Alvariño intenta desbloquear las cuentas y despejar el futuro de la patronal

El presidente de la CEG se enfrenta a viejos fantasmas, podría sacar adelante el presupuesto este lunes en el comité ejecutivo pero ser incapaz de aprobarlo después

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Nueva prueba de fuego para medir la estabilidad de la patronal gallega. La CEG ha convocado este lunes al comité ejecutivo y junta directiva, órganos de dirección de los que forman parte los cuatro presidentes provinciales, con la vista puesta en los presupuestos de 2014 y las cuentas del año pasado, todavía pendientes de aprobar.

El balance lleva tiempo atascado en la comisión de economía, creada precisamente para consensuar la elaboración de los números después de que la Asamblea Xeral los tumbase hace ahora un año. José Manuel Fernández Alvariño cuenta con el apoyo del presidente de la patronal pontevedresa, Jorge Cebreiros, y de la Confederación de Empresarios de Ourense. La incógnita está en el norte.

Equilibrio de fuerzas

A Coruña y Lugo mantienen las dudas sobre su postura. Hasta la fecha no han logrado trasladar al papel sus aspiraciones. Unos achacan a las cuentas los servicios subcontratados y los balances de la red exterior de oficinas, otros quieren todavía más austeridad, uno de los dogmas que llevó Alvariño a la CEG.

Pero en realidad, los empresarios entienden que la distancia entre las partes no está en los números, sino en la batalla interna con el presidente de la CEG, que mantuvo Antonio Fontenla en A Coruña desde tiempos inmemoriables. Lugo se sumó al sector crítico y sus votos en contra ayudaron a tumbar las cuentas el pasado año.

¿Y después qué?

Y ese es el gran dilema de Alvariño. Este lunes podrían desbloquearse las cuentas y presupuesto si A Coruña y Lugo dan su brazo a torcer, pero eso no significa que vayan a ser aprobadas en la Asamblea Xeral, el máximo órgano de decisión de la CEG que reúne a provinciales y sectoriales. Así sucedió el año pasado, cuando tras pasar el filtro del comité ejecutivo sin demasiada oposición, las cuentas naufragaron.

Así pues, si mañana pasan la prueba, Alvariño presentará los números para su aprobación sin tenerlas todas consigo; si no la pasa, tendrá que tomar la decisión de llevarlas a la Asamblea sin consenso o esperar.

La batalla de Pontevedra

Sus apoyos siguen estando en el sur, pero menos, ya que una parte de los empresarios pontevedreses han llevado a los tribunales las elecciones de la patronal de Pontevedra y consideran que hubo injerencias del presidente de los empresarios en favor de Cebreiros.

Esto podría perjudicarlo en una hipotética votación. Principalmente porque en el norte, A Coruña no se lo pondría fácil. y Lugo es una incógnita. La última vez que tuvo oportunidad, votó en contra.

 

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