Diálogo de sordos entre la dirección y los trabajadores de Ferroatlántica

Pedro Larrea, consejero delegado de Ferroglobe, se reúne este martes con la representación sindical de las plantas de Cee y Dumbría, que no escucharán sus propuestas si mantiene la segregación

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Reunión crítica para el futuro de Ferroatlántica. Este martes, después de varias semanas de reuniones con los representantes de los trabajadores de Aragón, Cantabria y de las planta coruñesa de Sabón, el consejero delegado de Ferroglobe, Pedro Larrea, tiene previsto reunirse este martes con el comité de los centros de Cee y Dumbría, los más críticos con la operación de venta de las centrales hidroeléctricas del grupo, dado que sus plantas son las que están vinculadas al negocio de generación, como así defienden varias sentencias judiciales.

No obstante, Larrea intentará convencer a la representación sindical de las bondades de su plan de inversiones, que previsiblemente daría respuesta a viejas demandas de las plantas de la comarca de Fisterra, como un nuevo horno, la entrada de savia nueva en la plantilla y el mantenimiento de los puestos de trabajo. Todo ello supeditado a la venta de las doce centrales que el grupo tiene en la Península Ibérica, nueve de ellas en territorio gallego.

Pero los sindicatos no están dispuestos a escuchar ninguna propuesta que lleve aparejada la segregación de los activos hidroeléctricos del negocio de las ferroaleaciones. Incluso guardan en la recámara un preaviso de huelga para convocar un paro de 24 horas el próximo mes de marzo si la empresa sigue adelante con sus planes para separar ambas actividades.

Bodas de plata

Este año se cumplen 25 años desde que el empresario Juan Miguel Villar Mir se hizo con el control de Ferroatlántica y, según los trabajadores de las plantas de Cee y Dumbría, «parece que lo quiere celebrar vendiendo las centrales». Unos activos que, como recuerdan, le sirvieron para realizar tres operaciones de leasing por 400 millones de euros. «Nos perdemos a la hora de calcular cuánto dinero pudieron generar», reconocen.

Al margen de esas operaciones, la representación sindical aprovechará la visita de Larrea para recordarle que las centrales facturaron «más de 900 millones de euros» en este cuarto de siglo, con una media estimada de ingresos de 35 millones de euros al año. «Entre 1992 y 2007 recibieron toneladas de dinero por lo que generaban los saltos. Con la liberalización del mercado bajó un poco, pero no dejan de ser entre 20 y 25 millones de ingresos», apuntan.

El silicio en juego

Mientras tanto, la empresa defiende que el negocio no es tanto la venta de las centrales, para las que ya tienen comprador y precio, sino todas las inversiones que pretenden llevar a cabo, especialmente la planta de silicio solar en Sabón, con una inversión prevista de 42 millones de euros, una nueva instalación para la producción de carbón vegetal para abastecerla, y las nuevas infraestructuras en los centros de producción, que mejorarían considerablemente su competitividad. Además, apuntan, los puestos de trabajo no solo están garantizados, sino que se generarán nuevos empleos asociados a la actividad de Ferroglobe.

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