjo a finales de agosto, según consta en la CNMV, si bien su participación está formada por un 4,066% en derechos de voto y el restante 3,007% en instrumentos financieros.

Por su parte, Bank of America (BofA) lleva presente en el capital de Enagás desde el año 2015 y ha mantenido su posición del 3,614% de manera estable y sin cambios desde entonces.

Tanto en este caso, como en los de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) y en el de Amancio Ortega, que controlan un 5% de Enagás cada uno, la participación está formada íntegramente por derechos de voto.

Un accionariado de fondos y un consejo de expolíticos

Pese a lo abultado de las participaciones conjuntas de las tres grandes entidades financieras, ninguna ocupa un sillón en el consejo de administración de la gasita para representar sus intereses.

Esto se debe a que Enagás se rige por una legislación específica que prohíbe a inversores privados superar el 5% del capital bajo su control, ni el 3% en derechos políticos.

No obstante, BlackRock esquiva esta ley, ya que la compañía considera que los instrumentos financieros como los derivados o CFDs no se contabilizan como capital social real al no implicar la propiedad de acciones.

De este modo, el capital de Enagás está compuesto por numerosos fondos de inversión sin «poder» en las decisiones de la compañía y con participaciones exclusivamente financieras, mientras que el consejo de administración está lleno de expolíticos y exaltos cargos de los Gobiernos.

El atractivo dividendo de Enagás y los riesgos

El principal motivo por el que los fondos invierten en Enagás está en su atractiva remuneración al accionista, siendo su dividendo uno de los más rentables del Ibex 35.

Pese que ha prometido mantener el nivel del dividendo más allá de 2026, hay una serie de incertidumbres que acechan a la compañía y que pueden tambalear uno de los ejes de su plan estratégico.

Por un lado, el negocio regulado de Enagás relacionado con el transporte de gas ha reducido un 12% su contribución al ebitda del grupo por la menor necesidad de inversión a la red y por la menor retribución recibida.

Además, las ventas de sus filiales internacionales Tall Grass y Soto la Marina tampoco han ayudado a impulsar el negocio, pese a que han ayudado a reducir los costes financieros y la deuda neta del grupo.

Por otro lado está el hidrógeno verde, eje principal del negocio de Enagás en la próxima década como gestor de la red troncal de hidrógeno en España.

Si bien puede ser una oportunidad a medio plazo, el sector está aún muy poco maduro y existen más dudas que certezas sobre la viabilidad del gas renovable como sustituto del gas natural en Europa.

La cancelación de proyectos y los recortes de inversión en esta tecnología por parte de grandes compañías como Repsol en España o Avangrid, filial de Iberdrola, en Estados Unidos dan buena muestra de la situación del mercado.

Asimismo, Enagas todavía tiene 1.000 millones de inversión en Perú y no puede repatriar los dividendos de su filial Transportadora de Gas del Perú (TPG).

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