Alcoa cierra el año con pérdidas de 370 millones y advierte de que la caja de San Cibrao está «al límite»

Alcoa cierra 2023 con sus mayores números rojos en cuatro años. La multinacional con sede en Pittsburgh ha hecho públicos en la noche de este miércoles los resultados del cuarto trimestre del ejercicio pasado. En ellos se reflejan unas pérdidas netas ajustadas por valor de 100 millones de dólares (unos 92 millones de euros al cambio actual), que se suman a 305 millones de dólares (280 millones de euros) que ya se había dejado en los nueve meses anteriores.

De esta forma, Alcoa despidió el ejercicio pasado con unas pérdidas netas ajustadas de 372 millones de euros en un momento marcado, en clave gallega, por su aplazamiento de inversiones en su planta de aluminio en San Cibrao, mientras su vecina de alúmina opera a la mitad de su capacidad desde hace año y medio.

Las reivindicaciones de Alcoa

La multinacional que capitanea Bill Oplinger hace referencia a la situación en su complejo industrial en Galicia en el comunicado que ha remitido a la SEC, el regulador de la bolsa estadounidense. En él informa del inicio de conversaciones con sus distintos stakeholders en San Cibrao y de la paralización hasta nuevo aviso de inversiones como la del horno de cocción de ánodos (valorada en casi 100 millones de euros) ante su situación económica (se prevén pérdidas cercanas a los 200 millones de euros en 2024). El objetivo, según Alcoa, pasa ahora por buscar «una solución a largo plazo».

La firma reivindica que ha «cumplido con sus compromisos bajo los acuerdos de viabilidad firmados en diciembre de 2021 y febrero de 2023, incluido el pago a todos los empleados, la realización de inversiones de capital y la preparación para el reinicio». Sin embargo, reconoce que esta hoja de ruta ha quedado temporalmente en stand by ante «las condiciones actuales del mercado» marcadas por un precio a la baja del aluminio, así como por el retraso en la autorización y el desarrollo de los parques eólicos a los que se encomendaba para aligerar su factura eléctrica.

Es por ello que la firma ha congelado inversiones clave en la planta de aluminio ante la delicada situación financiera que atraviesa. «La refinería [alúmina] y la fundición incurrieron en pérdidas significativas en 2023 y años anteriores que han sido financiados con líneas de crédito internas que ahora están llegando a su límite», recalca Alcoa, que asegura no tiene capacidad de pago con sus propias operaciones en el complejo.

En paralelo, Alcoa cifra en 53 millones de dólares su factura por las obligaciones de pago a empleados en San Cibrao en el marco de su acuerdo de 2023 y marca caminos separados para la evolución de sus negocios con la alúmina y el aluminio a nivel global. Así, mientras la producción de alúmina por parte del grupo se redujo un 13% anual, la de aluminio, por el contrario, se elevó un 5% debido al reinicio de su factoría de Alumar, en Brasil, que compensó el pinchazo en San Cibrao.

Alcoa ve ‘brotes verdes’

La multinacional estadounidense ha despedido, de esta manera, un 2023 en el que ha ido amortiguando progresivamente sus números rojos. Los 100 millones de dólares que se anotó en pérdidas en el último trimestre del año son algo menos de la mitad que los 202 millones de euros registrados en los tres meses anteriores y también se sitúan por debajo de los 123 millones de euros que se dejó en la recta final de 2022.

En este sentido, Bill Oplinger, que tomó el bastón de mando en Alcoa en septiembre en sustitución de Roy Harvey, asegura que «en el cuarto trimestre de 2023 hemos logrado avances en retos clave». Entre ellos enumera la aprobación por parte de las autoridades australianas de sus planes para extraer bauxita en el oeste del país, así como mejoras para reestablecer el equilibro económico. «Seguimos avanzando de cara a la estabilidad operacional mientras trabajamos en la mejora de nuestro portfolio global de activos», destaca Oplinger.