Movimiento en el sector de la seguridad privada: Alerta y Control compra la unidad productiva de Phoenix Vigilancia y Seguridad

Phoenix Vigilancia, afectada por un proceso concursal y una deuda significativa, pone así fin a la precariedad e incertidumbre generada durante meses, aportando seguridad jurídica al colectivo

Wakeful. Seguridad. Deuda.

La operación por la que Alerta y Control adquiere la unidad productiva de Phoenix –aprobada por el Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Barcelona en octubre de 2025– implica la subrogación de la totalidad de la plantilla nacional, que ronda los 690 empleados.

Todos los trabajadores mantienen la antigüedad, categoría profesional, condición contractual, jornada laboral y remuneración previas, incluso el disfrute de vacaciones y el abono de pagas extraordinarias, conforme a convenio estatal según avanzó Escudo Digital.

Phoenix Vigilancia, afectada por un proceso concursal y una deuda significativa, pone así fin a la precariedad e incertidumbre generada durante meses, aportando seguridad jurídica al colectivo.

Las centrales sindicales, especialmente FeSMC-UGT y Alternativa Sindical, han valorado positivamente que la operación priorice el empleo y sus condiciones, aunque advierten que no es suficiente sin avances sectoriales de fondo.

El sindicato Alternativa Sindical ha reclamado celeridad al administrador concursal y transparencia en la gestión de la transición, insistiendo en la importancia de defender derechos y nóminas como prioridad estratégica.

La seguridad privada y la negociación colectiva

Las negociaciones del nuevo convenio colectivo nacional siguen encalladas y los sindicatos denuncian que las patronales solo abordan aspectos técnicos o normativos, evitando discutir sobre la mejora salarial, reducción de jornada o refuerzo de pluses profesionales

Según los últimos comunicados sindicales, las propuestas empresariales resultan insuficientes y “profundamente alejadas” de las necesidades reales del colectivo, que reclama incrementos salariales del 8% anual, reducción a 1.568 horas de jornada, consolidación del plus de peligrosidad, mejoras en permisos y compensaciones por idiomas, conducción o manejo de desfibriladores.

Las patronales por su parte argumentan que deben priorizar la sostenibilidad económica, dados los limitados márgenes y la presión de los precios en los contratos públicos y privados.

UGT, CCOO y Alternativa Sindical se han movilizado contra la “inacción y el inmovilismo” patronal. Denuncian que, en demasiados casos, el modelo empresarial recurre a la flexibilidad extrema o la subcontratación masiva que acaba trasladando los riesgos a los trabajadores, como ocurrió en parte de la trayectoria de Phoenix Vigilancia.

Un sector en transformación

Phoenix-Alerta y Control ilustra el difícil equilibrio entre viabilidad empresarial y protección laboral en la seguridad privada española. A la presión por la contención de costes se suma el avance de la tecnología (control remoto, sensores, inteligencia artificial) y la necesidad de profesionalizar y dignificar el sector de los vigilantes, dotando de verdaderas oportunidades a perfiles jóvenes, mujeres y empleados en plena transición digital.

El futuro pasa por una mayor transparencia en la gestión, la consolidación de empresas sólidas capaces de garantizar estabilidad y la revisión del marco de contratación pública.

Administraciones, empresas y sindicatos deberán huir del cortoplacismo y avanzar en formación, especialización y reconocimiento del trabajo de los profesionales de la vigilancia.

La capacidad para negociar un convenio ambicioso, moderno y adecuado a los retos de 2025-2030 será crucial para que el sector recupere atractivo, competitividad y estabilidad.

Comenta el artículo
Avatar

Historias como esta, en su bandeja de entrada cada mañana.

O apúntese a nuestro  canal de Whatsapp

Deja una respuesta